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El 'Vatican Information Service' (VIS) es un boletín informativo de la Oficina de Prensa Santa Sede. Transmite diariamente información sobre la actividad magisterial y pastoral del Santo Padre y de la Curia Romana... []

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lunes, 21 de diciembre de 2015

El Papa saluda a la Curia Romana: Volver a lo esencial


Ciudad del Vaticano, 21 de diciembre de 2015 (Vis).- Misionariedad y pastoralidad, idoneidad y sagacidad, espiritualidad y humanidad, ejemplaridad y fidelidad, racionalidad y amabilidad, inocuidad y determinación, caridad y verdad, honestidad y madurez, respeto y humildad, dadivosidad y atención, impavidez y prontitud, atendibilidad y sobriedad. Son las palabras que el Papa Francisco ha propuesto esta mañana a la Curia Romana, como subsidio práctico para vivir fructuosamente el tiempo de gracia de la Navidad y del Año de la Misericordia y, al mismo tiempo, para que su servicio a la Iglesia sea fecundo. ''Invito -dijo- a los responsables de los Dicasterios y a los superiores a profundizarla, a enriquecerla y completarla. Es una lista que inicia desde el análisis acróstico de la palabra ''misericordia'', para que esta sea nuestra guía y nuestro faro''.

Durante el tradicional encuentro con los miembros de la Curia Romana para el intercambio de las felicitaciones navideñas, el Santo Padre pronunció un discurso en el que recodó, en primer lugar, sus anteriores encuentros con la Curia, en 2013 cuando puso de relieve ''dos aspectos importantes e inseparables del trabajo de la Curia: la profesionalidad y el servicio, indicando a San José como modelo a imitar''. El año pasado, en cambio, como preparación al sacramento de la Reconciliación, afrontó algunas tentaciones, males, ''el catálogo de los males curiales'' que podrían afectar a todo cristiano, curia, comunidad, congregación, parroquia y movimiento eclesial. ''Males- afirmó- que exigen prevención, vigilancia, cuidado y en algunos casos, por desgracia, intervenciones dolorosas y prolongadas''.

''Algunos de esos males -continuó- se han manifestado a lo largo de este año, provocando mucho dolor a todo el cuerpo e hiriendo a muchas almas.Es necesario afirmar que esto ha sido —y lo será siempre— objeto de sincera reflexión y decisivas medidas. La reforma seguirá adelante con determinación, lucidez y resolución, porque Ecclesia semper reformanda. Sin embargo, los males y hasta los escándalos no podrán ocultar la eficiencia de los servicios que la Curia Romana, con esfuerzo, responsabilidad, diligencia y dedicación, ofrece al Papa y a toda la Iglesia, y esto es un verdadero consuelo. San Ignacio enseñaba que ''es propio del mal espíritu morder (con escrúpulos), entristecer y poner obstáculos, inquietando con falsas razones para que no pase adelante; y propio del buen espíritu es dar ánimo y fuerzas, consolaciones, lágrimas, inspiraciones y quietud, facilitando y quitando todos los impedimentos, para que siga adelante en el bien obrar''.

Por eso ''sería una gran injusticia no manifestar un profundo agradecimiento y un necesario aliento a todas las personas íntegras y honestas que trabajan con dedicación, devoción, fidelidad y profesionalidad, ofreciendo a la Iglesia y al Sucesor de Pedro el consuelo de su solidaridad y obediencia, como también su generosa oración.Es más, las resistencias, las fatigas y las caídas de las personas y de los ministros representan también lecciones y ocasiones de crecimiento y nunca de abatimiento. Son oportunidades para volver a lo esencial, que significa tener en cuenta la conciencia que tenemos de nosotros mismos, de Dios, del prójimo, del sensus Ecclesiae y del sensus fidei''.

Después, Francisco entró de lleno en su discurso, centrado en un ''volver a lo esencial'', cuando estamos iniciando -dijo- '' la peregrinación del Año Santo de la Misericordia, abierto por la Iglesia hace pocos días, y que representa para ella y para todos nosotros una fuerte llamada a la gratitud, a la conversión, a la renovación, a la penitencia y a la reconciliación''. Y en el contexto de la Navidad, la fiesta de la infinita Misericordia de Dios, como dice san Agustín de Hipona y de este Año de la Misericordia, presentó a la Curia el subsidio práctico, citado al inicio, comenzando por la misionalidad y la pastoralidad.

