CIUDAD DEL VATICANO 30 JUN 2007 (VIS).-Benedicto XVI recibió hoy en audiencia a los prelados de la Conferencia Episcopal Puertorriqueña al final de su quinquenal visita "ad Limina".
El Papa afirmó que los informes de los obispos ponían de manifiesto "la preocupación por los retos y dificultades que se han de afrontar en estos momentos de la Historia", ya que "en los últimos años muchas cosas han cambiado en el ámbito social, económico y también religioso, dando paso a veces a la indiferencia religiosa y a un cierto relativismo moral, que influyen en la práctica cristiana y que, indirectamente, afecta también a las estructuras de la misma sociedad".
"Esta situación religiosa -prosiguió- os interpela como pastores y requiere que permanezcáis unidos para hacer más palpable la presencia del Señor entre los hombres a través de iniciativas pastorales conjuntas y que respondan mejor a las nuevas realidades. (...) Especialmente los obispos y sacerdotes, estáis llamados a una misión irrenunciable y que os compromete profundamente: hacer que la Iglesia sea un lugar donde se enseñe y se viva el misterio del amor divino".
El Santo Padre recordó que los sacerdotes "están en la primera línea de la evangelización" y por eso la relación de los obispos con ellos no debía "ser sólo institucional" sino "estar animada sobre todo por la caridad". Después pidió oraciones para que la Iglesia en Puerto Rico cuente con "numerosas y santas vocaciones, especialmente en la situación actual en la que los jóvenes encuentran frecuentemente dificultades para seguir el llamado del Señor a la vida sacerdotal o consagrada".
Hablando del ámbito social puertorriqueño, el Papa advirtió de "la difusión de una mentalidad inspirada en un laicismo que, de forma más o menos consciente, lleva gradualmente al desprecio o a la ignorancia de lo sacro, relegando la fe a la esfera de lo meramente privado. En este sentido -subrayó- un recto concepto de libertad religiosa no es compatible con esa ideología, que a veces se presenta como la única voz de la racionalidad".
Otro "reto permanente", dijo, es también la familia, que "se ve asediada por tantas insidias del mundo moderno como son el materialismo imperante" o "la falta de estabilidad y de fidelidad en la pareja". De ahí "la necesidad de intensificar (...) una pastoral familiar incisiva, que ayude a los esposos cristianos a asumir los valores fundamentales del Sacramento recibido".
"El mencionado indiferentismo religioso y la tentación de un fácil permisivismo moral, así como la ignorancia de la tradición cristiana (...) influyen en gran manera sobre las nuevas generaciones. La juventud tiene derecho (...) a ser educada en la fe. Por eso la educación integral de los más jóvenes no puede prescindir de la enseñanza religiosa también en la escuela".
Benedicto XVI concluyó recordando que los católicos, "llamados a ocuparse de las realidades temporales para ordenarlas según la voluntad divina, han de ser testigos valientes de su fe en los diferentes ámbitos de la vida pública. Su participación en la vida eclesial es, además, fundamental y, en ocasiones, sin su colaboración vuestro apostolado de pastores no llegaría a "todos los hombres de todos los tiempos y lugares".
AL/.../PUERTO RICO VIS 20070702 (530)
El Papa afirmó que los informes de los obispos ponían de manifiesto "la preocupación por los retos y dificultades que se han de afrontar en estos momentos de la Historia", ya que "en los últimos años muchas cosas han cambiado en el ámbito social, económico y también religioso, dando paso a veces a la indiferencia religiosa y a un cierto relativismo moral, que influyen en la práctica cristiana y que, indirectamente, afecta también a las estructuras de la misma sociedad".
"Esta situación religiosa -prosiguió- os interpela como pastores y requiere que permanezcáis unidos para hacer más palpable la presencia del Señor entre los hombres a través de iniciativas pastorales conjuntas y que respondan mejor a las nuevas realidades. (...) Especialmente los obispos y sacerdotes, estáis llamados a una misión irrenunciable y que os compromete profundamente: hacer que la Iglesia sea un lugar donde se enseñe y se viva el misterio del amor divino".
El Santo Padre recordó que los sacerdotes "están en la primera línea de la evangelización" y por eso la relación de los obispos con ellos no debía "ser sólo institucional" sino "estar animada sobre todo por la caridad". Después pidió oraciones para que la Iglesia en Puerto Rico cuente con "numerosas y santas vocaciones, especialmente en la situación actual en la que los jóvenes encuentran frecuentemente dificultades para seguir el llamado del Señor a la vida sacerdotal o consagrada".
Hablando del ámbito social puertorriqueño, el Papa advirtió de "la difusión de una mentalidad inspirada en un laicismo que, de forma más o menos consciente, lleva gradualmente al desprecio o a la ignorancia de lo sacro, relegando la fe a la esfera de lo meramente privado. En este sentido -subrayó- un recto concepto de libertad religiosa no es compatible con esa ideología, que a veces se presenta como la única voz de la racionalidad".
Otro "reto permanente", dijo, es también la familia, que "se ve asediada por tantas insidias del mundo moderno como son el materialismo imperante" o "la falta de estabilidad y de fidelidad en la pareja". De ahí "la necesidad de intensificar (...) una pastoral familiar incisiva, que ayude a los esposos cristianos a asumir los valores fundamentales del Sacramento recibido".
"El mencionado indiferentismo religioso y la tentación de un fácil permisivismo moral, así como la ignorancia de la tradición cristiana (...) influyen en gran manera sobre las nuevas generaciones. La juventud tiene derecho (...) a ser educada en la fe. Por eso la educación integral de los más jóvenes no puede prescindir de la enseñanza religiosa también en la escuela".
Benedicto XVI concluyó recordando que los católicos, "llamados a ocuparse de las realidades temporales para ordenarlas según la voluntad divina, han de ser testigos valientes de su fe en los diferentes ámbitos de la vida pública. Su participación en la vida eclesial es, además, fundamental y, en ocasiones, sin su colaboración vuestro apostolado de pastores no llegaría a "todos los hombres de todos los tiempos y lugares".
AL/.../PUERTO RICO VIS 20070702 (530)