Ciudad
del Vaticano, 13 abril 2015
(VIS).- Esta mañana ha comenzado la novena reunión del Consejo de
Cardenales en la que participa también el Santo Padre. Los trabajos
de los cardenales se prolongarán hasta el miércoles 15 de abril.
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lunes, 13 de abril de 2015
Misa por el centenario del Metz Yeghern armenio : Jesús llena el abismo del pecado con el abismo de su misericordia
Ciudad
del Vaticano, 12 de abril 2015 (Vis).– En el segundo domingo de
Pascua,o de la Divina Misericordia, el Papa Francisco celebró en la
basílica de San Pedro la santa misa por el centenario del
''martirio'' (Metz Yeghern, el Gran Mal) del pueblo armenio, y
proclamó Doctor de la Iglesia a san Gregorio de Narek (951 ca- 1003
ca), monje, teólogo, poeta y filósofo armenio, cuya festividad se
celebra el 27 de febrero.
Concelebró
con el Santo Padre, Sua Beatitud Nerses Bedros XIX Tarmouni,
Patriarca di Cilicia de los Armenios Católicos, en presencia de Su
Santidad Karekin II, Patriarca Supremo y Catolicós de Todos los
Armenios y de Su Santidad Aram I, Catolicós de la Gran Casa de
Cilicia. La celebración contó con la presencia del Presidente de
la Repubblica di Armenia, Serž Sargsyan.
En
su homilía el Papa comentó el evangelio de San Juan, que estaba
presente en el Cenáculo con los otros discípulos al anochecer del
primer día de la semana y cuenta ''cómo Jesús entró, se puso en
medio y les dijo: ''Paz a vosotros'', y ''les enseñó las manos y el
costado'', les mostró sus llagas. Así ellos se dieron cuenta de que
no era una visión, era Él, el Señor, y se llenaron de alegría
.Ocho días después, Jesús entró de nuevo en el Cenáculo y mostró
las llagas a Tomás, para que las tocase como él quería, para que
creyese y se convirtiese en testigo de la Resurrección''.
También
a nosotros, hoy, en este Domingo que san Juan Pablo II quiso dedicar
a la Divina Misericordia, ''el Señor nos muestra, por medio del
Evangelio, sus llagas. Son llagas de misericordia. Es verdad: las
llagas de Jesús son llagas de misericordia. ''Por sus llagas fuimos
sanados'' . Jesús nos invita a mirar sus llagas, nos invita a
tocarlas, como a Tomás, para sanar nuestra incredulidad. Nos invita,
sobre todo, a entrar en el misterio de sus llagas, que es el misterio
de su amor misericordioso''.
''A
través de ellas, como por una brecha luminosa -dijo Francisco-
podemos ver todo el misterio de Cristo y de Dios: su Pasión, su vida
terrena –llena de compasión por los más pequeños y los
enfermos–, su encarnación en el seno de María. Y podemos recorrer
hasta sus orígenes toda la historia de la salvación: las profecías
–especialmente la del Siervo de Yahvé–, los Salmos, la Ley y la
alianza, hasta la liberación de Egipto, la primera pascua y la
sangre de los corderos sacrificados; e incluso hasta los patriarcas
Abrahán, y luego, en la noche de los tiempos, hasta Abel y su sangre
que grita desde la tierra. Todo esto lo podemos verlo a través de
las llagas de Jesús Crucificado y Resucitado y, como María en el
Magnificat, podemos reconocer que ''su misericordia llega a sus
fieles de generación en generación'' .
''Ante
los trágicos acontecimientos de la historia humana, nos sentimos a
veces abatidos, y nos preguntamos: ''¿Por qué?''. La maldad humana
puede abrir en el mundo abismos, grandes vacíos: vacíos de amor,
vacíos de bien, vacíos de vida. Y nos preguntamos: ¿Cómo podemos
salvar estos abismos? Para nosotros es imposible; sólo Dios puede
colmar estos vacíos que el mal abre en nuestro corazón y en nuestra
historia. Es Jesús, que se hizo hombre y murió en la cruz, quien
llena el abismo del pecado con el abismo de su misericordia''.
El
Obispo de Roma recordó que San Bernardo, en su comentario al Cantar
de los Cantares, se detiene justamente en el misterio de las llagas
del Señor, ''usando expresiones fuertes, atrevidas, que nos hace
bien recordar hoy. Dice él que ''las heridas que su cuerpo recibió
nos dejan ver los secretos de su corazón; nos dejan ver el gran
misterio de piedad, nos dejan ver la entrañable misericordia de
nuestro Dios''. Es este, hermanos y hermanas, el camino que Dios nos
ha abierto para que podamos salir, finalmente, de la esclavitud del
mal y de la muerte, y entrar en la tierra de la vida y de la paz.
Este Camino es Él, Jesús, Crucificado y Resucitado, y especialmente
lo son sus llagas llenas de misericordia''.