''La misionariedad es lo que hace y muestra a la curia fértil y fecunda; es prueba de la eficacia, la capacidad y la autenticidad de nuestro obrar. La fe es un don, pero la medida de nuestra fe se demuestra también por nuestra aptitud para comunicarla. Todo bautizado es misionero de la Buena Noticia ante todo con su vida, su trabajo y con su gozoso y convencido testimonio. La pastoralidad sana es una virtud indispensable de modo especial para cada sacerdote. Es la búsqueda cotidiana de seguir al Buen Pastor que cuida de sus ovejas y da su vida para salvar la vida de los demás. Es la medida de nuestra actividad curial y sacerdotal. Sin estas dos alas nunca podremos volar ni tampoco alcanzar la bienaventuranza del ''siervo fiel''.

Por cuanto respecta a la idoneidad y la sagacidad, ''la idoneidad necesita el esfuerzo personal de adquirir los requisitos necesarios y exigidos para realizar del mejor modo las propias tareas y actividades, con la inteligencia y la intuición. Esta es contraria a las recomendaciones y los sobornos. La sagacidad es la prontitud de mente para comprender y para afrontar las situaciones con sabiduría y creatividad. Idoneidad y sagacidad representan además la respuesta humana a la gracia divina, cuando cada uno de nosotros sigue aquel famoso dicho: ''Hacer todo como si Dios no existiese y, después, dejar todo a Dios como si yo no existiese''.

Espiritualidad y humanidad. ''La espiritualidad es la columna vertebral de cualquier servicio en la Iglesia y en la vida cristiana. Esta alimenta todo nuestro obrar, lo corrige y lo protege de la fragilidad humana y de las tentaciones cotidianas. La humanidad es aquello que encarna la autenticidad de nuestra fe. Quien renuncia a su humanidad, renuncia a todo. La humanidad nos hace diferentes de las máquinas y los robots, que no sienten y no se conmueven. Cuando nos resulta difícil llorar seriamente o reír apasionadamente, entonces ha iniciado nuestro deterioro y nuestro proceso de transformación de ''hombres'' a algo diferente. La humanidad es saber mostrar ternura, familiaridad y cortesía con todos. Espiritualidad y humanidad, aun siendo cualidades innatas, son sin embargo potencialidades que se han de desarrollar integralmente, alcanzar continuamente y demostrar cotidianamente.

A la hora de hablar de la ejemplaridad y la fidelidad, Francisco citó al beato Pablo VI que había recordado a la Curia ''su vocación a la ejemplaridad''. ''Ejemplaridad para evitar los escándalos que hieren las almas y amenazan la credibilidad de nuestro testimonio. Fidelidad a nuestra consagración, a nuestra vocación, recordando siempre las palabras de Cristo: ''El que es fiel en lo poco, también en lo mucho es fiel; el que es injusto en lo poco, también en lo mucho es injusto'' y ''quien escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgasen una piedra de molino al cuello y lo arrojasen al fondo del mar. ¡Ay del mundo por los escándalos! Es inevitable que sucedan escándalos, ¡pero ay del hombre por el que viene el escándalo!'' .

Racionalidad y amabilidad. ''La racionalidad sirve para evitar los excesos emotivos, y la amabilidad para evitar los excesos de la burocracia, las programaciones y las planificaciones. Son dotes necesarias para el equilibrio de la personalidad: ''El enemigo mira mucho si un alma es ancha o delicada de conciencia, y si es delicada procura afinarla más, pero ya extremosamente, para turbarla más y arruinarla''. Todo exceso es indicio de algún desequilibrio''.

Inocuidad y determinación. ''La inocuidad, que nos hace cautos en el juicio, capaces de abstenernos de acciones impulsivas y apresuradas, es la capacidad de sacar lo mejor de nosotros mismos, de los demás y de las situaciones, actuando con atención y comprensión. Es hacer a los demás lo que queremos que ellos hagan con nosotros . La determinación es la capacidad de actuar con voluntad decidida, visión clara y obediencia a Dios, y sólo por la suprema ley de la salus animarum.
La caridad y la verdad son ''dos virtudes inseparables de la existencia cristiana: ''realizar la verdad en la caridad y vivir la caridad en la verdad'' . Hasta el punto en que la caridad sin la verdad se convierte en la ideología del bonachón destructivo, y la verdad sin la caridad, en el afán ciego de judicializarlo todo''.

