CIUDAD DEL VATICANO, 4 ABR 2007 (VIS).-En la audiencia general de este miércoles, celebrada en la Plaza de San Pedro, el Papa habló sobre el Triduo Pascual, que comienza mañana.
"En los próximos días -dijo el Santo Padre- conmemoraremos el enfrentamiento supremo entre la Luz y las Tinieblas, entre la Vida y la Muerte. También nosotros debemos situarnos en este contexto, conscientes de nuestra noche, de nuestras culpas y de nuestras responsabilidades si queremos revivir con provecho espiritual el misterio pascual, que constituye el fulcro central de nuestra fe".
El Jueves Santo, recordó Benedicto XVI, durante la Misa del Crisma, el pastor diocesano y los sacerdotes "renuevan las promesas formuladas el día de la ordenación sacerdotal" y se bendicen "los oleos de los catecúmenos, de los enfermos y el crisma sagrado". Durante la Misa "in Cena Domini", "la comunidad cristiana revive lo que sucedió en la Ultima Cena. En el Cenáculo, el Redentor quiso anticipar, en el Sacramento del pan y del vino, convertidos en su Cuerpo y en su Sangre, el sacrificio de su vida, el don definitivo de sí mismo a la humanidad".
Tras la Misa "in Cena Domini", los fieles están invitados a "adorar el Santísimo Sacramento, conmemorando la agonía de Jesús en Getsemaní. De este modo pueden comprender mejor el misterio del Jueves Santo, que engloba el triple y sumo don del sacerdocio ministerial, de la Eucaristía y del mandamiento nuevo del amor".
El Papa señaló que el Viernes Santo "es una jornada de penitencia, de ayuno y de oración, de participación en la muerte del Señor. (...) La comunidad adora la Cruz y se acerca a la Eucaristía, consumiendo las sagradas especies que se conservan desde la Misa "in Cena Domini". En este día, la tradición cristiana, añadió, aconseja la práctica del Via Crucis, "que nos ofrece durante todo el año la posibilidad de grabar cada vez con mayor profundidad en nuestro ánimo el misterio de la Cruz".
Benedicto XVI afirmó que en el Sábado Santo "los cristianos estamos invitados a mantener un recogimiento interior, a menudo difícil de cultivar en este tiempo, para prepararse mejor a la Vigilia Pascual", en la que "el velo de tristeza, que envuelve a la Iglesia por la muerte y la sepultura del Señor, se resquebrajará por el grito de la victoria: ¡Cristo ha resucitado y ha derrotado la muerte para siempre!".
"El misterio pascual, que el Triduo Santo nos hace revivir, no es sólo un recuerdo, sino una realidad actual: Cristo, también hoy -terminó-, vence con su amor el pecado y la muerte. El Mal, en todas sus formas, no tiene la ultima palabra. ¡El triunfo final es de Cristo, verdad y amor! Si estamos dispuestos a sufrir y a morir con El, nos recuerda san Pablo en la Vigilia pascual, su vida se convierte en nuestra vida. Sobre esta certeza descansa y se construye nuestra existencia cristiana".
Al final de la audiencia general, el Santo Padre saludó a los participantes en el congreso internacional del UNIV, promovido por la prelatura del Opus Dei, que este año tiene como tema: "Ser, aparecer, comunicar: modas y modelos sociales del cine y de la televisión".
Benedicto XVI pidió a los jóvenes que estas jornadas romanas "sean para todos una ocasión para una fuerte experiencia eclesial, de modo que podáis volver a casa animados por el deseo de servir con más generosidad a Cristo y a los hermanos". "Servicio. ¡Cómo me gusta esta palabra! -decía San Josemaría Escrivá- y añadía: "Vamos a confiar al Señor nuestra decisión de aprender a servir, porque sólo sirviendo podremos conocer y amar a Cristo, y darlo a conocer y lograr que otros más lo amen".
AG/TRIDUO PASCUAL/... VIS 20070404 (620)