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jueves, 9 de julio de 2015

El Papa se despide de Ecuador encontrando al clero en el santuario de El Quinche


Ciudad del Vaticano, 9 de julio de 2015 (Vis).-La visita del Papa Francisco a Ecuador concluyó ayer con dos eventos. El primero fue la visita a la casa de ancianos de las Misioneras de la Caridad en Tumbaco, a unos 21 km de la capital, Quito, y cerca de la carretera que lleva al aeropuerto. El Santo Padre fue recibido por la Superiora que lo acompañó a la capilla del centro para rezar con el resto de la pequeña comunidad (10 hermanas) y después saludó a los huéspedes de la institución, alrededor de setenta pesonas en el patio. No hubo discursos; solamente la cercanía del Obispo de Roma a los ancianos y ancianas que querían contar con su presencia.

Desde allí el Papa se trasladó al Santuario Mariano Nacional de El Quinche, donde se halla la imagen de madera de la Virgen del Quinche, tallada a finales del siglo XVI por el artista Diego de Robles, que cada año, en la segunda semana de noviembre atrae a más de 800.000 creyentes que parten en peregrinación nocturna desde el pueblo de Calderón para llegar al amanecer a la iglesia.

En El Quinche, última etapa de Francisco en Ecuador, se desarrrolló el encuentro con el clero, los religiosos, religiosas y seminaristas del país. El Papa entregó el discurso que había preparado para la ocasión ( y que reproducimos a continuación) al obispo Celmo Lazzari CSI, Responsable de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana para la Vida Consagrada e improvisó unas palabras para los presentes, resaltando la riqueza espiritual que había encontrado en Ecuador y pidiendo a todos que no olvidasen en su vida ni la gratuidad ni el servicio.

''Todo esto de riqueza que tienen ustedes, de riqueza espiritual, de piedad, de profundidad, viene de haber tenido la valentía –porque fueron momentos muy difíciles–,..de consagrar la nación al Corazón de Cristo -dijo el Papa- ese Corazón divino y humano que nos quiere tanto. Y yo los noto un poco con eso: divinos y humanos. Y después, pocos años después, la consagración al Corazón de María. No olviden: esa consagración es un hito en la historia del pueblo de Ecuador''

'Hoy tengo que hablarles a los sacerdotes, a los seminaristas, las religiosas, a los religiosos y decirles algo ...Y pensaba en la Virgen, pensaba en María... María no protagonizó nada. Discipuleó toda su vida. La primera discípula de su Hijo. Y tenía conciencia de que todo lo que ella había traído era pura gratuidad de Dios. Conciencia de gratuidad. Por eso...religiosas, religiosos, sacerdotes, seminaristas, todos los días vuelvan, hagan ese camino de retorno hacia la gratuidad con que Dios los eligió... Somos objeto de gratuidad de Dios. Si olvidamos esto, lentamente, nos vamos haciendo importantes... Y ahí lentamente nos vamos apartando de esto que es la base, de lo que María nunca se apartó: la gratuidad de Dios''.

''Una segunda cosa que les quisiera decir - observó- es que cuiden la salud, pero sobre todo cuiden de no caer en... el alzheimer espiritual, no pierdan la memoria, sobre todo la memoria de dónde me sacaron. ..San Pablo se ve que intuía este peligro.. y a su hijo más querido, el obispo Timoteo, a quien él ordenó, le da consejos pastorales, pero hay uno que toca el corazón: “No te olvides de la fe que tenía tu abuela y tu madre”, es decir: “No te olvides de dónde te sacaron, no te olvides de tus raíces, no te sientas promovido”. La gratuidad es una gracia que no puede convivir con la promoción y, cuando un sacerdote, un seminarista, un religioso, una religiosa entra en carrera –no digo mal, en carrera humana–, empieza a enfermarse de alzheimer espiritual y empieza a perder la memoria de dónde me sacaron''.

Francisco propuso a los sacerdotes, consagrados y consagradas dos principios básicos. ''Todos los días renueven el sentimiento de que todo es gratis, el sentimiento de gratuidad de la elección de cada uno de ustedes, –ninguno la merecimos–, y pidan la gracia de no perder la memoria, de no sentirse más importante Y esos dos principios los van a hacer vivir con dos actitudes. Primero, el servicio. Dios me eligió, me sacó ¿para qué? Para servir... y no hacer otra cosa, y servir cuando estamos cansados y servir cuando la gente nos harta.... Me decía un viejo cura, que fue toda su vida... un genio…:“El santo Pueblo fiel de Dios es esencialmente olímpico, o sea, hace lo que quiere, y ontológicamente hartante”. Y eso tiene mucha sabiduría, porque quien va por el camino del servir tiene que dejarse hartar sin perder la paciencia, porque está al servicio, ningún momento le pertenece''.