Honestidad y madurez. ''La honestidad es la rectitud, la coherencia y el actuar con sinceridad absoluta con nosotros mismos y con Dios. La persona honesta no actúa con rectitud solamente bajo la mirada del vigilante o del superior; no tiene miedo de ser sorprendido porque nunca engaña a quien confía en él. El honesto no es prepotente con las personas ni con las cosas que le han sido confiadas para administrarlas, como hace el ''siervo malvado''. La honestidad es la base sobre la que se apoyan todas las demás cualidades. La madurez es el esfuerzo para alcanzar una armonía entre nuestras capacidades físicas, psíquicas y espirituales. Es la meta y el resultado de un proceso de desarrollo que no termina nunca y que no depende de la edad que tengamos.''.

Respeto y humildad. ''El respeto es una cualidad de las almas nobles y delicadas, de las personas que tratan siempre de demostrar la justa consideración a los demás, a la propia misión, a los superiores y a los subordinados, a los legajos, a los documentos, al secreto y a la discreción; es la capacidad de saber escuchar atentamente y hablar educadamente. La humildad, en cambio, es la virtud de los santos y de las personas llenas de Dios, que cuanto más crecen en importancia, más aumenta en ellas la conciencia de su nulidad y de no poder hacer nada sin la gracia de Dios''.

Dadivosidad y atención. ''Seremos mucho más dadivosos de alma y más generosos en dar -advirtió Francisco- cuanta más confianza tengamos en Dios y en su providencia, conscientes de que cuanto más damos, más recibimos. En realidad, sería inútil abrir todas las puertas santas de todas las basílicas del mundo si la puerta de nuestro corazón permanece cerrada al amor, si nuestras manos no son capaces de dar, si nuestras casas se cierran a la hospitalidad y nuestras iglesias a la acogida. La atención consiste en cuidar los detalles y ofrecer lo mejor de nosotros mismos, y también en no bajar nunca la guardia sobre nuestros vicios y carencias. Así rezaba san Vicente de Paúl: ''Señor, ayúdame a darme cuenta de inmediato de quienes tengo a mi lado, de quienes están preocupados y desorientados, de quienes sufren sin demostrarlo, de quienes se sienten aislados sin quererlo''.

Impavidez y prontitud. Ser impávido significa ''no dejarse intimidar por las dificultades, como Daniel en el foso de los leones o David frente a Goliat; significa actuar con audacia y determinación; sin tibieza ''como un buen soldado''; significa ser capaz de dar el primer paso sin titubeos, como Abraham y como María. La prontitud, en cambio, consiste en saber actuar con libertad y agilidad, sin apegarse a las efímeras cosas materiales. Dice el salmo: ''Aunque crezcan vuestras riquezas, no les deis el corazón''. Estar listos quiere decir estar siempre en marcha, sin sobrecargarse acumulando cosas inútiles y encerrándose en los propios proyectos, y sin dejarse dominar por la ambición''.

Por último, atendibilidad y sobriedad. ''El atendible es quien sabe mantener los compromisos con seriedad y fiabilidad cuando se cumplen, pero sobre todo cuando se encuentra solo; es aquel que irradia a su alrededor una sensación de tranquilidad, porque nunca traiciona la confianza que se ha puesto en él. La sobriedad —la última virtud de esta lista, aunque no por importancia— es la capacidad de renunciar a lo superfluo y resistir a la lógica consumista dominante. La sobriedad es prudencia, sencillez, esencialidad, equilibrio y moderación. La sobriedad es mirar el mundo con los ojos de Dios y con la mirada de los pobres y desde la parte de los pobres. La sobriedad es un estilo de vida que indica el primado del otro como principio jerárquico, y expresa la existencia como la atención y servicio a los demás. Quien es sobrio es una persona coherente y esencial en todo, porque sabe reducir, recuperar, reciclar, reparar y vivir con un sentido de la proporción''.

Una vez terminado el elenco, Francisco se dirigió a los prelados para reiterar que ''la misericordia no es un sentimiento pasajero, sino la síntesis de la Buena Noticia; es la opción de los que quieren tener los sentimientos del Corazón de Jesús, de quien quiere seriamente seguir al Señor, que nos pide: ''Sed misericordiosos como vuestro Padre'' . El Padre Hermes Ronchi dice: ''Misericordia: escándalo para la justicia, locura para la inteligencia, consuelo para nosotros, los deudores. La deuda de existir, la deuda de ser amados, sólo se paga con la misericordia''.

''Así pues -subrayó- que sea la misericordia la que guíe nuestros pasos, la que inspire nuestras reformas, la que ilumine nuestras decisiones. Que sea el soporte maestro de nuestro trabajo. Que sea la que nos enseñe cuándo hemos de ir adelante y cuándo debemos dar un paso atrás. Que sea la que nos haga ver la pequeñez de nuestros actos en el gran plan de salvación de Dios y en la majestuosidad y el misterio de su obra''.

