CIUDAD DEL VATICANO, 25 ABR 2005 (VIS).-Esta mañana, en la Sala Clementina, el Papa Benedicto XVI recibió a los miembros de las Iglesias Cristianas y de las comunidades eclesiales de Occidente, así como a los de las religiones no cristianas, llegados a Roma para la misa de inauguración del pontificado, celebrada ayer.
Saludando a los delegados de las Iglesias Ortodoxas, de las Iglesias Ortodoxas Orientales y de las comunidades eclesiales de Occidente, el Santo Padre habló de cuanto había sido "bienvenida" su presencia tanto ayer en San Pedro como en los días del duelo y el funeral del Papa Juan Pablo II. "El tributo de simpatía y afecto que expresasteis a mi inolvidable predecesor -dijo- fue mucho más allá de un simple gesto de cortesía eclesial. (...) Vuestra participación en el luto de la Iglesia Católica por su desaparición ha demostrado qué grande y verdadera es la pasión común por la unidad".
"Doy gracias a Dios -prosiguió- por habernos bendecido con su misericordia y haber infundido en nosotros una disposición sincera a hacer nuestra su oración: ut unum sint".
"Esta jornada es particularmente significativa -agregó después, en francés, Benedicto XVI- ya que permite antes que nada al nuevo obispo de Roma, pastor de la Iglesia Católica, repetir a todos con sencillez: Duc in altum!" (Remad mar adentro). El Papa subrayó que quería reafirmar "el compromiso irreversible" del Concilio Vaticano II y que ha continuado a lo largo de los últimos años a "proseguir por el camino de la plena comunión que Jesús deseó para sus discípulos. (...) Vuestra presencia, queridos hermanos en Cristo, más allá de lo que nos divide y que proyecta sombras sobre nuestra comunión plena y visible, es un signo de participación y de apoyo para el obispo de Roma, que puede contar con vosotros para proseguir el camino".
"Me dirijo ahora a vosotros, queridos hermanos de diversas tradiciones religiosas -dijo en inglés- y os agradezco sinceramente vuestra presencia en la solemne inauguración de mi pontificado. (...) Estoy particularmente agradecido por la presencia entre vosotros de miembros de la comunidad musulmana y expreso mi aprecio por el crecimiento del diálogo entre musulmanes y cristianos, tanto en el ámbito local como en el internacional. Os aseguro que la Iglesia quiere seguir construyendo puentes de amistad con los seguidores de todas las religiones para buscara el bien verdadero de todas las personas y de la sociedad entera".
"El mundo en que vivimos está a menudo marcado por conflictos, violencia y guerra, pero añora ardientemente la paz, la paz que sobre todo es un don de Dios, la paz por la que tenemos que rezar incesantemente. Pero la paz es también una tarea a la que deben comprometerse todos los pueblos, especialmente los que profesan su pertenencia a las religiones tradicionales. Nuestros esfuerzos para superar las diferencias y fomentar el diálogo son una valiosa contribución para construir la paz sobre bases sólidas".
Benedicto XVI concluyó invitando a todos los presentes a "transformarse juntos en artífices de la paz, en un compromiso recíproco de comprensión, de respeto y de amor".
BXVI/ECUMENISMO:DIALOGO/... VIS 20050425 (520)
Saludando a los delegados de las Iglesias Ortodoxas, de las Iglesias Ortodoxas Orientales y de las comunidades eclesiales de Occidente, el Santo Padre habló de cuanto había sido "bienvenida" su presencia tanto ayer en San Pedro como en los días del duelo y el funeral del Papa Juan Pablo II. "El tributo de simpatía y afecto que expresasteis a mi inolvidable predecesor -dijo- fue mucho más allá de un simple gesto de cortesía eclesial. (...) Vuestra participación en el luto de la Iglesia Católica por su desaparición ha demostrado qué grande y verdadera es la pasión común por la unidad".
"Doy gracias a Dios -prosiguió- por habernos bendecido con su misericordia y haber infundido en nosotros una disposición sincera a hacer nuestra su oración: ut unum sint".
"Esta jornada es particularmente significativa -agregó después, en francés, Benedicto XVI- ya que permite antes que nada al nuevo obispo de Roma, pastor de la Iglesia Católica, repetir a todos con sencillez: Duc in altum!" (Remad mar adentro). El Papa subrayó que quería reafirmar "el compromiso irreversible" del Concilio Vaticano II y que ha continuado a lo largo de los últimos años a "proseguir por el camino de la plena comunión que Jesús deseó para sus discípulos. (...) Vuestra presencia, queridos hermanos en Cristo, más allá de lo que nos divide y que proyecta sombras sobre nuestra comunión plena y visible, es un signo de participación y de apoyo para el obispo de Roma, que puede contar con vosotros para proseguir el camino".
"Me dirijo ahora a vosotros, queridos hermanos de diversas tradiciones religiosas -dijo en inglés- y os agradezco sinceramente vuestra presencia en la solemne inauguración de mi pontificado. (...) Estoy particularmente agradecido por la presencia entre vosotros de miembros de la comunidad musulmana y expreso mi aprecio por el crecimiento del diálogo entre musulmanes y cristianos, tanto en el ámbito local como en el internacional. Os aseguro que la Iglesia quiere seguir construyendo puentes de amistad con los seguidores de todas las religiones para buscara el bien verdadero de todas las personas y de la sociedad entera".
"El mundo en que vivimos está a menudo marcado por conflictos, violencia y guerra, pero añora ardientemente la paz, la paz que sobre todo es un don de Dios, la paz por la que tenemos que rezar incesantemente. Pero la paz es también una tarea a la que deben comprometerse todos los pueblos, especialmente los que profesan su pertenencia a las religiones tradicionales. Nuestros esfuerzos para superar las diferencias y fomentar el diálogo son una valiosa contribución para construir la paz sobre bases sólidas".
Benedicto XVI concluyó invitando a todos los presentes a "transformarse juntos en artífices de la paz, en un compromiso recíproco de comprensión, de respeto y de amor".
BXVI/ECUMENISMO:DIALOGO/... VIS 20050425 (520)