''Servicio, mezclálo con lo de gratuidad y entonces… aquello de Jesús: “Lo que recibiste gratis dalo gratis”. Por favor, por favor -recalcó- no cobren la gracia; por favor, que nuestra pastoral sea gratuita. Y lo segundo, la segunda actitud ...es el gozo y la alegría. Y es un regalo de Jesús...que Él nos da si se lo pedimos y si no nos olvidamos de esas dos columnas de nuestra vida sacerdotal o religiosa, que son el sentido de gratuidad, renovado todos los días, y no perder la memoria de dónde nos sacaron. Los bendiga Dios Todopoderoso, el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo. Y, por favor, por favor, les pido que recen por mí, porque yo también siento muchas veces la tentación de olvidarme de la gratuidad con la que Dios me eligió y de olvidarme de dónde me sacaron. Pidan por mí''.


Discurso entregado al obispo Celmo Lazzari por el Papa

''Traigo a los pies de Nuestra Señora de Quinche lo vivido en estos días de mi visita; quiero dejar en su corazón a los ancianos y enfermos con los que he compartido un momento en la casa de las Hermanas de la Caridad, y también todos los otros encuentros que he tenido con anterioridad. Los dejo en el corazón de María, pero también los deposito en el corazón de ustedes: sacerdotes, religiosos y religiosas, seminaristas, para que llamados a trabajar en la viña del Señor, sean custodios de todo lo que este pueblo de Ecuador vive, llora y se alegra.

En el Evangelio, el Señor nos invita a aceptar la misión sin poner condiciones. Es un mensaje importante que no conviene olvidar, y que en este Santuario dedicado a la Virgen de la Presentación resuena con un acento especial. María es ejemplo de discípula para nosotros que, como ella, hemos recibido una vocación. Su respuesta confiada: ''Hágase en mí según tu Palabra'', nos recuerda sus palabras en las bodas de Caná: ''Hagan todo lo que él les diga'' . Su ejemplo es una invitación a servir como ella.

En la Presentación de la Virgen podemos encontrar algunas sugerencias para nuestro propio llamado. La Virgen Niña fue un regalo de Dios para sus padres y para todo el pueblo, que esperaba la liberación. Es un hecho que se repite frecuentemente en la Escritura: Dios responde al clamor de su pueblo, enviando un niño, débil, destinado a traer la salvación y, que al mismo tiempo, restaura la esperanza de unos padres ancianos. La palabra de Dios nos dice que en la historia de Israel, los jueces, los profetas, los reyes son un regalo del Señor para hacer llegar su ternura y su misericordia a su pueblo. Son signo de la gratuidad de Dios: es Él quien los ha elegido, escogido y destinado. Esto nos aleja de la autoreferencialidad, nos hace comprender que ya no nos pertenecemos, que nuestra vocación nos pide alejarnos de todo egoísmo, de toda búsqueda de lucro material o compensación afectiva, como nos ha dicho el Evangelio. No somos mercenarios, sino servidores; no hemos venido a ser servidos, sino a servir y lo hacemos en el pleno desprendimiento, sin bastón y sin morral.

Algunas tradiciones sobre la advocación de Nuestra Señora de Quinche nos dice que Diego de Robles confeccionó la imagen por encargo de los indígenas Lumbicí. Diego no lo hacía por piedad, lo hacía por un beneficio económico. Como no pudieron pagarle, la llevó a Oyacachi y la cambió por tablas de cedro. Pero Diego se negó al pedido de ese pueblo para que le hiciera también un altar a la imagen, hasta que, cayéndose del caballo, se encontró en peligro y sintió la protección de la Virgen. Volvió al pueblo e hizo el pie de la imagen. También todos nosotros hemos hecho experiencia de un Dios que nos sale al cruce, que en nuestra realidad de caídos, derrumbados, nos llama. ¡Que la vanagloria y la mundanidad no nos hagan olvidar de dónde Dios nos ha rescatado!, ¡que María de Quinche nos haga bajar de los lugares de ambiciones, intereses egoístas, cuidados excesivos de nosotros mismos!