Y para concluir Francisco invitó a los presentes a dejarse asombrar por la bella oración, comúnmente atribuida al beato Oscar Arnulfo Romero, pero que fue pronunciada por primera vez por el Cardenal John Dearden:

''De vez en cuando, dar un paso atrás nos ayuda
a tomar una perspectiva mejor.
El Reino no sólo está más allá de nuestros esfuerzos,
sino incluso más allá de nuestra visión.
Durante nuestra vida, sólo realizamos una minúscula parte
de esa magnífica empresa que es la obra de Dios.
Nada de lo que hacemos está acabado,
lo que significa que el Reino está siempre ante nosotros.
Ninguna declaración dice todo lo que podría decirse.
Ninguna oración puede expresar plenamente nuestra fe.
Ninguna confesión trae la perfección, ninguna visita pastoral trae la integridad.
Ningún programa realiza la misión de la Iglesia.
En ningún esquema de metas y objetivos se incluye todo.
Esto es lo que intentamos hacer:
plantamos semillas que un día crecerán;
regamos semillas ya plantadas,
sabiendo que son promesa de futuro.
Sentamos bases que necesitarán un mayor desarrollo.
Los efectos de la levadura que proporcionamos
van más allá de nuestras posibilidades.
No podemos hacerlo todo y, al darnos cuenta de ello, sentimos una cierta liberación.
Ella nos capacita a hacer algo, y a hacerlo muy bien.
Puede que sea incompleto, pero es un principio,
un paso en el camino,
una ocasión para que entre la gracia del Señor y haga el resto.
Es posible que no veamos nunca los resultados finales,
pero esa es la diferencia entre el jefe de obras y el albañil.
Somos albañiles, no jefes de obra, ministros, no el Mesías.

Somos profetas de un futuro que no es nuestro''.

A los trabajadores del Vaticano: El Jubileo se vive también en la iglesia doméstica


Ciudad del Vaticano, 21 de diciembre de 2015 (Vis).El Papa Francisco ha intercambiado esta mañana en el Aula Pablo VI los saludos de Navidad con los empleados de la Santa Sede y del Estado de la Ciudad del Vaticano y sus familiares.

Francisco dio las gracias a todos por su trabajo y por su esfuerzo en hacer siempre las cosas bien aún cuando no se reconozca. En particular se dirigió a los que desde hace años desempeñan la misma tarea reconociendo que la rutina no siempre es fácil de llevar porque las personas, gracias a Dios, no son máquinas y a veces necesitan un incentivo o un cambio. ''Gracias -repitió-, continuemos, en los diversos ámbitos de trabajo, colaborando juntos, con paciencia, intentando ayudarnos unos con otros''.

El Santo Padre pidió también perdón por los escándalos que ha habido en el Vaticano. ''Pero me gustaría -dijo- que vuestra actitud y la mía, especialmente estos días, fuera la de rezar por las personas involucradas para que los que se han equivocado se arrepienta y encuentre el camino justo''.

''Hay algo más que os quiero decir y que quizás es lo más importante: -continuó-os animo a preocuparos por vuestro matrimonio y por vuestros hijos. Prestadles atención, no los desatendáis. El matrimonio es como una planta. No es como un armario que se mete en una habitación y es suficiente quitarle el polvo de vez en cuando. Una planta vive, hay que cuidarla día tras día... El matrimonio es una realidad viva: nunca hay que dar por descontada la vida de pareja, en ninguna fase del recorrido de una familia. Tenemos que acordarnos de que el don más precioso para los hijos no son las cosas sino el amor de los padres. Y no quiero decir solamente el amor de los padres por los hijos, sino el amor de los padres entre sí, es decir la relación conyugal. Es algo que hace bien tanto a vosotros como a vuestros hijos''.

''Por eso, antes que nada.cultivad la planta del matrimonio, que sois vosotros, esposos, y al mismo tiempo, cuidad de la relación con vuestros hijos, dando aquí también más importancia a la relación humana que a las cosas. Apuntad a la misericordia en las relaciones diarias, entre marido y mujer, entre padres e hijos, entre hermanos... Cuidemos de los abuelos. Los abuelos son muy importantes en la familia, tienen la memoria, la sabiduría. No los dejéis de lado. Cuidad de la paz en la familia: se riñe también en la familia, todos lo sabemos. Cuando en un matrimonio no se riñe no parece normal. Lo importante es que la jornada no termine sin hacer las paces.... ¿Os habéis hecho la guerra durante el día? ¿Todavía está caliente? No dejéis que se vuelva fría porque la guerra fría del día después es más peligrosa que la guerra caliente''.

