CIUDAD DEL VATICANO, 28 NOV 2003 (VIS).-El Santo Padre recibió esta mañana a los obispos franceses de las provincias eclesiásticas de Cambrai y Reims, que acaban de realizar su visita "ad limina".
En su encuentro con este primer grupo de prelados franceses, el Papa habló sobre la Iglesia y la misión episcopal, con referencia a la exhortación apostólica postsinodal "Pastores gregis".
Haciéndose eco del documento antes mencionado, Juan Pablo II subrayó la importancia de cuidar la vida espiritual personal, "enraizando vuestro ministerio -dijo- con una profunda relación con Cristo, a través de la meditación prolongada de la Escritura y de una vida sacramental intensa. De este modo, podréis comunicar a los fieles el deseo de vivir en unión íntima con Dios, para que consoliden su fe y juntos podáis proponer la fe a vuestros ciudadanos, siguiendo el espíritu de los documentos que habéis elaborado sobre el anuncio del Evangelio".
"En la vida y en la misión de los obispos, la colaboración fraterna y la atención de la comunión son esenciales para manifestar la unidad de todo el Cuerpo eclesial. (…) Hoy es más importante que nunca hacer descubrir a los fieles el sentido y la grandeza del misterio de la Iglesia de Cristo. (…) Sin un conocimiento serio y profundo del misterio de la Iglesia, que conduce siempre a Cristo, está claro que no se puede comprender el sentido de los ministerios ordenados y más en concreto, de la estructura de la Iglesia".
El Papa puso de relieve que "para manifestar mejor y de modo más estrecho la colegialidad episcopal y para realizar una labor pastoral cada vez más eficaz y aumentar la colaboración necesaria, habéis aceptado con valentía, después de una reflexión, realizar unos cambios, reorganizando las provincias eclesiásticas. (…) Espero que esto fortalezca vuestros lazos de comunión fraterna, os ayude y sostenga en vuestra vida personal y en vuestra misión".
"Los obispos -continuó- están continuamente llamados a dar un testimonio claro de la comunión apostólica entre ellos y con el conjunto de la asamblea episcopal alrededor del Sucesor de Pedro. (…) En sus acciones, con sus declaraciones, con sus decisiones, cada obispo compromete en cierto modo a todo el cuerpo episcopal y a toda la Iglesia".
El Santo Padre hizo hincapié en que "la comunión no es una contradicción con la diversidad legítima, que permite a cada Iglesia diocesana tener su propria fisonomía, en función de los pastores y de las comunidades que la componen".
"La misión apostólica del obispo es en primer lugar el anuncio del Evangelio. (…) Cuanto más pequeño y frágil es el pueblo -concluyó-, y los sacerdotes son menos numerosos, se hace indispensable que el obispo cuide del rebaño que se le ha confiado, que no se ausente durante mucho tiempo de la diócesis, y visite las diferentes comunidades, las escuche y las anime. Para llevar a cabo esta misión e incluir a todas las fuerzas vivas en la misión, vuestra Conferencia reflexiona actualmente sobre un fortalecimiento de los organismos que la componen. Me alegro de esta decisión unánime".
AL/…/FRANCIA VIS20031128 (520)
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