La ''autoridad'' que los apóstoles reciben de Jesús no es para su propio beneficio: nuestros dones son para renovar y edificar la Iglesia. No se nieguen a compartir, no se resistan a dar, no se encierren en la comodidad, sean manantiales que desbordan y refrescan, especialmente a los oprimidos por el pecado, la desilusión, el rencor .

El segundo trazo que me evoca la Presentación de la Virgen es la perseverancia. En la sugestiva iconografía mariana de esta fiesta, la Virgen niña se aleja de sus padres subiendo las escaleras del Templo. María no mira atrás y, en una clara referencia a la admonición evangélica, marcha decidida hacia delante. Nosotros, como los discípulos en el Evangelio, también nos ponemos en camino para llevar a cada pueblo y lugar la buena noticia de Jesús. Perseverancia en la misión implica no andar cambiando de casa en casa, buscando donde nos traten mejor, donde haya más medios y comodidades. Supone unir nuestra suerte con la de Jesús hasta el final. Algunos relatos de las apariciones de la Virgen de Quinche nos dicen que una “señora con un niño en brazos” visitó varias tardes seguidas a los indígenas de Oyacachi cuando éstos se refugiaban del acoso de los osos. Varias veces fue María al encuentro de sus hijos; ellos no le creían, desconfiaban de esta señora, pero les admiró su perseverancia de volver cada tarde al caer el sol. Perseverar aunque nos rechacen, aunque se haga la noche y crezcan el desconcierto y los peligros. Perseverar en este esfuerzo sabiendo que no estamos solos, que es el Pueblo Santo de Dios que camina.

De algún modo, en la imagen de la Virgen niña subiendo al Templo, podemos ver a la Iglesia que acompaña al discípulo misionero. Junto a ella están sus padres, que le han transmitido la memoria de la fe y ahora generosamente la ofrecen al Señor para que pueda seguir su camino; está su comunidad representada en el ''séquito de vírgenes'', ''sus compañeras'', con las lámparas encendidas y, en las que los Padres de la Iglesia, ven una profecía de todos los que, imitando a María, buscan con sinceridad ser amigos de Dios, y están los sacerdotes que la esperan para recibirla y que nos recuerdan que en la Iglesia los pastores tienen la responsabilidad de acoger con ternura y ayudar a discernir cada espíritu y cada llamado.

Caminemos juntos, sosteniéndonos unos a otros y pidamos con humildad el don de la perseverancia en su servicio.

Nuestra Señora del Quinche fue ocasión de encuentro, de comunión, para este lugar que desde tiempos del incario se había constituido en un asentamiento multiétnico. ¡Qué lindo es cuando la iglesia persevera en su esfuerzo por ser casa y escuela de comunión, cuando generamos esto que me gusta llamar la cultura del encuentro!

La imagen de la Presentación nos dice que una vez bendecida por los sacerdotes, la Virgen niña se sentó en las gradas del altar y bailó sobre sus pies. Pienso en la alegría que se expresa en las imágenes del banquete de las bodas, de los amigos del novio, de la esposa adornada con sus joyas. Es la alegría de quien ha descubierto un tesoro y lo ha dejado todo por conseguirlo. Encontrar al Señor, vivir en su casa, participar de su intimidad, compromete a anunciar el Reino y llevar la salvación a todos. Atravesar los umbrales del Templo exige convertirnos como María en templos del Señor y ponernos en camino para llevarlo a los hermanos. La Virgen, como primera discípula misionera, después del anuncio del Ángel, partió sin demora a un pueblo de Judá para compartir este inmenso gozo, el mismo que hizo saltar a san Juan Bautista en el seno de su madre. Quien escucha su voz ''salta de gozo'' y se convierte a su vez en pregonero de su alegría. La alegría de evangelizar mueve a la Iglesia, la hace salir, como a María.

Si bien son múltiples las razones que se argumentan para el traslado del santuario desde Oyacachi a este lugar, me quedo con una: ''aquí es y ha sido más accesible, más fácil para estar cerca de todos''. Así lo entendió el Arzobispo de Quito, Fray Luis López de Solís, cuando mandó edificar un Santuario capaz de convocar y acoger a todos. Una iglesia en salida es una iglesia que se acerca, que se allana para no estar distante, que sale de su comodidad y se atreve a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del evangelio.