''El Jubileo se vive también en la iglesia doméstica, no sólo en los grandes acontecimientos. Todavía más: el Señor ama al que practica la misericordia en las circunstancias ordinarias -subrayó Francisco- Esto es lo que os deseo: que sintáis la alegría de la misericordia, empezando por vuestras familias... Gracias por vuestro trabajo, perdón por los escándalos y seguid adelante. Seguid adelante en esta comunidad y llevad mi saludo y mis mejores deseos a vuestros seres queridos, a los ancianos y a los enfermos. Y, por favor, seguid rezando por mí. ¡Feliz Navidad!''.



Navidad: Encontrar a Jesús en los lugares del estupor


Ciudad del Vaticano, 20 diciembre 2015 (VIS).- El Santo Padre se asomó a la ventana de su estudio, en el Palacio Apostólico Vaticano, para rezar el Ángelus como cada domingo con los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro. Entre los presentes se encontraba un grupo muy numeroso de niños de los Oratorios que esperaban con ansia la bendición de las estatuillas del Niño Jesús que colocarán en los pesebres de sus casas. En el IV domingo de Adviento, el Papa explicó que para celebrar de modo proficuo la Navidad, estamos llamados a detenernos en los “lugares” del estupor.

''¿Y cuáles son estos lugares del estupor en la vida cotidiana? -dijo- Son tres. El primer lugar es el otro, en el cual reconocer a un hermano, porque desde que se produjo el nacimiento de Jesús, cada rostro lleva impresa las semblanzas del Hijo de Dios. Sobre todo cuando es el rostro del pobre, porque como pobre, Dios entró en el mundo y dejó, ante todo, que los pobres se acercaran a Él''. El segundo, explicó que es el estupor de la historia. ''Tantas veces creemos que la vemos por el lado justo, y en cambio corremos el riesgo de leerla al revés. Sucede, por ejemplo, cuando nos parece determinada por la economía de mercado, regulada por la finanza y las especulaciones, dominada por los poderosos de turno. En cambio, el Dios de la Navidad es un Dios que “desordena las cartas”.

''Un tercer lugar del estupor es la Iglesia -continuó-. Mirarla con el estupor de la fe significa no limitarse a considerarla sólo como una institución religiosa, que es, sino sentirla como una Madre que, aun entre manchas y arrugas – ¡tenemos tantas! – deja translucir los rasgos de la Esposa amada y purificada por Cristo Señor. Una Iglesia que sabe reconocer los muchos signos de amor fiel que Dios le envía continuamente. Una Iglesia para la que el Señor Jesús jamás será una posesión que hay que defender celosamente: los que hacen esto se equivocan, sino siempre Aquel que sale a su encuentro y que ella sabe esperar con confianza y alegría, dando voz a la esperanza del mundo. La Iglesia que llama al Señor: “¡Ven, Señor Jesús!”. La Iglesia madre que siempre tiene las puertas abiertas de par en par y los brazos abiertos para acoger a todos. Es más, la Iglesia madre que sale de sus propias puertas para buscar con sonrisa de madre a todos los alejados y llevarlos a la misericordia de Dios. ¡Éste es el estupor de la Navidad!


En Navidad, destacó, ''Dios se nos entrega totalmente entregándonos a su Hijo, el Único que es toda su alegría. Y sólo con el corazón de María, la humilde y pobre hija de Sion, que se convirtió en Madre del Hijo del Altísimo, es posible exultar y alegrarse por el gran don de Dios y por su imprevisible sorpresa... El encuentro con Jesús nos hará sentir este gran estupor. Pero no podemos tener este estupor, no podemos encontrar a Jesús,-finalizó- si no lo encontramos en los demás, en la historia y en la Iglesia''.

En camino hacia el cese de la violencia en Medio Oriente


Ciudad del Vaticano, 20 diciembre 2015 (VIS).- Al finalizar el ángelus, el Papa recordó de nuevo a Siria, manifestando su vivo aprecio por el recientes acuerdo alcanzado por la Comunidad Internacional. ''Aliento a todos -dijo- a continuar con generoso impulso el camino hacia el cese de las violencias y de una solución negociada que conduzca a la paz''. Francisco mencionó también la situación de Libia, ''donde el reciente compromiso asumido entre las Partes para un Gobierno de unidad nacional invita a la esperanza para el futuro''. El Obispo de Roma hizo público su deseo de sostener ''el compromiso de colaboración al que han sido llamados Costa Rica y Nicaragua. Espero -continuó- que un renovado espíritu de fraternidad refuerce ulteriormente el diálogo y la cooperación recíproca, como también entre todos los Países de la Región''.


