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El 'Vatican Information Service' (VIS) es un boletín informativo de la Oficina de Prensa Santa Sede. Transmite diariamente información sobre la actividad magisterial y pastoral del Santo Padre y de la Curia Romana... []

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domingo, 20 de noviembre de 2011

IGLESIA EN AFRICA: SÉ LUZ DEL MUNDO A TRAVES DE LAS PRUEBAS



CIUDAD DEL VATICANO, 20 NOV 2011 (VIS).-Finalizada la Santa Misa, el Papa entregó la Exhortación Apostólica Post-Sinodal “Africae Munus” a los presidentes de las Conferencias Episcopales de África, tanto nacionales como regionales, y a los presidentes de los sínodos de las Iglesias católicas orientales.

    El Santo Padre explicó que “tras la entrega del documento, comienzan las fases locales de asimilación y de aplicación de los contenidos teológicos, eclesiológicos, espirituales y pastorales de esta Exhortación. Es un texto que pretende promover, fomentar y consolidar las diversas iniciativas locales ya existentes. Y desea también inspirar otras nuevas para la Iglesia católica en África”.

  “Una de las primeras tareas de la Iglesia sigue siendo el anuncio de Jesucristo y su Evangelio ‘ad gentes’, es decir, la evangelización de quienes están alejados de la Iglesia de una u otra manera. Deseo que esta Exhortación os guíe en la proclamación de la Buena Nueva de Jesús en África. Esto no es sólo un mensaje o una palabra. Es sobre todo una apertura a una persona: Jesucristo, el Verbo encarnado. Sólo Él tiene palabras de vida eterna. Siguiendo el ejemplo de Cristo, todo cristiano está llamado a reflejar la misericordia del Padre y la luz del Espíritu Santo. La evangelización supone e implica también la reconciliación, prometiendo la paz y la justicia”.

  Benedicto XVI concluyó su alocución hablando en portugués. “Querida Iglesia en África, sé cada vez más sal de la tierra en este territorio que Jesucristo ha bendecido con su presencia cuando ha encontrado refugio en él. Sé la sal de la tierra de África, bendecida por la sangre de tantos mártires, hombres, mujeres y niños, testigos de la fe cristiana hasta el don supremo de la vida. Hazte luz del mundo, luz de África, que muchas veces, a través de pruebas, busca el camino de la paz y la justicia para todos sus habitantes. Tu luz es Jesucristo, ‘luz del mundo’. Que Dios te bendiga, querida África”.

   A continuación el Papa rezó el Ángelus, confiando a la Virgen María, Nuestra Señora de África, la nueva etapa que se abre para la Iglesia en este continente, y rogándole que acompañe el porvenir de la evangelización de toda África.

 “Queridos hermanos y hermanas de África, tierra hospitalaria para la Sagrada Familia, seguid cultivando los valores familiares cristianos. En un momento en que muchas familias están separadas, exiliadas y afligidas por conflictos interminables, sed los artesanos de la reconciliación y la esperanza. Que con María, la Virgen del Magnificat, permanezcáis siempre alegres. Y que esta alegría llegue al corazón de vuestras familias y vuestro país”.
PV-BENIN/        VIS 20111120 (416)

DIOS PIDE QUE RESPONDAMOS AL CLAMOR DE LOS MÁS DÉBILES



CIUDAD DEL VATICANO, 20 NOV 2011 (VIS).-Hoy domingo, solemnidad de Cristo Rey, el Santo Padre ha concelebrado la Eucaristía con más de 200 obispos africanos y un millar de sacerdotes del Benín. Además del presidente de la República, Thomas Yayi Boni, y de numerosas autoridades, en el Estadio de la Amistad de Cotonou estuvieron presentes unos 30.000 peregrinos procedentes no sólo del Benín, sino también de Nigeria, Togo, Ghana y Burkina Faso. La celebración se desarrolló en latín, francés, mina, yoruba, dendi, portugués  e inglés.

  Ofrecemos a continuación algunos extractos de la homilía de Benedicto XVI:

  “Es una gran alegría para mí visitar por segunda vez este querido continente (…) y vuestra casa, Benín, para dirigiros un mensaje de esperanza y de paz. (…) Nuestra celebración eucarística en la solemnidad de Cristo Rey del universo es una oportunidad para dar gracias a Dios por el CL aniversario del comienzo de la evangelización de Benin, y por la Segunda Asamblea especial para África del Sínodo de los Obispos”.