Los
Santos nos enseñan que ''el mundo se cambia a partir de la
conversión de nuestros corazones, y esto es posible gracias a la
misericordia de Dios. Por eso, ante mis pecados o ante las grandes
tragedias del mundo, ''me remorderá mi conciencia, pero no perderé
la paz, porque me acordaré de las llagas del Señor. Él, en efecto,
“fue traspasado por nuestras rebeliones” . ¿Qué hay tan
mortífero que no haya sido destruido por la muerte de Cristo?'' .
''Con
los ojos fijos en las llagas de Jesús Resucitado -finalizó el
Pontífice- cantemos con la Iglesia: ''Eterna es su misericordia'' .
Y con estas palabras impresas en el corazón, recorramos los caminos
de la historia, de la mano de nuestro Señor y Salvador, nuestra vida
y nuestra esperanza''.
Mensaje del Papa a los armenios
Ciudad
del Vaticano, 12 de abril 2015 (Vis).–Al final de la misa celebrada
en la basílica de San Pedro por el centenario del “martirio”
(Metz Yeghern) armenio y la proclamación como Doctor de la Iglesia
de san Gregorio de Narek, el Papa encontró en la Capilla de la
Piedad a Su Santidad Karekin II, Patriarca Supremo y Catolicós de
Todos los Armenios, a Su Santidad. Aram I, Catolicós de la Gran
Casa de Cilicia, a Su Beatitud Nerses Bedros XIX Tarmouni, Patriarca
de Cilicia de los Armenios Católicos y al Presidente de la República
de Armenia,Serž Sargsyan. A todos les entregó, en copia firmada, en
italiano con la traducción en armenio, el
mensaje que había leido al inicio del rito y cuyo texto
reproducimos a continuación:
''Queridos
hermanos y hermanas armenios, Queridos hermanos y hermanas:
En
varias ocasiones he definido este tiempo como un tiempo de guerra,
como una tercera guerra mundial “por partes”, en la que asistimos
cotidianamente a crímenes atroces, a sangrientas masacres y a la
locura de la destrucción. Desgraciadamente todavía hoy oímos el
grito angustiado y desamparado de muchos hermanos y hermanas
indefensos, que a causa de su fe en Cristo o de su etnia son pública
y cruelmente asesinados –decapitados, crucificados, quemados
vivos–, o bien obligados a abandonar su tierra.
También
hoy estamos viviendo una especie de genocidio causado por la
indiferencia general y colectiva, por el silencio cómplice de Caín
que clama: ''¿A mí qué me importa?'', ''¿Soy yo el guardián de
mi hermano?''.
La
humanidad conoció en el siglo pasado tres grandes tragedias
inauditas: la primera, que generalmente es considerada como ''el
primer genocidio del siglo XX'' (Juan Pablo II y Karekin II,
Declaración conjunta, Etchmiazin, 27 de septiembre de 2001), afligió
a vuestro pueblo armenio –primera nación cristiana–, junto a los
sirios católicos y ortodoxos, los asirios, los caldeos y los
griegos. Fueron asesinados obispos, sacerdotes, religiosos, mujeres,
hombres, ancianos e incluso niños y enfermos indefensos. Las otras
dos fueron perpetradas por el nazismo y el estalinismo. Y más
recientemente ha habido otros exterminios masivos, como los de
Camboya, Ruanda, Burundi, Bosnia. Y, sin embargo, parece que la
humanidad no consigue dejar de derramar sangre inocente. Parece que
el entusiasmo que surgió al final de la segunda guerra mundial está
desapareciendo y disolviéndose. Da la impresión de que la familia
humana no quiere aprender de sus errores, causados por la ley del
terror; y así aún hoy hay quien intenta acabar con sus semejantes,
con la colaboración de algunos y con el silencio cómplice de otros
que se convierten en espectadores. No hemos aprendido todavía que
''la guerra es una locura, una masacre inútil'' .
Queridos
fieles armenios, hoy recordamos, con el corazón traspasado de dolor,
pero lleno de esperanza en el Señor Resucitado, el centenario de
aquel trágico hecho, de aquel exterminio terrible y sin sentido, que
vuestros antepasados padecieron cruelmente. Es necesario recordarlos,
es más, es obligado recordarlos, porque donde se pierde la memoria
quiere decir que el mal mantiene aún la herida abierta; esconder o
negar el mal es como dejar que una herida siga sangrando sin curarla.
Os
saludo con afecto y os agradezco vuestro testimonio. Saludo y
agradezco la presencia del señor Serž Sargsyan, Presidente de la
República de Armenia. Saludo cordialmente también a mis hermanos
Patriarcas y Obispos: Su Santidad Karekin II, Patriarca supremo y
Catolicós de todos los armenios; Su Santidad Aram I, Catolicós de
la Gran Casa de Cilicia; Su Beatitud Nerses Bedros XIX, Patriarca de
Cilicia de los Armenios Católicos; los dos Catolicosados de la
Iglesia Apostólica Armenia y el Patriarcado de la Iglesia
Armenio-Católica.
Con
la firme certeza de que el mal nunca proviene de Dios, infinitamente
Bueno, y firmes en la fe, profesamos que la crueldad nunca puede ser
atribuida a la obra de Dios y, además, no debe encontrar, en ningún
modo, en su santo Nombre justificación alguna. Vivamos juntos esta
celebración con los ojos fijos en Jesucristo Resucitado, Vencedor de
la muerte y del mal''.