Volveremos ahora a nuestras tareas, interpelados por el Santo Pueblo que nos ha sido confiado. Entre ellas, no olvidemos cuidar, animar y educar la devoción popular que palpamos en este santuario y tan extendida en muchos países latinoamericanos. El pueblo fiel ha sabido expresar la fe con su propio lenguaje, manifestar sus más hondos sentimientos de dolor, duda, gozo, fracaso, agradecimiento con diversas formas de piedad: procesiones, velas, flores, cantos que se convierten en una bella expresión de confianza en el Señor y de amor a su Madre, que es también la nuestra.

En Quinche, la historia de los hombres y la historia de Dios confluyen en la historia de una mujer, María. Y en una casa, nuestra casa, la hermana madre tierra. Las tradiciones de esta advocación evocan a los cedros, los osos, la hendidura en la piedra que fuera aquí la primera casa de la Madre de Dios. Nos hablan en el ayer de pájaros que rodearon el lugar, y en el hoy de flores que engalanan los alrededores. Los orígenes de esta devoción nos llevan a tiempos donde era más sencilla ''la serena armonía con la creación... contemplar al Creador que vive entre nosotros y en lo que nos rodea y cuya presencia no hace falta fabricar'' y que se nos devela en el mundo creado, en su Hijo amado, en la Eucaristía que permite a los cristianos sentirse miembros vivos de la Iglesia y participar activamente en su misión, en Nuestra Señora del Quinche, que acompañó desde aquí los albores del primer anuncio de la fe a los pueblos indígenas. A ella encomendemos nuestra vocación; que ella nos haga regalo para nuestro pueblo, que ella nos dé la perseverancia en la entrega y la alegría de salir a llevar el Evangelio de su hijo Jesús –unidos a nuestros pastores– hasta los confines, hasta las periferias de nuestro querido Ecuador.

Después de rezar el Padrenuestro con los participantes en el encuentro, el Papa se desplazó en automóvil al aeropuerto de Quito desde donde, tras los saludos protocolares, se embarcó en avión a Bolivia, el segundo país de su visita a América Latina .



''¡Jallalla Bolivia!''


Ciudad del Vaticano, 9 de julio de 2015 (Vis).-El Papa Francisco comenzó ayer la segunda etapa de su viaje en América Latina llegando al aeropuerto de El Alto, el más alto del planeta, situado a más de cuatro mil metros sobre el nivel del mar en La Paz (Bolivia) donde lo esperaba el Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Evo Morales, primer mandatario indígena (uru-aimara) del país, al que el Santo Padre ya encontró en el Vaticano durante el Primer Encuentro Mundial de los Movimientos Populares, organizado por el Pontificio Consejo Justicia y Paz en octubre de 2014.

En su primer discurso en tierra boliviana el Santo Padre afirmó que había ido allí ''como huésped y peregrino... para confirmar la fe de los creyentes en Cristo resucitado, para que cuantos creemos en Él, mientras peregrinamos en esta vida, seamos testigos de su amor, fermento de un mundo mejor, y colaboremos en la construcción de una sociedad más justa y solidaria''. Y tras agradecer al presidente Morales su ''cálida y fraternal acogida'' saludar a las autoridades religiosas y civiles añadió: ''Llevo en el corazón especialmente a los hijos de esta tierra, que por múltiples razones no están aquí y han tenido que buscar ''otra tierra'' que los cobije; otro lugar donde esta madre los haga fecundos y posibilite la vida''

El Papa manifestó también su alegría por encontrarse en una tierra de singular belleza, como declara el preámbulo de su Constitución: ''En tiempos inmemoriales se erigieron montañas, se desplazaron ríos, se formaron lagos. Nuestra amazonía, nuestro chaco, nuestro altiplano y nuestros llanos y valles se cubrieron de verdores y flores''. ''Y esto me recuerda -destacó- que ''el mundo es algo más que un problema a resolver, es un misterio gozoso que contemplamos con jubilosa alabanza''. Pero sobre todo, es una tierra bendecida en sus gentes, con su variada realidad cultural y étnica, que constituye una gran riqueza y un llamado permanente al respeto mutuo y al diálogo: pueblos originarios milenarios y pueblos originarios contemporáneos; cuánta alegría nos da saber que el castellano traído a estas tierras hoy convive con 36 idiomas originarios, amalgamándose –como lo hacen en las flores nacionales de kantuta y patujú el rojo y el amarillo– para dar belleza y unidad en lo diverso. En esta tierra y en este pueblo, arraigó con fuerza el anuncio del Evangelio, que a lo largo de los años ha ido iluminando la convivencia, contribuyendo al desarrollo del pueblo y fomentando la cultura''.