El Papa aludió después a las poblaciones de India que han sufrido graves daños causados por un aluvión y animó a todos a rezar un Ave María por ellas. Finalmente saludó a los presentes y en especial a los muchos chicos y chicas presentes en la Plaza de San Pedro que trajeron las estatuillas de los niños Jesús de sus belenes para que el Papa los bendijera. ''Queridos niños, cuando recéis delante de vuestros belenes, acordaos también de mí, como yo me acuerdo de vosotros''.

Francisco elogia la solidaridad con los pobres de los Ferrocarriles Italianos


Ciudad del Vaticano, 19 de diciembre de 2015 (Vis).-''La historia de los Ferrocarriles Italianos atestigua una atención especial a los más pobres, con diversas iniciativas de solidaridad, tanto antiguas como recientes'', recordó el Papa Francisco recibiendo esta mañana en el Aula Pablo VI a siete mil empleados de ese sector, entre los que citó también a los que habían perdido la vida durante la construcción de la red ferroviaria del país, manifestando el deseo de que incidentes de ese tipo no vuelvan a suceder.

Entre las iniciativas de solidaridad de los Ferrocarriles, se encuentra el Centro de Ayuda, una ventanilla que, como afirmó el Pontífice, además de facilitar ayuda y escucha a los que se encuentran en dificultad, sirve de ''antena'' para captar las señales de lo que está sucediendo a nuestro alrededor. ''Todos necesitaríamos esas antenas- comentó- para poder percibir el sufrimiento de los demás sin permanecer indiferentes. Estas ventanillas son un medio con el cual los Ferrocarriles contribuyen a mantener el país unido, no sólo en términos de geografía, sino también en el plano social''. Otra iniciativa importante es el albergue de la estación Termini, dedicado a Don Luigi Di Liegro, fundador de Cáritas de Roma, renovado por los Ferrocarriles en colaboración con Cáritas. Una estructura que acoge diariamente cientos de visitantes y que está preparando un servicio de estancia diurna para recibir a las personas que buscan refugio.

''Que el Año Santo, que ha empezado hace pocos días nos enseñe sobre todo esto- observó Francisco- y que grabe en nuestras mentes y en nuestros corazones que la misericordia es la primera y la más verdadera de las medicinas para los seres humanos, de la que todos tienen urgente necesidad. Fluye de manera continua y abundante de Dios, pero también debemos ser capaces de intercambiarla entre nosotros para que todos puedan vivir en plenitud su humanidad. Esto es lo que nos recuerdan las Puertas Santas que en estos días se abren en todas las diócesis del mundo. La del albergue de la estación Termini se ha convertido en la Puerta Santa de la Caridad: los que cruzan con amor encontrarán perdón y consuelo, y se sentirá empujados a dar y a darse más generosamente, para su propia salvación y la de sus hermanos. ¡Dejémonos renovar del paso a través de esta puerta espiritual, para que marque interiormente nuestra vida! ¡Dejémonos involucrar en el Jubileo de la Misericordia, para renovar el tejido de nuestra sociedad, haciéndola más justa y solidaria''.

Al final de la audiencia el Obispo de Roma se refirió a la última monografía de la colección ''L'Italia del treno'', dedicada a los viajes de los pontífices en tren y titulada ''Jubileo'',y manifestó el deseo de que la estima que han demostrado los Ferrocarriles por los papas, se refuerce para que Italia y todos los países del mundo se conviertan en ''redes solidarias, más auténticamente humanas, más capaces de alegrarse del amor de Dios y de la comunión recíproca''.


El Papa abre la Puerta Santa de la Caridad y reitera que el Cielo no se compra con el dinero o los galardones


Ciudad del Vaticano, 19 de diciembre de 2015 (Vis).-El Papa Francisco abrió ayer tarde otra Puerta Santa que no está en ninguna iglesia ni catedral. Fue la puerta de la entrada al albergue de Caritas en la estación Termini de Roma, donde encuentran acogida y ayuda las personas más frágiles de la sociedad. Esa puerta, en el albergue titulado a su fundador, el sacerdote Luigi Di Liegro, ahora se llama Puerta de la Caridad y, pasando a través de ella, el Papa encontró esperándole en el comedor dedicado a san Juan Pablo II a doscientos hombres y mujeres, acompañados de los voluntarios del Centro, para los celebró la santa misa y pronunció una homilía en la que reafirmó que el camino de la salvación no pasa por el poder y que el Cielo no se compra con el dinero.

