CIUDAD DEL VATICANO, 19 FEB 2011 (VIS).-El Santo Padre recibió hoy al rector, a los estudiantes y profesores del Pontificio Colegio Filipino, que este año conmemoran el quincuagésimo aniversario de su creación por el beato Juan XXIII.
Hablando de esta institución, el Papa afirmó que “su principal tarea y la más importante sigue siendo ayudar a los estudiantes en su formación en las ciencias sagradas. Esta tarea la ha realizado bien el Colegio”. En este contexto, alentó a los estudiantes “a crecer en la fe, para realizar unos buenos estudios y aprovechar todas las oportunidades para alcanzar madurez espiritual y teológica, de modo que estéis entrenados para afrontar con valentía lo que os depare el futuro”.
Benedicto XVI subrayó que “una formación sacerdotal completa incluye no sólo el aspecto académico: por encima del aspecto intelectual que se os ofrece aquí, los estudiantes del Colegio Filipino también se forman espiritualmente a través de la historia viva de la Iglesia de Roma y el ejemplo brillante de sus mártires, cuyo sacrificio los configura perfectamente a la persona de Jesucristo”.
“Estoy seguro –continuó- de que cada uno se sentirá inspirado por su unión con el misterio de Cristo y abrazará la llamada del Señor a la santidad, que exige de vosotros como sacerdotes nada menos que la entrega total de la vida y del trabajo a Dios. De esta manera, junto con otros jóvenes sacerdotes y seminaristas de todo el mundo, regresaréis a vuestros hogares, como vuestros predecesores, con un sentido grato y permanente de la historia de la Iglesia de Roma, de sus raíces en el misterio pascual de Cristo y de su maravillosa universalidad”.
El Papa alentó a los sacerdotes a aprovechar su estancia en Roma para realizar una labor pastoral, “considerando las necesidades de quienes os rodean, entre ellos los miembros de la comunidad filipina que viven en Roma y sus alrededores. De este modo, el uso de vuestro tiempo siempre alcanzará un equilibrio saludable entre la solicitud pastoral local y los requisitos académicos de vuestra permanencia aquí, en beneficio de todos”.
“Pido a todos que regreséis a Filipinas –concluyó- con un afecto inquebrantable por el Sucesor de Pedro y con el deseo de fortalecer y mantener la comunión que une a la Iglesia en la caridad alrededor de él. Así, después de haber completado los estudios, seréis con seguridad un fermento del Evangelio en la vida de vuestra amada nación”.
AC/ VIS 20110221 (400)
Hablando de esta institución, el Papa afirmó que “su principal tarea y la más importante sigue siendo ayudar a los estudiantes en su formación en las ciencias sagradas. Esta tarea la ha realizado bien el Colegio”. En este contexto, alentó a los estudiantes “a crecer en la fe, para realizar unos buenos estudios y aprovechar todas las oportunidades para alcanzar madurez espiritual y teológica, de modo que estéis entrenados para afrontar con valentía lo que os depare el futuro”.
Benedicto XVI subrayó que “una formación sacerdotal completa incluye no sólo el aspecto académico: por encima del aspecto intelectual que se os ofrece aquí, los estudiantes del Colegio Filipino también se forman espiritualmente a través de la historia viva de la Iglesia de Roma y el ejemplo brillante de sus mártires, cuyo sacrificio los configura perfectamente a la persona de Jesucristo”.
“Estoy seguro –continuó- de que cada uno se sentirá inspirado por su unión con el misterio de Cristo y abrazará la llamada del Señor a la santidad, que exige de vosotros como sacerdotes nada menos que la entrega total de la vida y del trabajo a Dios. De esta manera, junto con otros jóvenes sacerdotes y seminaristas de todo el mundo, regresaréis a vuestros hogares, como vuestros predecesores, con un sentido grato y permanente de la historia de la Iglesia de Roma, de sus raíces en el misterio pascual de Cristo y de su maravillosa universalidad”.
El Papa alentó a los sacerdotes a aprovechar su estancia en Roma para realizar una labor pastoral, “considerando las necesidades de quienes os rodean, entre ellos los miembros de la comunidad filipina que viven en Roma y sus alrededores. De este modo, el uso de vuestro tiempo siempre alcanzará un equilibrio saludable entre la solicitud pastoral local y los requisitos académicos de vuestra permanencia aquí, en beneficio de todos”.
“Pido a todos que regreséis a Filipinas –concluyó- con un afecto inquebrantable por el Sucesor de Pedro y con el deseo de fortalecer y mantener la comunión que une a la Iglesia en la caridad alrededor de él. Así, después de haber completado los estudios, seréis con seguridad un fermento del Evangelio en la vida de vuestra amada nación”.
AC/ VIS 20110221 (400)