''Bolivia está dando pasos importantes para incluir a amplios sectores en la vida económica, social y política del País -prosiguió- Cuenta con una Constitución que reconoce los derechos de los individuos, de las minorías, del medio ambiente, y con unas instituciones sensibles a estas realidades. Todo ello requiere un espíritu de colaboración ciudadana, de diálogo y de participación de en los individuos y los actores sociales en las cuestiones que interesan a todos. El progreso integral de un pueblo incluye el crecimiento en valores de las personas y la convergencia en ideales comunes que consigan aunar voluntades, sin excluir ni rechazar a nadie. Si el crecimiento es solo material, siempre se corre el riesgo de volver a crear nuevas diferencias, de que la abundancia de unos se construya sobre la escasez de otros. Por eso, además de la transparencia institucional, la cohesión social requiere un esfuerzo en la educación de los ciudadanos''.

''En estos días me gustaría alentar la vocación de los discípulos de Cristo a comunicar la alegría del Evangelio, a ser sal de la tierra y luz del mundo. La voz de los Pastores, que tiene que ser profética, habla a la sociedad en nombre de la Iglesia madre - porque la Iglesia es madre - y lo habla desde la opción preferencial y evangélica por los últimos, por los descartados, por los excluidos: ésa es la opción preferencial de la Iglesia. La caridad fraterna, expresión viva del mandamiento nuevo de Jesús, se expresa en programas, obras e instituciones que buscan la promoción integral de la persona, así como el cuidado y la protección de los más vulnerables. No se puede creer en Dios Padre sin ver un hermano en cada persona, y no se puede seguir a Jesús sin entregar la vida por los que Él murió en la cruz''.

También toco el Pontífice en su primer discurso el tema de la familia, subrayando que ''en una época en la que tantas veces se tiende a olvidar o a tergiversar los valores fundamentales, la familia merece una especial atención por parte de los responsables del bien común porque es la célula básica de la sociedad, que aporta lazos sólidos de unión sobre los que se basa la convivencia humana y, con la generación y educación de sus hijos, asegura el futuro y la renovación de la sociedad''.

''La Iglesia también siente una preocupación especial por los jóvenes que, comprometidos con su fe y con grandes ideales, son una promesa de futuro, ''vigías que anuncian la luz del alba y la nueva primavera del Evangelio'' decía san Juan Pablo II . Cuidar a los niños, hacer que la juventud se comprometa en nobles ideales, es garantía de futuro para una sociedad; y la Iglesia quiere una sociedad que encuentra su reaseguro cuando valora, admira y custodia también a sus mayores, que son los que nos traen la sabiduría de los pueblos; custodiar a los que hoy son descartados por tantos intereses que ponen al centro de la vida económica al dios dinero; son descartados los niños y los jóvenes que son el futuro de un país, y los ancianos que son la memoria del pueblo; por eso hay que cuidarlos, hay que protegerlos, son nuestro futuro. La Iglesia hace opción por ir generando una ''cultura memoriosa'' que le garantiza a los ancianos no solo la calidad de vida en sus últimos años sino la calidez, como bien lo expresa su la constitución de ustedes''.

''Estos días -afirmó dirigiéndose a todos los presentes- nos permitirán tener diversos momentos de encuentro, diálogo y celebración de la fe. Lo hago alegre y contento de estar en esta Patria que se dice a sí misma pacifista, patria de paz, y que promueve la cultura de la paz y el derecho a la paz''.

Por último, confío su visita al amparo de la Santísima Virgen de Copacabana, Reina de Bolivia y concluyó su discurso exclamando: ''¡Jallalla Bolivia!'', la palabra que en aimara significa vida y esperanza.