  “El Evangelio que acabamos de escuchar nos dice que Jesús, el Hijo del hombre, el juez último de nuestra vida, ha querido tomar el rostro de los hambrientos y sedientos, de los extranjeros, los desnudos, enfermos o prisioneros, en definitiva, de todos los que sufren o están marginados; lo que les hagamos a ellos será considerado como si lo hiciéramos a Jesús mismo. No veamos en esto una mera fórmula literaria, una simple imagen. Toda la vida de Jesús es una muestra de ello. (…) Él, que no tenía donde reclinar su cabeza, fue condenado a morir en una cruz. Este es el Rey que celebramos”.

  “Sin duda, esto puede parecernos desconcertante. Aún hoy, como hace 2000 años, acostumbrados a ver los signos de la realeza en el éxito, la potencia, el dinero o el poder, tenemos dificultades para aceptar un rey así, un rey que se hace servidor de los más pequeños, de los más humildes, un rey cuyo trono es la cruz. Sin embargo, dicen las Sagradas Escrituras, así es como se manifiesta la gloria de Cristo; en la humildad de su existencia terrena es donde se encuentra su poder para juzgar al mundo. Para Él, reinar es servir. Y lo que nos pide es seguir por este camino para servir, para estar atentos al clamor del pobre, el débil, el marginado”.

  “El bautizado sabe que su decisión de seguir a Cristo puede llevarle a grandes sacrificios, incluso el de la propia vida. Pero, como nos recuerda san Pablo, Cristo ha vencido a la muerte y nos lleva consigo en su resurrección. Nos introduce en un mundo nuevo, un mundo de libertad y felicidad. También hoy son tantas las ataduras con el mundo viejo, tantos los miedos que nos tienen prisioneros y nos impiden vivir libres y dichosos. Dejemos que Cristo nos libere de este mundo viejo”. (…)

  “Este pasaje del Evangelio es verdaderamente una palabra de esperanza, porque el Rey del universo se ha hecho muy cercano a nosotros, servidor de los más pequeños y más humildes. Y quisiera dirigirme con afecto a todos los que sufren, a los enfermos, a los aquejados del sida u otras enfermedades, a todos los olvidados de la sociedad. ¡Tened ánimo! El Papa está cerca de vosotros con el pensamiento y la oración. ¡Tened ánimo! Jesús ha querido identificarse con el pequeño, con el enfermo; ha querido compartir vuestro sufrimiento y reconoceros a vosotros como hermanos y hermanas, para liberaros de todo mal, de toda aflicción. Cada enfermo, cada persona necesitada merece nuestro respeto y amor, porque a través de él Dios nos indica el camino hacia el cielo”.

El cristiano, constructor de paz

  “Esta mañana os invito también a que compartáis vuestra alegría conmigo. En efecto, hace 150 años que (…) el Evangelio fue anunciado por primera vez en Benín. (…) Todos los que han recibido ese don maravilloso de la fe, el don del encuentro con el Señor resucitado, sienten también la necesidad de anunciarlo a los demás. (…) Y este deber es siempre urgente. Hay todavía muchos que aún no han escuchado el mensaje de salvación de Cristo. Hay también muchos que se resisten a abrir sus corazones a la Palabra de Dios. Y son numerosos aquellos cuya fe es débil”. 

  “La Iglesia en Benin ha recibido mucho de los misioneros: ella debe llevar a su vez este mensaje de esperanza a quienes no conocen o han olvidado al Señor Jesús. (…) El cristiano es un constructor incansable de comunión, de paz y solidaridad, esos dones que Jesús mismo nos ha dado. Al ser fieles a ellos, estamos colaborando en la realización del plan de salvación de Dios para la humanidad”.

  “Os invito por tanto a fortalecer vuestra fe en Jesucristo mediante una auténtica conversión a su persona. Sólo Él nos da la verdadera vida, y nos libera de nuestros temores y resistencias, de todas nuestras angustias. (…) Que Jesucristo os dé a todos la fuerza para vivir como cristianos y transmitir con generosidad a las nuevas generaciones lo que habéis recibido de vuestros padres en la fe”.

  A continuación, el Papa saludó en inglés a los peregrinos venidos de Ghana, Nigeria y los países limítrofes, y les dijo: “Cristo reina desde la cruz, con los brazos abiertos que abarcan a todos los pueblos de la tierra (…). Por la cruz derriba los muros de la división y nos reconcilia unos con otros y con el Padre. Hoy oramos por los pueblos de África, para que todos puedan vivir en la justicia, la paz y la alegría del Reino de Dios”.