Regina Caeli: ''Invitados a contemplar en las llagas del Resucitado la Divina Misericordia''
Ciudad
del Vaticano,12 de abril 2015 (VIS).- Tras la celebración de la
Santa Misa en la Basílica Vaticana para los fieles de rito armenio,
el Papa Francisco se asomó a mediodía a la ventana de su estudio,
en el Palacio Apostólico Vaticano, para rezar el Regina Coeli con
los fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro. Antes de
la oración mariana, el Pontífice les dirigió unas palabras:
''Hoy
es el octavo día después de Pascua, y el evangelio de Juan nos
documenta las dos apariciones de Jesús Resucitado a los apóstoles
reunidos en el Cenáculo... La primera vez, el Señor mostró a los
discípulos las heridas de su cuerpo... Pero esa tarde faltaba Tomás,
que no quiso creer en el testimonio de los otros... Ocho días
después –precisamente como hoy– Jesús vuelve a presentarse a
los suyos y se dirige inmediatamente a Tomás, invitándolo a tocar
las heridas de sus manos y de su costado. Va al encuentro de su
incredulidad, para que, a través de los signos de la Pasión, pueda
alcanzar la plenitud de la fe pascual, la fe en la resurrección de
Jesús.
Tomás
es ''uno que no se contenta y busca, pretende constatar él mismo,
tener una experiencia personal propia. Tras las resistencias e
inquietudes iniciales, al final también él llega a creer... Jesús
lo espera con paciencia y se ofrece a las dificultades e
inseguridades del último llegado''. El apóstol ''toca'' el misterio
pascual que manifiesta plenamente el amor salvífico de Dios, rico de
misericordia. Y como Tomás también todos nosotros: en este segundo
Domingo de Pascua estamos invitados a contemplar en las llagas del
Resucitado la Divina Misericordia, que supera todo límite humano y
resplandece sobre la oscuridad del mal y del pecado''.
Francisco
recordó que un buen momento, ''intenso y prolongado'', para acoger
las inmensas riquezas del amor misericordioso de Dios será el
próximo Jubileo Extraordinario de la Misericordia, destacando que el
rostro de la misericordia es Jesucristo. ''Dirijamos la mirada hacia
Él -dijo- que siempre nos busca, nos espera y nos perdona... Y que
la Vírgen Madre nos ayude a ser misericordiosos con los demás como
Jesús lo es con nosotros''.
Al
finalizar el Regina Coeli, el Papa saludó a los presentes, sobre
todo a los peregrinos participantes en la misa en la iglesia del
Espíritu Santo en Sassia, centro de devoción a la Divina
Misericordia. Mencionó a las comunidades neocatecumenales de Roma
que comienzan una misión especial en las plazas de la ciudad para
rezar y dar testimonio de su fe. También felicitó a las Iglesias
de Oriente que, según su calendario, celebran la Santa Pascua y por
último, agradeció los numerosos mensajes de felicitaciones
pascuales, que durante estos días han estado llegando de diversas
partes del mundo.
Jubileo Extraordinario: Camino del perdón y la misericordia
Ciudad
del Vaticano, 12 de abril 2015 (Vis).–Ayer, sábado 11 de abril,, a
las 17.30 horas en la basílica de San Pedro, el Santo Padre
presidió las primeras vísperas del segundo domingo de Pascua o de
la Divina Misericordia con motivo de la entrega y de la lectura de
la Bula de convocación oficial del Jubileo Extraordinario de la
Misericordia que se abrirá el 8 de diciembre de 2015 y será
clausurado el 16 de noviembre de 2016.
El
Santo Padre, acompañado por los cardenales, se desplazó a la
entrada de la Basílica Vaticana y, al lado de Puerta Santa entregó
la Bula de convocación a los cuatro cardenales arciprestes de las
basílicas papales de Roma: San Pedro en el Vaticano, San Juan de
Letrán, San Pablo Extramuros y Santa María la Mayor. Como
expresión del deseo de que el Jubileo se celebre en Roma y en todo
el mundo, el Papa entregó también una copia de la Bula -para que
llegue simbólicamente a los obispos de todo el mundo- a los
prefectos de las congregacioness para los Obispos, para la
Evangelización de los Pueblos y para las Iglesias Orientales. En
nombre de todo el Oriente recibió tambien una copia del documento el
arzobispo Savio Hon Tai-Fai y del continente africano el arzobispo
Bartolomé Adoukonou. Monseñor Khaled Ayad Bishay de la Iglesia
Patriarcal de Alejandría de los Coptos recibió la copia destinada a
las Iglesias Orientales.
