Ciudad
del Vaticano, 29 de febrero de 2016 (Vis).-El Patriarca de la Iglesia
Ortodoxa Tewahedo de Etiopía, Su Santidad Abuna Matthias I, ha sido
recibido esta mañana por el Papa Francisco. Durante el encuentro, el
Obispo de Roma ha subrayado que la visita del Patriarca refuerza los
lazos fraternos que unen ya a ambas iglesias, mencionando como hitos
del camino común hacia la unidad los encuentros del patriarca Abuna
Paulos con san Juan Pablo II en 1993 y con Benedicto XVI en 2009 que
lo invitó a participar en el Sínodo de los Obispos sobre Africa,
como en la iglesia primitiva era praxis común que una Iglesia
enviase a sus representantes al sínodo de las otras. Del mismo modo
una delegación de la Santa Sede tomó parte en 2012 en el funeral de
Abuna Paulos.
Por
otra parte, como explicó Francisco, desde 2004 la Iglesia Católica
y las Iglesias Ortodoxas Orientales están profundizando su comunión
a través del diálogo teológico en la Comisión Mixta Internacional
que en el curso de los años ha analizado el concepto fundamental de
Iglesia comunión, entendida como participación en la comunión
entre Padre, Hijo y Espíritu Santo. Así, se ha constatado que
existen muchas cosas en común: una sola fe, un solo bautismo, un
solo Señor y Salvador, Jesucristo y tantos elementos de las
tradiciones monásticas y de la liturgia. ''Lo que nos une -dijo el
Papa- es mucho más de lo que nos separa''.
''Sentimos
-prosiguió- que para nosotros son verdaderas las palabras del
apostól Pablo: ''Si un miembro sufre, todos sufren con él; y si un
miembro es honrado, todos se regocijan con el''. Los sufrimientos
compartidos han hecho que los cristianos, divididos por el
contrario en muchos aspectos, se acercasen unos a otros. De la misma
manera que el derramamiento de la sangre de los mártires se
convirtió en la semilla de nuevos cristianos en la Iglesia
primitiva, hoy en día la sangre de tantos mártires de todas las
iglesias se convierte en semilla de la unidad de los cristianos. Los
mártires y los santos de todas las tradiciones eclesiales ya son uno
en Cristo; sus nombres están escritos en el único martirologio de
la Iglesia de Dios. El ecumenismo de los mártires es una invitación
a nosotros aquí y ahora a caminar juntos hacia la unidad cada vez
más plena''.
El
Papa recordó que la Iglesia Ortodoxa Tewahedo ha sido desde el
principio una Iglesia de mártires y que todavía hoy en día es
testigo ''de una violencia devastadora contra los cristianos y otras
minorías en el Oriente Medio y en algunas partes de África. No
podemos dejar de llamar una vez más, a los que tienen en sus manos
la suerte política y económica del mundo, a la promoción de una
coexistencia pacífica basada en el respeto mutuo y la
reconciliación, el perdón mutuo y la solidaridad''. También se
refirió a los grandes esfuerzos que está haciendo Etiopía para
mejorar las condiciones de vida de la población y para construir una
sociedad cada vez más justa basada en el Estado de derecho y en el
respeto del papel de las mujeres, y citó en particular el problema
de la falta de agua, con sus graves consecuencias sociales y
económicas. ''Hay un amplio espacio para la colaboración entre las
iglesias en favor del bien común y la salvaguarda de la creación, y
no dudo -afirmó- de la disponibilidad de la Iglesia católica de
Etiopía para trabajar junto con la Iglesia ortodoxa Tewahedo''.
''Mi
ferviente esperanza es que este encuentro dé origen a un nuevo
tiempo de amistad fraternal entre nuestras Iglesias. Somos
conscientes de que la historia ha dejado una carga de dolorosos
malentendidos y de desconfianza, por lo que pedimos el perdón y la
cura de Dios. Recemos unos por otros -concluyó el Pontífice-
invocando la protección de los mártires y de los santos sobre todos
los fieles confiados a nuestros cuidados pastorales. Que el Espíritu
Santo siga iluminándonos y nos guíe hacia la armonía y la paz,
fomentando en nosotros la esperanza del día en que, con la ayuda de
Dios, estemos unidos en torno al altar del Sacrificio de Cristo, en
la plenitud de la comunión eucarística''.