El Papa reza ante el lugar del asesinato del Padre Luis Espinal


Ciudad del Vaticano, 9 de julio de 2015 (Vis).-En el viaje del aeropuerto El Alto al arzobispado de La Paz, el Papa se detuvo para bendecir el lugar donde el 21 de marzo de 1980 fue asesinado el jesuita español Luis Espinal Camps, poeta, periodista y cineasta. El Padre Espinal que vivió al lado de las familias de los mineros durante su lucha bajo la dictadura de Luis García Meza, uno de los períodos más sangrientos de la historia del país, fue arrestado por los paramilitares, brazo armado del poder, el 21 de marzo de 1980 y su cuerpo se encontró al día siguiente en el camino de Chacaltaya. Su asesinato causó una profunda conmoción en el país y sus funerales, el 24 de marzo en La Paz, fueron multitudinarios. En 2007 el Presidente Evo Morales declaró el 21 de de marzo ''Día del cine boliviano'' para conmemorar el aniversario del asesinato de Luis Espinal, en reconocimiento de su lucha por los derechos humanos, por la democracia y en agradecimiento por su contribución a la cinematogría de Bolivia.

El Santo Padre llegado al kilómetro octavo de la carretera de Chacaltaya, donde se habían reunido numerosas personas, bajó del automóvil y recordó al sacerdote asesinado con estas palabras: ''Buenas tardes, queridas hermanas y hermanos, me detuve aquí para saludarlos y sobre todo para recordar. Recordar un hermano, un hermano nuestro, víctima de intereses que no querían que se luchara por la libertad de Bolivia. El Padre Espinal predicó el Evangelio y ese Evangelio molestó y por eso lo eliminaron. Hagamos un minuto de silencio en oración y después recemos todos juntos''.

Después de guardar silencio el Papa tomó de nuevo la palabra y dijo: ''Que el Señor tenga en su gloria al padre Luis Espinal que predicó el Evangelio, ese Evangelio que nos trae la libertad, que nos hace libres. Como todo hijo de Dios, Jesús nos trajo esa libertad, él predicó ese Evangelio. Que Jesús lo tenga junto a Él. Dale Señor el descanso Eterno y brille para él la luz que no tiene fin. Que descanse en paz.

''Y a todos ustedes, queridos hermanos, los bendigan Dios Todopoderoso, el Padre, y el Hijo y el Espíritu Santo. Y por favor, por favor, les pido que no se olviden de rezar por mí. Gracias''.


Francisco aboga ante las autoridades civiles de Bolivia por una ecología integral


Ciudad del Vaticano, 9 de julio de 2015 (Vis).-El Papa Francisco llegó al Arzobispado de La Paz arropado por miles de personas que habían seguido su trayecto desde el aeropuerto a la capital boliviana. Después de un breve pausa en el arzobispado el Santo Padre se desplazó en papamóvil al Palacio del Gobierno donde efectuó una visita de cortesía al Presidente Evo Morales que le presentó a su familia y a sus colaboradores.

A continuación el Pontífice recorrió a pie los 150 metros que separan la sede del gobierno de la catedral de Nuestra Señora de la Paz, un imponente edificio construido a mediados del siglo XIX, en cuya fachada se funden elementos neoclásicos y barrocos y que tiene cabida para mil personas. Allí tuvo lugar el encuentro con las autoridades civiles y el Papa pronunció un discurso, que reproducimos a continuación, y en el que trató en particular de ecología integral, de la participación de todos los estamentos sociales en el bien común y de la familia, reiterando una vez más la necesidad de ''construir puentes en vez de levantar muros'' .

''Me alegro de este encuentro con ustedes, autoridades políticas y civiles de Bolivia, miembros del Cuerpo diplomático y personas relevantes del mundo de la cultura y del voluntariado. Agradezco a mi hermano Mons. Edmundo Abastoflor, Arzobispo de esta Iglesia de la Paz, su amable bienvenida. Les ruego que me permitan cooperar, alentando con algunas palabras, la tarea que de cada uno de ustedes, la que ya realizan. Y les agradezco la cooperación que ustedes, con su testimonio de calurosa acogida, me dan a mí para que yo pueda seguir adelante. Muchas gracias.
Cada uno a su manera, todos los aquí presentes compartimos la vocación de trabajar por el bien común. Ya hace 50 años, el Concilio Vaticano II definía el bien común como ''el conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible a los grupos y a cada uno de sus miembros conseguir más plena y fácilmente de la propia perfección''; gracias a ustedes por aspirar –desde su rol y misión– para que las personas y la sociedad se desarrollen, alcancen su perfección. Estoy seguro de sus búsquedas de lo bello, lo verdadero, lo bueno en este afán por el bien común. Que este esfuerzo ayude siempre a crecer en un mayor respeto a la persona humana en cuanto tal, con derechos básicos e inalienables ordenados a su desarrollo integral, a la paz social, es decir, la estabilidad y seguridad de un cierto orden, que no se produce sin una atención particular a la justicia distributiva . Que la riqueza se distribuya, dicho sencillamente.