A
continuación el Regente de la Casa Pontificia, monseñor Leonardo
Sapienza, en calidad de Protonotario Apostólico, leyó en presencia
del Papa algunos extractos del documento oficial de convocatoria del
Año Santo extraordinario. Posteriormente, el Santo Padre presidió,
en la basílica vaticana, las primeras vísperas y pronunció la
siguiente homilía:
''Todavía
resuena en todos nosotros el saludo de Jesús Resucitado a sus
discípulos la tarde de Pascua: ''Paz a vosotros'' . La paz, sobre
todo en estas semanas, sigue siendo el deseo de tantos pueblos que
sufren la violencia inaudita de la discriminación y de la muerte,
sólo por llevar el nombre de cristianos. Nuestra oración se hace
aún más intensa y se convierte en un grito de auxilio al Padre,
rico en misericordia, para que sostenga la fe de tantos hermanos y
hermanas que sufren, a la vez que pedimos que convierta nuestros
corazones, para pasar de la indiferencia a la compasión.
San
Pablo nos ha recordado que hemos sido salvados en el misterio de la
muerte y resurrección del Señor Jesús. Él es el Reconciliador,
que está vivo en medio de nosotros para mostrarnos el camino de la
reconciliación con Dios y con los hermanos. El Apóstol recuerda
que, a pesar de las dificultades y los sufrimientos de la vida, sigue
creciendo la esperanza en la salvación que el amor de Cristo ha
sembrado en nuestros corazones. La misericordia de Dios se ha
derramado en nosotros haciéndonos justos, dándonos la paz.
Una
pregunta está presente en el corazón de muchos: ¿por qué hoy un
Jubileo de la Misericordia? Simplemente porque la Iglesia, en este
momento de grandes cambios históricos, está llamada a ofrecer con
mayor intensidad los signos de la presencia y de la cercanía de
Dios. Éste no es un tiempo para estar distraídos, sino al contrario
para permanecer alerta y despertar en nosotros la capacidad de ver lo
esencial. Es el tiempo para que la Iglesia redescubra el sentido de
la misión que el Señor le ha confiado el día de Pascua: ser signo
e instrumento de la misericordia del Padre .
Por
eso el Año Santo tiene que mantener vivo el deseo de saber descubrir
los muchos signos de la ternura que Dios ofrece al mundo entero y
sobre todo a cuantos sufren, se encuentran solos y abandonados, y
también sin esperanza de ser perdonados y sentirse amados por el
Padre. Un Año Santo para sentir intensamente dentro de nosotros la
alegría de haber sido encontrados por Jesús, que, como Buen Pastor,
ha venido a buscarnos porque estábamos perdidos. Un Jubileo para
percibir el calor de su amor cuando nos carga sobre sus hombros para
llevarnos de nuevo a la casa del Padre. Un Año para ser tocados por
el Señor Jesús y transformados por su misericordia, para
convertirnos también nosotros en testigos de misericordia. Para esto
es el Jubileo: porque este es el tiempo de la misericordia. Es el
tiempo favorable para curar las heridas, para no cansarnos de buscar
a cuantos esperan ver y tocar con la mano los signos de la cercanía
de Dios, para ofrecer a todos, a todos, el camino del perdón y de la
reconciliación.
Que
la Madre de la Divina Misericordia abra nuestros ojos para que
comprendamos la tarea a la que estamos llamados; y que nos alcance la
gracia de vivir este Jubileo de la Misericordia con un testimonio
fiel y fecundo''.
Síntesis de la Bula ''Misericordiae Vultus'' con la que el Papa ha convocado el Jubileo Extraordinario de la Misericordia
Ciudad
del Vaticano, 12 de abril 2015 (Vis).– Ofrecemos a continuación
una síntesis de la Bula ''Misericordiae Vultus'' con la que el Papa
ha convocado el Jubileo Extraordinario de la Misericordia.
La
Bula de convocación del Jubileo Extraordinario de la Misericordia
titulada ''Misericordiae vultus se compone de 25 números. El Papa
Francisco describe los rasgos más sobresalientes de la misericordia
situando el tema, ante todo, bajo la luz del rostro de Cristo. La
misericordia no es una palabra abstracta, sino un rostro para
reconocer, contemplar y servir. La Bula se desarrolla en clave
trinitaria (números 6-9.) y se extiende en la descripción de la
Iglesia como un signo creíble de la misericordia: "La
misericordia es la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia"
(n. 10).
Francisco
indica las etapas principales del Jubileo. La apertura coincide con
el quincuagéismo aniversario de la clausura del Concilio Vaticano
II:'' La Iglesia siente la necesidad de mantener vivo este evento.
Para ella iniciaba un nuevo periodo de su historia. Los Padres
reunidos en el Concilio habían percibido intensamente, como un
verdadero soplo del Espíritu, la exigencia de hablar de Dios a los
hombres de su tiempo en un modo más comprensible. Derrumbadas las
murallas que por mucho tiempo habían recluido la Iglesia en una
ciudadela privilegiada, había llegado el tiempo de anunciar el
Evangelio de un modo nuevo''.(n. 4). La conclusión tendrá lugar "en
la solemnidad litúrgica de Jesucristo Rey del Universo, el 20 de
noviembre de 2016. En ese día, cerrando la Puerta Santa, tendremos
ante todo sentimientos de gratitud y de reconocimiento hacia la
Santísima Trinidad por habernos concedido un tiempo extraordinario
de gracia. Encomendaremos la vida de la Iglesia, la humanidad entera
y el inmenso cosmos a la Señoría de Cristo, esperando que difunda
su misericordia como el rocío de la mañana para una fecunda
historia, todavía por construir con el compromiso de todos en el
próximo futuro. "(n. 5) .