  Por último, el Pontífice se dirigió a los fieles de lengua portuguesa, a quienes invitó a “renovar vuestra decisión de pertenecer a Cristo y servir a su reino de reconciliación, de justicia y de paz”.
PV-BENIN/           VIS 20111120 (970)

REDESCUBRIR LA ESCRITURA COMO FUENTE DE RENOVACION CONSTANTE



CIUDAD DEL VATICANO, 20 NOV 2011 (VIS).- La capilla de la nunciatura apostólica de Cotonou fue ayer tarde el lugar del encuentro de los obispos de Benin       -que cuenta con diez diócesis- con el Papa. Benedicto XVI recordó que la nación conmemora el  CL aniversario del comienzo de su evangelización, que en un principio corrió  a cargo de la Sociedad de Misiones Africanas.

 “La Iglesia –dijo el Santo Padre - está especialmente agradecida a todos los misioneros, obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, así como a los laicos que, originarios del país o venidos de otras tierras, los han sucedido desde entonces hasta hoy. Ellos entregaron generosamente su vida, a veces de manera heroica, para que el amor de Dios fuera anunciado a todos”.

  “Esta celebración jubilar ha de ser para las comunidades y para cada uno de sus miembros ocasión de una profunda renovación espiritual –subrayó-. Y, como pastores del Pueblo de Dios, es vuestra responsabilidad discernir su perfil a la luz de la Palabra de Dios. El Año de la fe, que he querido promulgar para el quincuagésimo aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, será sin duda una buena oportunidad para fomentar en los fieles el redescubrimiento y profundización de su fe en la persona del Salvador de los hombres. En efecto, si desde hace 150 años unos hombres y mujeres han tenido el valor de darlo todo por servir el Evangelio, es porque han aceptado poner a Cristo en el centro de su vida. Este mismo planteamiento debe estar hoy en el centro de la vida de toda la Iglesia.(...) Esta actitud requiere una conversión constante para dar una fuerza nueva a la dimensión profética de nuestro anuncio (...) Este encuentro con Cristo debe estar firmemente arraigado en la escucha y meditación de la Palabra de Dios. En efecto, la Escritura debe ocupar un puesto central en la vida de la Iglesia y de cada cristiano. Os animo, pues, a hacer de su redescubrimiento una fuente de renovación constante, para que ella unifique la vida cotidiana de los fieles y sea cada vez más el corazón de la actividad eclesial”.

   “La Iglesia no puede guardarse la Palabra de Dios para ella sola; tiene por vocación anunciarla al mundo. Este Año Jubilar debe ser para la Iglesia en Benin una oportunidad privilegiada para dar nuevo vigor a su conciencia misionera. El celo apostólico que debe animar a todos los fieles se deriva directamente de su bautismo y, por tanto, no pueden eludir la responsabilidad de confesar su fe en Cristo y su Evangelio donde quiera que se hallen y en su vida diaria. (...) Además, como ya he dicho en la Exhortación apostólica postsinodal Verbum Domini, ‘La Iglesia no puede limitarse en modo alguno a una pastoral de “mantenimiento” para los que ya conocen el Evangelio de Cristo. El impulso misionero es una señal clara de la madurez de una comunidad eclesial’. La Iglesia debe dirigirse a todos”.

   Para que el mundo crea en la Palabra que la Iglesia anuncia, “es indispensable que los discípulos de Cristo estén unidos entre sí. Como guías y pastores de vuestro pueblo, estáis llamados a tener una viva conciencia de la hermandad sacramental que os une,  y de la única misión se os ha encomendado, para ser efectivamente signos y promotores de unidad en vuestras diócesis (...) Las dificultades que se encuentran, y que a veces pueden ser serias, nunca han de ser motivo de desesperación, sino, por el contrario, convertirse en incentivo para fomentar en los sacerdotes y los obispos una profunda vida espiritual”.

  “La  formación de los futuros sacerdotes de vuestras diócesis es algo que os preocupa de manera particular”, dijo el Santo Padre a los prelados, animándolos a hacer de ello  “una de vuestras prioridades pastorales. Es indispensable una sólida formación humana, intelectual y espiritual de los jóvenes que les permita alcanzar un equilibrio personal, psicológico y afectivo, que los prepare para aceptar la realidad de la vida sacerdotal, particularmente en el campo relacional”.