''Dios viene a salvarnos, y no encuentra mejor manera de hacerlo que caminar con nosotros, haciendo nuestra vida -dijo Francisco- Y el momento de elegir el camino, de cómo hacer su vida, no elige una gran ciudad de un gran imperio, no elige por madre una princesa, una condesa,una persona importante, no elija una lujosa mansión. Parece que todo está hecho intencionalmente casi en secreto. María era una chica que no tenía más de 16 o 17 años, en una remota aldea en las afueras del Imperio Romano , que probablemente no conocía nadie. José era un chico que la amaba y que quería casarse con ella, un carpintero que se ganaba el pan de cada día. En total simplicidad... Y luego, el repudio ... - porque estaban comprometidos, y en una aldea tan pequeña... ya sabéís como son las habladurías. Y José se dio cuenta de que estaba embarazada, pero él era justo. Todo en secreto, a pesar de la calumnia y los chismes. Y el ángel explicó en sueños el misterio a José: "Ese hijo que tu novia lleva dentro es obra de Dios, es obra del Espíritu Santo. Y cuando José se despertó, hizo lo que había ordenado el ángel del Señor, y fue donde estaba María y la tomó en matrimonio. Pero todo en secreto, todo humilde. Las grandes ciudades del mundo no sabían nada. Y así es Dios entre nosotros. Si quieres encontrar a Dios, búscalo en la humildad, búscalo en la pobreza, búscalo dónde está escondido: entre los más necesitados, entre los enfermos, los hambrientos, los encarcelados''.

''Y Jesús cuando habla de la vida, nos explica también como será nuestri juicio. No dice: Tú, ven conmigo porque... eres un benefactor de la Iglesia. Ven al Cielo. No. La entrada del cielo no se paga con dinero. No dirá: Tú eres muy importante, has estudiado mucho y llevas muchas condecoraciones: ven al Cielo. No. Las condecoraciones no abren las puertas del Cielo. ¿Qué dirá Jesús para abrirnos la puerta del Cielo?: "Tuve hambre y me disteis de comer; estaba en la calle y me disteis una casa; estuve enfermo, y vinisteis a verme; estuve en la cárcel y vinisteis a verme: Jesús es la humildad''.

''El amor de Jesús es grande -exclamó el Papa- Por eso hoy, al abrir esta Puerta Aanta, quisiera que el Espíritu Santo abriera el corazón de todos los romanos, y les mostrase cual es el camino de la salvación. No es el lujo, no es el camino de las grandes riquezas, no es el camino del poder. Es el camino de la humildad. Y los pobres, los enfermos, los encarcelados - Jesús dice todavía más - los más pecadores si se arrepienten, nos precederán en el Cielo. Ellos tienen la llave. El que hace la caridad es el que se deja abrazar por la misericordia del Señor.

''Hoy abrimos esta Puerta y pedimos dos cosas. En primer lugar, que el Señor abra la puerta de nuestro corazón a todos. Todos lo necesitamos, todos somos pecadores, todos necesitamos oír la Palabra del Señor y que la Palabra del Señor venga. En segundo lugar, que el Señor nos haga entender que el camino de la presunción, el camino de la riqueza, el camino de la vanidad, el camino del orgullo, no son caminos de salvación. Que el Señor nos haga comprender que su caricia del Padre, su misericordia, su perdón, es cuando nos acercamos a los que sufren, a los que son rechazados en la sociedad: allí está Jesús. Esta Puerta, que es la Puerta de la Caridad, la Puerta donde son asistidos tantos descartados,nos haga entender que sería bueno que cada uno de nosotros, cada uno de los romanos, se sintiera rechazado, y sintiera la necesidad de Dios. Hoy rezamos por Roma , por todos los habitantes de Roma, por todos, empezando por mí, para que el Señor nos dé la gracia de sentirnos descartados; porque nosotros no tenemos ningún mérito: sólo Él nos da la misericordia y la gracia. Y para acercanos a esa gracia debemos acercarnos a los descartados, los pobres, a los que más lo necesitan, porque sobre esta cercanía todos seremos juzgados''.