Una
peculiaridad de este Año Santo es que se celebra no sólo en Roma,
sino también en todas las demás diócesis del mundo. La Puerta
Santa será abierta por el Papa en San Pedro el 8 de diciembre y el
domingo siguiente en todas las iglesias del mundo. Otra de las
novedades es que el Papa da la posibilidad de abrir la Puerta Santa
también en los santuarios, meta de muchos peregrinos.
El
Papa Francisco, recupera la enseñanza de San Juan XXIII, que hablaba
de la "medicina de la Misericordia" y de Pablo VI que
identificó la espiritualidad del Vaticano II con la del samaritano.
La Bula también explica algunos aspectos sobresalientes del Jubileo:
primero el lema "Misericordiosos como el Padre", a
continuación el sentido de la peregrinación y sobre todo la
necesidad del perdón. El tema particular que interesa al Papa se
encuentra en el n. 15: las obras de misericordia espirituales y
corporales deben redescubrirse "para despertar nuestra
conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y
para entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los
pobres son los privilegiados de la misericordia divina.". Otra
indicación atañe a la Cuaresma con el envío de los "Misioneros
de la Misericordia" (n. 18). Nueva y original iniciativa con la
que el Papa quiere resaltar de forma aún más concreta su cuidado
pastoral. El Papa trata en los nn. 20-21 el tema de la relación
entre la justicia y la misericordia, demostrando que no se detiene en
una visión legalista, sino que apunta a un camino que desemboca en
el amor misericordioso.
El
n. 19 es un firme llamamiento contra la violencia organizada y contra
las personas ''promotoras o cómplices'' de la corrupción. Son
palabras muy fuertes con las que el Papa denuncia esta "llaga
putrefacta" e insiste para que en este Año Santo haya una
verdadera conversión: "¡Este es el tiempo oportuno para
cambiar de vida! Este es el tiempo para dejarse tocar el corazón.
Delante a tantos crímenes cometidos, escuchad el llanto de todas las
personas depredadas por vosotros de la vida, de la familia, de los
afectos y de la dignidad. Seguir como estáis es sólo fuente de
arrogancia, de ilusión y de tristeza. La verdadera vida es algo bien
distinto de lo que ahora pensáis. El Papa os tiende la mano. Está
dispuesto a escucharos. Basta solamente que acojáis la llamada a la
conversión y os sometáis a la justicia mientras la Iglesia os
ofrece misericordia."(n. 19).
La
referencia a la Indulgencia como tema tradicional del Jubileo se
expresa en el n. 22. Un último aspecto original es el de la
misericordia como tema común a Judios y Musulmanes: "Este Año
Jubilar vivido en la misericordia pueda favorecer el encuentro con
estas religiones y con las otras nobles tradiciones religiosas; nos
haga más abiertos al diálogo para conocerlas y comprendernos mejor;
elimine toda forma de cerrazón y desprecio, y aleje cualquier forma
de violencia y de discriminación. "(n. 23).
El
deseo del Papa es que este Año, vivido también en la compartición
de la misericordia de Dios, pueda convertirse en una oportunidad para
"vivir en la vida de cada día la misericordia que desde siempre
el Padre dispensa hacia nosotros. En este Jubileo dejémonos
sorprender por Dios. Él nunca se cansa de destrabar la puerta de su
corazón para repetir que nos ama y quiere compartir con nosotros su
vida.. (…) En este Año Jubilar la Iglesia se convierta en el eco
de la Palabra de Dios que resuena fuerte y decidida como palabra y
gesto de perdón, de soporte, de ayuda, de amor. Nunca se canse de
ofrecer misericordia y sea siempre paciente en el confortar y
perdonar. La Iglesia se haga voz de cada hombre y mujer y repita con
confianza y sin descanso: '' Acuérdate, Señor, de tu misericordia y
de tu amor; que son eternos''.
El Papa manifiesta su sintonía con el tema de la VII Cumbre de las Américas: ''Prosperidad con equidad''
Ciudad
del Vaticano, 11 de abril 2015 (Vis).–El Papa Francisco ha enviado
un mensaje a Juan Carlos Varela Rodríguez, Presidente de Panamá,
país anfitrión de la VII Cumbre de las Américas, dedicada esta vez
al tema ''Prosperidad con equidad: el desafío de la cooperación en
las Américas''. El Santo Padre que se siente ''en sintonía'' con el
tema elegido, afirma estar convencido de que ''la inequidad, la
injusta distribución de las riquezas y de los recursos, es fuente de
conflictos y de violencia entre los pueblos, porque supone que el
progreso de unos se construye sobre el necesario sacrificio de otros
y que, para poder vivir dignamente, hay que luchar contra los
demás''.