En el trayecto hacia la catedral, desde el aeropuerto, he podido admirarme de las cumbres del Hayna Potosí y del Illimani, de ese ''cerro joven'' y de aquel que indica ''el lugar por donde sale el sol''. También he visto cómo de manera artesanal muchas casas y barrios se confundían con las laderas y me he maravillado de algunas obras de su arquitectura. El ambiente natural y el ambiente social, político y económico están íntimamente relacionados. Nos urge poner las bases de una ecología integral -es problema de salud- una ecología integral que incorpore claramente todas las dimensiones humanas en la resolución de las graves cuestiones socioambientales de nuestros días - si no los glaciares de esos mismos montes seguirán retrocediendo - y la lógica de la recepción, la conciencia del mundo que queremos dejar a los que nos sucedan, su orientación general, su sentido, sus valores también se derretirán como esos hielos. Y de esto hay que tomar conciencia. Ecología integral - y me arriesgo- supone ecología de la madre tierra, cuidar la madre tierra; ecología humana, cuidarnos entre nosotros; y ecología social, forzada la palabra.
Como todo está relacionado, nos necesitamos unos a otros. Si la política se deja dominar por la especulación financiera o la economía se rige únicamente por el paradigma tecnocrático y utilitarista de la máxima producción, no podrán ni siquiera comprender, y menos aún resolver, los grandes problemas que afectan a la humanidad. Es necesaria también la cultura, de la que forma parte no solo el desarrollo de la capacidad intelectual del ser humano en las ciencias y de la capacidad de generar belleza en las artes, sino también las tradiciones populares locales - eso también es cultura - con su particular sensibilidad al medio de donde han surgido y del que han salido y del medio que le da sentido. Se requiere de igual forma una educación ética y moral, que cultive actitudes de solidaridad y corresponsabilidad entre las personas. Debemos reconocer el papel específico de las religiones en el desarrollo de la cultura y los beneficios que pueden puedan aportar a la sociedad. Los cristianos, en particular, como discípulos de la Buena Noticia, son somos portadores de un mensaje de salvación que tiene en sí mismo la capacidad de ennoblecer a las personas, de inspirar grandes ideales capaces de impulsar líneas de acción que vayan más allá del interés individual, posibilitando la capacidad de renuncia en favor de los demás, la sobriedad y las demás virtudes que nos contienen y nos unen. Esas virtudes que en vuestra cultura tan sencillamente se expresan en esos tres mandamientos: no mentir, no robar y no ser flojo.

Pero debemos estar alerta pues muy fácilmente nos habituamos al ambiente de inequidad que nos rodea, que nos volvemos insensibles a sus manifestaciones. Y así confundimos sin darnos cuenta el ''bien común'' con el ''bien-estar'', y ahí se va resbalando de a poquito, de a poquito, y el ideal del bien común, como que se va perdiendo, termina en el bienestar, sobre todo cuando somos nosotros los que lo disfrutamos y no los otros. El bienestar que se refiere solo a la abundancia material tiende a ser egoísta, tiende a defender los intereses de parte, a no pensar en los demás, y a dejarse llevar por la tentación del consumismo. Así entendido, el bienestar, en vez de ayudar, incuba posibles conflictos y disgregación social; instalado como la perspectiva dominante, genera el mal de la corrupción que cuánto desalienta y tanto mal hace. El bien común, en cambio, es algo más que la suma de intereses individuales; es un pasar de lo que ''es mejor para mí'' a lo que ''es mejor para todos'', e incluye todo aquello que da cohesión a un pueblo: metas comunes, valores compartidos, ideales que ayudan a levantar la mirada, más allá de los horizontes particulares.

Los diferentes agentes sociales tienen la responsabilidad de contribuir a la construcción de la unidad y el desarrollo de la sociedad. La libertad siempre es el mejor ámbito para que los pensadores, las asociaciones ciudadanas, los medios de comunicación desarrollen su función, con pasión y creatividad, al servicio del bien común. También los cristianos, llamados a ser fermento en el pueblo, aportan su propio mensaje a la sociedad. La luz del Evangelio de Cristo no es propiedad de la Iglesia; ella es su servidora: la Iglesia debe servir al Evangelio de Cristo para que llegue hasta los extremos del mundo. La fe es una luz que no encandila; las ideologías encandilan, la fe no encandila, la fe es una luz que no obnubila, sino que alumbra y guía con respeto la conciencia y la historia de cada persona y de cada convivencia humana. Respeto. El cristianismo ha tenido un papel importante en la formación de la identidad del pueblo boliviano. La libertad religiosa –como es acuñada habitualmente esa expresión en el fuero civil– es quien también nos recuerda que la fe no puede reducirse al ámbito puramente subjetivo. No es una subcultura. Será nuestro desafío alentar y favorecer que germinen la espiritualidad y el compromiso de la fe, el compromiso cristiano en obras sociales, en extender el bien común, a través de las obras sociales.