''¡Que el Señor hoy, abriendo esta puerta, conceda esta gracia a toda Roma, a todos los habitantes de Roma, para caminar en ese abrazo de misericordia, donde el padre toma al hijo herido, pero el herido es el padre: Dios está herido de amor y por eso es capaz de salvarnos a todos. Que el Señor nos dé esta gracia!'', finalizó el Obispo de Roma.

Después de la Misa, el Papa saludó a los participantes y les recordó que la Navidad se acercaba y el Señor estaba ya cerca.''Pero cuando nació, en aquel pesebre, nadie se dio cuenta de que era Dios. Esta Navidad -dijo- quisiera que el Señor naciera en el corazón de cada uno de nosotros... escondido, como si nadie se diera cuenta, pero que estuviera. Esto es lo que os deseo, esta cercanía del Señor. Rezad por mí, que yo rezo por vosotros''.



Audiencias


Ciudad del Vaticano, 21 de diciembre de 2015 (Vis).-El Santo Padre ha recibido esta mañana en audiencia a monseñor Vincenzo Pisanello, obispo de Oria (Italia).

El sábado, 19 de diciembre, recibió en audiencia:

-Cardenal Marc Ouellet, PSS, Prefecto de la Congregación para los Obispos.

-Arzobispo Salvatore Pennacchio, nuncio apóstolico en India y Nepal.

-Arzobispo Nikola Eterovic, nuncio apóstolico en Alemania.


Actos Pontificios


Ciudad del Vaticano, 21 de diciembre de 2015 (Vis).-El Santo Padre nombró:

-Stefano D'Agostini como Director del Centro Televisivo Vaticano. D'Agostini era hasta ahora Responsable técnico del mismo ente.

-Greg Burke como Subdirector de la Oficina de Prensa de la Santa Sede. Burke, que comenzará su labor a partir del 1 de febrero 2016, es Consultor para la Comunicación de la Sección para Asuntos Generales de la Secretaría de Estado.

El domingo, 20 de diciembre, el Papa aceptó la renuncia del obispo Dominic Mai Luong al oficio de Auxiliar de la diócesis de Orange en California (EE.UU) por límite de edad.

El sábado, 19 de diciembre, el Santo Padre nombró:

-Padre Joseph Raja Tao Thelegathoti SMM, obispo de la diócesis de Vijayawada (superficie 8.374, población 5.898.011, católicos 283.062, sacerdotes 229,religiosos 341, religiosas 971) en India. El obispo electo nació en 1952 en Peddautapally (India), pronunció los votos solemnes y fue ordenado religioso en 1980. Es Licenciado en Teología Bíblica y Doctor en Teología Espiritual. En su ministerio pastoral ha sido entre otros, rector de seminario y de teolagado Monfortano, consejero y superior provincial de su Orden, director del centro Anugraha y del centro mariano Monfortano en Bangalore, procurador general y postulador de la Congregación de los Padres Monfortanos en Roma. Actualmente era Provincial de su congregación en Bangalore.

-Mons. Leszek Leszkiewicz, obispo auxiliar de Tarnow (superficie 7.566, población1.097.479, católicos 1.091.829, sacerdotes 1.455, religiosos 175, religiosas 970, diáconos permanentes) en Polonia. El obispo electo nació en 1970 en Gorlice (Polonia) y fue ordenado sacerdote en 1996. Es Licenciado en Misiología. En su ministerio pastoral ha sido entre otros, vicario parroquial, misionero en Ecuador, subdirector del Departamento de Misiones de Tarnow, prefecto de Disciplina del seminario mayor de esa diócesis. Actualmente era vicario foráneo y párroco de San Nicolás y custodio del santuario de la Bienaventurada Virgen María en Bochnia.

-Cardenal Vinko Puljic, arzobispo de Vrhbosna, como su enviado especial en la conmemoración en Croacia del decimoséptimo centenario del martirio de San Blas, patrono de la diócesis de Dubrovnik y del seiscientos aniversario de la ley ragusina contra el comercio de esclavos.

-Arzobispo Zygmunt Zimowski, Presidente del Pontificio Consejo para los Agentes Sanitarios, como su enviado especial en la celebración de la XXIV Jornada Mundial del Enfermo que tendrá lugar en Nazaret, el 11 de febrero de 2016.


-Monseñor Paul Tighe como Secretario adjunto del Pontificio Consejo de la Cultura. Mons Tighe que ha sido elevado al mismo tiempo a la dignidad episcopal era hasta ahora Secretario del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales.
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