''El
bienestar así logrado -escribe- es injusto en su raíz y atenta
contra la dignidad de las personas. Hay ''bienes básicos'', como la
tierra, el trabajo y la casa, y ''servicios públicos'', como la
salud, la educación, la seguridad, el medio ambiente…, de los que
ningún ser humano debería quedar excluido. Este deseo –que todos
compartimos–, desgraciadamente aún está lejos de la realidad....
El gran reto de nuestro mundo es la globalización de la solidaridad
y la fraternidad en lugar de la globalización de la discriminación
y la indiferencia y, mientras no se logre una distribución
equitativa de la riqueza, no se resolverán los males de nuestra
sociedad ''.
Francisco
constata que si es cierto que muchos países han experimentado un
fuerte desarrollo económico en los últimos años, ''no es menos
cierto que otros siguen postrados en la pobreza. Además, en las
economías emergentes, gran parte de la población no se ha
beneficiado del progreso económico general, sino que frecuentemente
se ha abierto una brecha mayor entre ricos y pobres''. ''La teoría
del ''goteo'' o ''derrame'' -anota- se ha revelado falaz: no es
suficiente esperar que los pobres recojan las migajas que caen de la
mesa de los ricos. Son necesarias acciones directas en pro de los más
desfavorecidos, cuya atención, como la de los más pequeños en el
seno de una familia, debería ser prioritaria para los gobernantes''.
También
llama la atención de los participantes en la Cumbre sobre el
problema de la inmigración. ''La inmensa disparidad de oportunidades
entre unos países y otros -constata- hace que muchas personas se
vean obligadas a abandonar su tierra y su familia, convirtiéndose en
fácil presa del tráfico de personas y del trabajo esclavo, sin
derechos, ni acceso a la justicia… En ocasiones, la falta de
cooperación entre los Estados deja a muchas personas fuera de la
legalidad y sin posibilidad de hacer valer sus derechos, obligándoles
a situarse entre los que se aprovechan de los demás o a resignarse a
ser víctimas de los abusos. Son situaciones en las que no basta
salvaguardar la ley para defender los derechos básicos de la
persona, en las que la norma, sin piedad y misericordia, no responde
a la justicia. A veces, incluso dentro de cada país, se dan
diferencias escandalosas y ofensivas, especialmente en las
poblaciones indígenas, en las zonas rurales o en los suburbios de
las grandes ciudades. Sin una auténtica defensa de estas personas
contra el racismo, la xenofobia y la intolerancia, el Estado de
derecho perdería su legitimidad''.
''Los
esfuerzos por tender puentes, canales de comunicación, tejer
relaciones, buscar el entendimiento nunca son vanos. La situación
geográfica de Panamá, en el centro del continente Americano, que la
convierte en un punto de encuentro del norte y el sur, de los Océanos
Pacífico y Atlántico, es seguramente una llamada, pro mundi
beneficio, a generar un nuevo orden de paz y de justicia y a promover
la solidaridad y la colaboración respetando la justa autonomía de
cada nación'', señala el Pontífice que concluye manifestando el
deseo de que la Iglesia ''sea también instrumento de paz y
reconciliación entre los pueblos''.
A los formadores de los consagrados: No sólo maestros, sino testigos del seguir a Cristo
Ciudad
del Vaticano, 11 de abril 2015 (Vis).–''Vivir en Cristo según la
forma de vida del Evangelio'' ha sido el tema del congreso
internacional para los formadores a la vida consagrada, celebrado en
Roma del 7 al 11 de abril. Sus participantes, alrededor de 1.400,
fueron recibidos esta mañana en audiencia por el Papa Francisco que,
notando cuántos eran exclamó: ''Al veros tan numerosos no se diría
que hay una crisis vocacional'' y resaltó a continuación la belleza
y la importancia de la vida consagrada para el mundo y para la
Iglesia.
No
obstante, Francisco, señaló que la disminución cuantitativa en el
número de vocaciones es innegable, y esto hace que sea aún más
urgente la tarea de formación, manifestando además su convicción
de que ''no hay crisis de vocaciones donde hay consagrados capaces de
transmitir, a través de su propio testimonio, la belleza de la
consagración. Y el testimonio es
fecundo, si no hay testimonio, si no hay coherencia, no habrá
vocaciones''. ''No seáis sólo maestros, sino sobre todo testigos
del seguir a Cristo en el carisma propio -añadió- porque la
misión y la tarea de los formadores es ''plasmar realmente en el
corazón de los jóvenes el corazón de Jesús para que tengan sus
mismos sentimientos''.
''En estos días de la Resurrección,
la palabra que cuando rezaba resonaba más a menudo era ''Galilea'',
allí ''donde todo empezó'', como dice San Pedro en su primer
discurso -dijo el Papa a los formadores- Lo que sucedió en Jerusalén
comenzó en Galilea. Y también nuestra vida comenzó en una
Galilea...Cada uno de nosotros ha tenido la experiencia del …
encuentro con el Señor, ese encuentro que no se olvida, pero que
tantas veces acaba cubierto por las cosas, por el trabajo, por las
inquietudes y también por los pecados y la mundanidad. Para dar
testimonio es necesario ir a menudo en peregrinación a la Galilea
propia, retomar el estupor, la memoria de aquel encuentro para
recomenzar desde allí. Porque si no se sigue este camino de la
memoria corremos el peligro de quedarnos allí donde estamos y,
también el de no saber porque estamos allí ''.