Entre los diversos actores sociales, quisiera destacar la familia, amenazada en todas partes, por tantos factores, por la violencia doméstica, el alcoholismo, el machismo, la drogadicción, la falta de trabajo, la inseguridad ciudadana, el abandono de los ancianos, los niños de la calle y recibiendo pseudo-soluciones desde perspectivas que no son saludables a la familia sino que provienen claramente de colonizaciones ideológicas. Son tantos los problemas sociales que resuelve la familia, y las resuelve en silencio, son tantos, que no promoverla promover la familia es dejar desamparados a los más desprotegidos.

Una nación que busca el bien común no se puede cerrar en sí misma; las redes de relaciones afianzan a las sociedades. El problema de la inmigración en nuestros días nos lo demuestra. El desarrollo de la diplomacia con los países del entorno, que evite los conflictos entre pueblos hermanos y contribuya al diálogo franco y abierto de los problemas, es hoy hoy es indispensable. Y estoy pensando acá, en el mar: diálogo, es indispensable. Construir puentes en vez de levantar muros. Construir puentes en vez de levantar muros. Todos los temas, por más espinosos que sean, tienen soluciones compartidas, tienen soluciones razonables, equitativas y duraderas. Y, en todo caso, nunca han de ser motivo de agresividad, rencor o enemistad que agravan más la situación y hacen más difícil su resolución.

Bolivia transita un momento histórico: la política, el mundo de la cultura, las religiones son parte de este hermoso desafío de la unidad. En esta tierra donde la explotación, la avaricia y múltiples egoísmos y perspectivas sectarias han dado sombra a su historia, hoy puede ser el tiempo de la integración. Y hay que caminar ese camino. Hoy Bolivia puede crear, es capaz de crear con su riqueza nuevas síntesis culturales. ¡Qué hermosos son los países que superan la desconfianza enfermiza e integran a los diferentes, y que hacen de esa integración un nuevo factor de desarrollo! ¡Qué lindos cuando están llenos de espacios que conectan, relacionan, favorecen el reconocimiento del otro! Bolivia, en la integración y en su búsqueda de la unidad, está llamada a ser ''esa multiforme armonía que atrae'' y que atrae en el camino hacia la consolidación de la patria grande.

Muchas gracias por su atención. Pido al Señor que Bolivia, ''esta tierra inocente y hermosa'' siga progresando cada vez más para que sea esa ''patria feliz donde el hombre vive el bien de la dicha y la paz''. Que la Virgen santa los cuide y el Señor los bendiga abundantemente. Y por favor, por favor les pido, que no se olviden rezar por mí, pues lo necesito. Muchas gracias''.

Finalizado su discurso el Papa regresó al aeropuerto de El Alto para embarcarse rumbo a Santa Cruz de la Sierra donde hoy, 9 de julio, presidirá la santa misa por la apertura del V Congreso Eucarístico Nacional, encontrará a los sacerdotes, religiosos y seminaristas y pronunciará un discurso en la clausura del II Encuentro Mundial de los Movimientos Populares.





Actos Pontificios


Ciudad del Vaticano, 9 de julio de 2015 (Vis).- El Santo Padre ha nombrado al reverendo Simon Poh Hoon Seng como obispo auxiliar de la arquidiócesis de Kuching (superficie 19.173, población 1.216.000, católicos 192.569, sacerdotes 37, religiosos 82 en Malasia. El obispo electo nació en 1963 en Sri Aman (Malasia) y fue ordenado sacerdote en 1988. Es Licenciado en Misiología por la Pontificia Universidad Urbaniana de Roma. En su ministerio pastoral ha sido, entre otros, vicario parroquial, párroco, director de la Comisión para las Vocaciones, consejero espiritual de la Comisión para los Jóvenes. Actualmente era canciller y párroco de la catedral de san José en Kuching.
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