CIUDAD DEL VATICANO, 9 SEP 2008 (VIS).-Ayer por la tarde se hizo pública una carta del Papa dirigida al obispo Luciano Monari, de Brescia (Italia), con ocasión del XXX aniversario de la muerte del Papa Pablo VI.
El Santo Padre escribe que el Siervo de Dios Pablo VI (Giovanni Battista Montini), que era originario de la diócesis de Brescia, "fue llamado por la Providencia a guiar la Iglesia en un periodo histórico marcado por no pocos desafíos y problemas".
Al recordar los años de su pontificado (1963-78), "llama la atención -afirma el Papa- el ardor misionero que lo animó y que le llevó a emprender viajes apostólicos difíciles, incluso a naciones lejanas, y a realizar gestos de alto valor eclesial, misionero y ecuménico".
Tras poner de relieve que "el nombre de este pontífice está ligado sobre todo al Concilio Ecuménico Vaticano II (1962-65)", Benedicto XVI escribe que "con el paso de los años se hace cada vez más evidente la importancia del pontificado de Pablo VI para la Iglesia y para el mundo, así como la inestimable herencia de magisterio y de virtud que dejó a los creyentes y a toda la humanidad".
El Papa agradece "la confianza" que le demostró Pablo VI al nombrarle en marzo de 1977 arzobispo de Munich y tres meses después, incluyéndole en el colegio cardenalicio.
Al recordar la muerte de Pablo VI (6 agosto 1978), "doy gracias a Dios -escribe Benedicto XVI- por haber dado a la Iglesia un pastor testigo fiel de Cristo Señor, tan sincera y profundamente enamorado de la Iglesia y tan cercano a las esperanzas y expectativas de los hombres de su tiempo".
"Espero que cada miembro del Pueblo de Dios -concluye- sepa honrar su memoria con el empeño de una sincera y constante búsqueda de la verdad".
BXVI-CARTA/PABLO VI/MONARI VIS 20080909 (310)
El Santo Padre escribe que el Siervo de Dios Pablo VI (Giovanni Battista Montini), que era originario de la diócesis de Brescia, "fue llamado por la Providencia a guiar la Iglesia en un periodo histórico marcado por no pocos desafíos y problemas".
Al recordar los años de su pontificado (1963-78), "llama la atención -afirma el Papa- el ardor misionero que lo animó y que le llevó a emprender viajes apostólicos difíciles, incluso a naciones lejanas, y a realizar gestos de alto valor eclesial, misionero y ecuménico".
Tras poner de relieve que "el nombre de este pontífice está ligado sobre todo al Concilio Ecuménico Vaticano II (1962-65)", Benedicto XVI escribe que "con el paso de los años se hace cada vez más evidente la importancia del pontificado de Pablo VI para la Iglesia y para el mundo, así como la inestimable herencia de magisterio y de virtud que dejó a los creyentes y a toda la humanidad".
El Papa agradece "la confianza" que le demostró Pablo VI al nombrarle en marzo de 1977 arzobispo de Munich y tres meses después, incluyéndole en el colegio cardenalicio.
Al recordar la muerte de Pablo VI (6 agosto 1978), "doy gracias a Dios -escribe Benedicto XVI- por haber dado a la Iglesia un pastor testigo fiel de Cristo Señor, tan sincera y profundamente enamorado de la Iglesia y tan cercano a las esperanzas y expectativas de los hombres de su tiempo".
"Espero que cada miembro del Pueblo de Dios -concluye- sepa honrar su memoria con el empeño de una sincera y constante búsqueda de la verdad".
BXVI-CARTA/PABLO VI/MONARI VIS 20080909 (310)