''La
vida consagrada es hermosa -subrayó- es uno de los más preciados
tesoros de la Iglesia, está arraigada en la vocación bautismal.
Por eso es hermoso ser formadores, ya que es un privilegio
participar en la obra del Padre, que forma el corazón del Hijo en
aquellos a quien llama el Espíritu. A veces se puede sentir
este servicio como una carga que nos sustrajera a algo más
importante. Pero esto es un engaño, una tentación. Es importante la
misión, pero es igualmente importante formar a la misión, a la
pasión del anuncio, del ir a todas partes, a cada periferia, para
contar a todos el amor de Jesucristo, especialmente a los alejados,
decírselo a los jóvenes y a los pobres, y dejarse también
evangelizar por ellos. Todo esto requiere una base sólida, una
estructura cristiana de la personalidad que hoy las mismas familias
rara vez pueden dar. Y esto aumenta vuestra responsabilidad''.
''No
es cierto que los jóvenes de hoy sean mediocres o poco generosos
-prosiguió- pero tienen necesidad de experimentar que "es más
bienaventurado el que da que el que recibe'', que hay una gran
libertad en una vida obediente, gran fecundidad en un corazón
virgen, gran riqueza en no poseer nada. De ahí la necesidad de estar
amorosamente atentos a la trayectoria de cada uno y de ser
evangélicamente exigentes en todas las etapas del camino de
formación, empezando por el discernimiento vocacional, para que la
eventual crisis de cantidad no se traduzca en la mucho más grave
crisis de calidad. Y este es el
peligro. El discernimiento vocacional es importante: … todos los
que conocen la personalidad humana -psicólogos, padres o madres
espirituales- nos dicen que los jóvenes que inconscientemente
sienten que tienen...algún problema de desequilibrio o desviación,
buscan también, insconcientemente, estructuras fuertes que los
protejan, para protegerse a sí mismos. Y aquí está el
discernimiento: en saber decir que no. Pero sin echarlos: no, eso no.
''Yo te acompaño: ve, ve''... Y como se acompaña en la vida la
entrada, hay que acompañar también la salida, para que él o ella
encuentren el camino de la vida, con la ayuda necesaria''.
''La
formación inicial, ese discernimiento, es sólo el primer
paso de un proceso destinado a durar toda la vida, y el joven debe
ser formado en la libertad humilde e inteligente de dejarse educar
por Dios Padre todos los días de la vida, en todas las edades, en la
misión como en la fraternidad, en la acción como en la
contemplación''.
''En
esta misión -concluyó el Papa- no deben escatimarse ni tiempo ni
energías. Y no os desaniméis cuando los resultados no coincidan con
las expectativas. Es
doloroso, cuando después de tres o cuatro años, viene un chico o
una chica diciendo: ''No puedo. He encontrado otro amor que no va
contra Dios, pero no puedo, me voy''. Es muy duro. Pero es también
vuestro martirio. Y los fracasos, estos fracasos desde el punto de
vista del formador, pueden favorecer el camino de vuestra
formación continua. Y si a veces sentís que vuestro trabajo no se
aprecia lo suficiente, sabed que Jesús os sigue con amor, y que
toda la Iglesia está agradecida a vosotros''.
Audiencias
Ciudad
del Vaticano, 13 de abril 2015(VIS).-El Santo Padre ha recibido en
audiencia al arzobispo Carlos José Ñañez, de Córdoba (Argentina).
El
sábado, 11 de abril, recibió en audiencia:
-Cardenal
Marc Ouellet, Prefecto de la Congregación para los Obispos.
-Daniele
Mancini, nuevo embajador de Italia ante la Santa Sede que ha
presentado sus cartas credenciales.
-Arzobispo
Antonio Guido Filipazzi, nuncio apostólico en Indonesia
Actos Pontificios
Ciudad
del Vaticano, 13 de abril 2015 (Vis).– El Santo Padre nombró:
-Miembros
de los Dicasterios de la Curia Romana a los siguientes cardenales ,
creados y publicados en el consistorio del 14 de febrero 2015:
-Cardenal
Dominique Mamberti, Prefecto del Supremo Tribunal de la Signatura
Apostólica, miembro del Consejo de cardenales y obispos de la
Sección para las Relaciones con los Estados de la Secretaría de
Estado; miembro de la Congregación para el Culto Divino y la
Disciplina de los Sacramentos y miembro de la Congregación para las
Causas de los Santos.
-Cardenal
Ricardo Blázquez Pérez, arzobispo de Valladolid (España) miembro
de la Congregación para la Doctrina de la Fede y miembro del
Pontificio Consejo para la Cultura.
-Cardenal
Berhaneyesus Demerew Souraphiel, arzobispo de Addis Abeba (Etiopia),
miembro de la Congregación para las Iglesias Orientales y miembro
del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Inmigrantes e
Itinerantes.