   “El ministerio episcopal, al que el Señor os ha llamado, tiene sus alegrías y sus penas. Al encontrarme con vosotros esta tarde, quisiera dejar a cada uno un mensaje de esperanza. Durante los últimos 150 años, el Señor ha hecho grandes cosas en el pueblo beninés. Tened la seguridad de que sigue acompañándoos cada día en vuestro compromiso al servicio de la evangelización. Sed siempre pastores según el corazón de Dios, auténticos servidores del Evangelio. Esto es lo que los hombres y mujeres de nuestro tiempo esperan de vosotros”.

      Después del encuentro,  el Papa cenó con los obispos de Benin en la nunciatura apostólica.
PV-BENIN/        VIS 20111120 (780)

A LOS NIÑOS: PEDID A VUESTROS PADRES QUE RECEN CON VOSOTROS



CIUDAD DEL VATICANO, 19 NOV 2011 (VIS).-Poco antes de las 17.00, Benedicto XVI llegó al Hogar Paz y Alegría, donde seis hermanas misioneras de la Caridad de Madre Teresa de Calcuta cuidan de decenas de niños abandonados o enfermos, y aseguran alimentos a otros niños de la zona que padecen malnutrición.

  El Papa fue acogido por los niños con cantos y bailes. Tras rezar con ellos y bendecirlos, visitó el Hogar, y seguidamente se dirigió en su compañía a la vecina parroquia de Santa Rita. Allí le esperaban unos 800 niños de la ciudad con sus acompañantes. El coro de la Infancia Misionera animó el encuentro, que inició con la adoración del Santísimo Sacramento. Después del saludo del obispo de Porto-Novo, Mons. René-Marie Ehouzou, y de dos niños, el Santo Padre dirigió unas palabras en francés a los pequeños:

  “Os saludo con gran alegría. Gracias porque los que habéis venido sois muy numerosos. Dios nuestro Padre nos ha convocado alrededor de su Hijo y nuestro hermano Jesús (…), que nos quiere tanto y está verdaderamente presente en los sagrarios de todas las iglesias del mundo, de vuestros barrios y parroquias. Os invito a visitarlo con frecuencia para manifestarle vuestro amor”.

  “Algunos de vosotros habéis hecho ya la primera comunión, otros os estáis preparando para hacerla. (…) Cuando comulgo, Jesús viene a habitar dentro de mí. Tengo que recibirlo con amor y escucharlo con atención. En lo más profundo del corazón, le puedo decir, por ejemplo: ‘Jesús, yo sé que tú me amas. Dame tu amor para que te ame y ame a los demás con tu amor. Te confío mis alegrías, mis penas y mi futuro’. Queridos niños, no dudéis en hablar de Jesús a los demás. Es un tesoro que hay que saber compartir con generosidad”.

  “La oración (…) es un grito de amor dirigido a Dios nuestro Padre, con el deseo de imitar a Jesús nuestro Hermano. (…) Como Jesús, yo también puedo encontrar cada día un lugar tranquilo para recogerme delante de una cruz o una imagen sagrada para hablar a Jesús y escucharlo. También puedo usar el Evangelio. Después me fijo con el corazón en un pasaje que me ha impresionado y me que guiará durante la jornada. Quedarme así por un rato con Jesús le permite darme su amor, su luz y su vida. Y estoy llamado, por mi parte, a dar este amor que recibo en la oración a mis padres, mis amigos, a todos los que me rodean, incluso a los que no me quieren o a los que yo no quiero tanto. (…) Pedid también a vuestros padres que recen con vosotros”.

  “Mirad, saco un rosario de mi bolsillo. (…) Tal vez ya sabéis rezar esta oración; si no es así, pedid a vuestros padres que os enseñen. Cada uno de vosotros recibirá un rosario al terminar nuestro encuentro. Cuando lo tengáis en vuestras manos, podréis rezar (…) por todas las intenciones importantes. Y ahora, antes de que os bendiga con gran afecto, recemos juntos un Ave María por los niños de todo el mundo, especialmente por los que sufren a causa de la enfermedad, el hambre y la guerra”.

  Después de la bendición final, el Santo Padre se trasladó en automóvil a la Nunciatura Apostólica de Cotonou para mantener un encuentro con los obispos de Benín.
PV-BENIN            VIS 20111120 (570)

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