Ciudad
del Vaticano, 18 septiembre 2014
(VIS).-Los obispos de Costa de Marfil que acaban de efectuar su
quinquenal visita ''ad Limina'', han sido recibidos esta mañana por
el Santo Padre que, en el discurso que les ha entregado subraya la
necesidad del diálogo y la fraternidad entre los prelados y sus
sacerdotes así como de una acertada inculturación de la fe.
''La
comunión fraternal que reúne en torno a Cristo a los obispos de
una nación -escribe- es indispensable tanto para el crecimiento de
la Iglesia como para el progreso de la sociedad. Y esto es todavía
mas verdadero en un país que ha sufrido serias divisiones y necesita
vuestro testimonio y vuestro compromiso firme para reconstruir la
fraternidad. ¡No dejemos que nos roben el ideal del amor
fraternal!. Siendo, entre vosotros, realmente hermanos, abiertos al
diálogo en la confianza mutua, escuchando a todos -también cuando
hay diferencias o contradicciones - y dejando un lugar a cada uno,
especialmente a los más jóvenes entre vosotros, daréis un nuevo
impulso misionero y transformaréis realmente la sociedad, para que
responda más al ideal evangélico''.
''Por
lo tanto -prosigue- no puedo por menos que invitaros a tomar la parte
que os corresponde en la tarea de reconciliación nacional,
rechazando cualquier implicación personal en las disputas políticas
a expensas del bien común. Pero es importante que mantengáis
relaciones constructivas con las autoridades de vuestro país así
como con los distintos componentes de la sociedad, a fin de difundir
un verdadero espíritu evangélico de diálogo y la colaboración. El
papel de la iglesia - que es apreciada y escuchada - puede ser
crucial. ...Os animo a continuar el diálogo con los musulmanes, a
fin de desalentar cualquier deriva violenta y cualquier errónea
interpretación religiosa del conflicto por el que habéis
atravesado''.
''Por
supuesto no estáis solo en la enorme tarea de la evangelización y
la conversión de los corazones que se abre ante vosotros: estáis
apoyados por clero, generoso y motivado, cuyo número crece sin
cesar... -reconoce el Obispo de Roma- Pero para evitar las
dificultades y carencias que conocen algunos sacerdotes, la mejor
manera es sin duda la calidad de su formación, inicial y
permanente, el impulso de una fraternidad sacerdotal que supere las
divisiones étnicas y, en especial, la proximidad y la atención que,
como padres amorosos y atento, tenéis que dar a cada uno de ellos.
Utilizad, siempre que sea posible, la dulzura, la persuasión y el
estímulo para despertar el celo pastoral, mejor que las sanciones
apresuradas y la severidad. Os invito a visitar a menudo a vuestros
sacerdotes con el fin de escucharles para conocerlos cada vez más..
La formación de un ''presbyterium'' fraternal y unido, alrededor de
su obispo es lo que hace que los sacerdotes se apeguen a su propia
diócesis y lo que les lleva a concederle la prioridad, ya que muchos
sienten la tentación de partir lejos, en detrimento del pueblo de
Dios que necesita su ministerio''
El
Papa agradece calurosamente a los religiosos y religiosas ''la
considerable tarea que llevan a cabo, junto a los laicos unidos a
ellos. en los sectores de la educación, la salud y desarrollo. Es
un trabajo apreciado por todos y, además, absolutamente
indispensable porque hay una conexión íntima entre evangelización
y promoción humana''. También invita a los obispos a hacer sentir
su cercanía pastoral a todos los fieles laicos, especialmente a las
familias, que hoy en día ''son muy frágiles, tanto por el proceso
de secularización, que experimenta ya la sociedad de Costa de
Marfil, o por el movimiento de la población y las divisiones
causadas por el conflicto, así como por propuestas, menos exigentes
moralmente que surgen por doquier''. No olvida el Pontífice a los
ancianos que ''a pesar de la mentalidad africana tradicional que los
rodea de una especial veneración muchos de ellos se encuentran en
estos tiempos solos o abandonados, porque la cultura del
''descarte'' ya ha aparecido en vuestras sociedades. Pero su
participación es indispensable para el equilibrio de un pueblo y la
educación de la juventud''.
Francisco
concluye expresando su alegría y gratitud por la gran tarea de
evangelización que se realiza en Costa de Marfil. ''Sin embargo
-advierte- la fe sigue siendo frágil y se percibe un viento
contrario. A menudo -como han demostrado, por desgracia, los
conflictos recientes- el particularismo étnico se sobrepone a la
fraternidad evangélica, muchos bautizados, cansados o decepcionados,
se alejan de la luz de la verdad para adherirse a propuestas más
fáciles, otros no ponen en práctica en sus vidas las exigencias de
la fe. Indudablemente la clave para el futuro se encuentra en parte,
en el radicarse más profundo de la Palabra de Dios en los
corazones. Y, ciertamente, es necesario profundizar en el diálogo
con la realidad cultural, religiosa y tradicional con el fin de
lograr una verdadera inculturación de nuestra fe rechazando, sin
ambigüedades, lo que es contrario pero acogiendo y llevando a
cumplimiento lo que es bueno. Os animo, por tanto, a continuar sin
cesar en la obra de evangelización.. Así, la Iglesia en Costa de
Marfil podrá hacer frente, con serenidad, a los retos del futuro''.