-Cardenal
Edoardo Menichelli, arzobispo de Ancona-Osimo (Italia), miembro de la
Congregación para las Iglesias Orientales y miembro del Pontificio
Consejo para la Salud.
-CardenalJohn
Atcherley Dew,arzobispo de Wellington (Nuova Zelanda), miembro de la
Congregación para la Evangelización de los Pueblos y miembro del
Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos.
-Cardenal
Pierre Nguyên Văn Nhon, arzobispo de Hanoi (Vietnam), miembro de la
Congregación para la Evangelización de los Pueblos y miembro del
Pontificio Consejo Justicia y Paz.
-Cardenal
Francis Xavier Kriengsak Kovithavanij, arzobispo de Bangkok
(Tailandia), miembro de la Congregación para la Evangelización de
los Pueblos y miembro del Pontificio Consejo para las Comunicaciones
Sociales.
-Cardenal
Arlindo Gomes Furtado, obispo de Santiago de Cabo Verde (Cabo
Verde),miembro de la Congregación para la Evangelización de los
Pueblos miembro del Pontificio Consejo Cor Unum.
-Cardenal
Soane Patita Paini Mafi, obispo de Tonga (Tonga) miembro de la
Congregación para la Evangelición de los Pueblos y miembro del
Pontificio Consejo Cor Unum.
-Cardenal
Manuel José Macário do Nascimento Clemente, Patriarca de Lisboa
(Portugal), miembro de la Congregación para el Clero y miembro del
Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales.
-Cardenal
Alberto Suárez Inda, arzobispo de Morelia (México) miembro de la
Congregación para el Clero y miembro del Pontificio Consejo
Justicia y Paz.
-Cardenal
Charles Maung Bo,arzobispo de Yangon (Myanmar), miembro de la
Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las
Sociedades de Vida Apostólica y miembro del Pontificio Consejo para
la Cultura.
-Cardenal
Daniel Fernando Sturla Berhouet,arzobispo de Montevideo (Uruguay),
miembro de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y
las Sociedades de Vida Apostólica y miembro del Pontificio Consejo
para la Nueva Evangelización.
-Cardenal
José Luis Lacunza Maestrojuán, obispo de David (Panamá), miembro
del de la Congregación para la Educación Católica y miembro del
Pontificio Consejo para la Cultura.
-Cardenal
Francesco Montenegro,arzobispo de Agrigento (Italia), miembro del
Pontificio Consejo para la Cultura y miembro del Pontificio Consejo
para la Pastoral de los Inmigrantes e Itinerantes.
-Nombró
al obispo François Eid, emérito de El Cairo de los Maronitas y
procurador del Patriarca Maronita ante la Santa Sede como visitador
apostólico para los fieles maronitas en Bulgaria, Grecia y Rumanía.
-Nombró
a monseñor Paolo Rocco Gualtieri como nuncio apostólico en
Madagascar elevándolo al mismo tiempo a la dignidad arzobispal. El
arzobispo electo nació en 1961 en Supersano (Italia) y fue ordenado
sacerdote en 1988. Es Licenciado en Dercho Canónico y en Teología
Dogmática. Entró en el servicio diplomático de la Santa Sede en
1996 y ha prestado servicio en las representaciones pontificias en
Papua Nueva Guinea, República Dominicana y en la Sección para las
Relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado.
-El
domingo, 12 de abril, el Santo Padre aceptó la renuncia del
arzobispo Matthias U Shwe al gobierno pastoral de la archidiócesis
de Taunggyi (Myanmar) en conformidad con el canon 401, párrafo 2 del
C.I.C y nombró al obispo Basilio Athai, hasta ahora auxiliar en la
misma sede, como Administrador apostólico sede vacante et ad nutum
Sanctae Sedis de Taunggyi.
El
sábado, 11 de abril nombró:
-Obispo
Jean de Dieu Raoelison, hasta ahora auxiliar de Antananarivo, en
Madagascar, como obispo de Ambatondrazaka (superficie 21.000,
población 1.536.000, católicos 277.000, sacerdotes 32, religiosos
208) en Madagascar. Sucede al obispo Antoine Scopelliti OSST, cuya
renuncia al gobierno pastoral de la diócesis.
-Reverendo
Dante Gustavo Draida como obispo auxiliar de la archidiócesis de
Mendoza (superficie 63.839, población 1.250.000, católicos
1.086.000, sacerdotes 157, religiosos 270, diáconos permanentes 61)
en Argentina. El obispo electo nació en 1968 en Reconquista
(Argentina) y fue ordenado sacerdote en 1996. En su ministerio
pastoral ha sido, entre otros, vicario parroquial, misionero ad
gentes en Cuba, párroco, asesor diocesano para la pastoral
vocacional, formador de seminario, miembro del Consejo Presbiterial y
del Colegio de Consultores. Actualmente es vicario general de la
diócesis de Reconquista y párroco de La Inmaculada.
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De acuerdo con las normas internacionales sobre propiedad intelectual y derechos de autor, el VIS autoriza la reproducción parcial o total de las noticias publicadas por el Vatican Information Service, siempre que se cite la fuente (VIS – Vatican Information Service).
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