CIUDAD DEL VATICANO, 23 ABR 2006 (VIS).-Hoy, domingo de la Divina Misericordia, Benedicto XVI rezó el "Regina Coeli" con más de 50.000 peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro. Antes de la oración que sustituye al Angelus en el período pascual, el Papa citó el evangelio de Juan, donde se narra la aparición de Jesús resucitado a sus discípulos reunidos en el Cenáculo, la tarde del "primer día después del sábado" y que volvió a encontrarse con ellos en el mismo lugar "ocho días después".
"Ya desde el principio -explicó el Santo Padre-, la comunidad cristiana empezó a vivir un ritmo semanal, caracterizado por el encuentro con el Señor resucitado", y afirmó que también el Concilio Vaticano II subrayó que "la Iglesia, por una tradición apostólica, que trae su origen del mismo día de la Resurrección de Cristo, celebra el misterio pascual cada ocho días, en el día que es llamado con razón "día del Señor" o domingo".
Las llagas que Cristo mostró en ambas ocasiones a los discípulos "son fuente inagotable de fe, de esperanza y de amor a las que todos pueden acudir, especialmente las almas más sedientas de la divina misericordia", dijo el Papa, y recordó que Juan Pablo II quiso que "el domingo después de Pascua estuviera dedicado de una forma especial a la Divina Misericordia y la Providencia dispuso que él muriera precisamente en la víspera de ese día".
"El misterio del amor misericordioso de Dios fue el fulcro del pontificado de mi venerado predecesor. Recordamos, en particular, la Encíclica "Dives in misericordia" de 1980, y la dedicación del nuevo santuario de la Divina Misericordia en Cracovia, en 2002. Las palabras que él pronunció en esa ocasión fueron casi una síntesis de su magisterio, donde resaltaba que el culto de la misericordia divina no es una devoción secundaria, sino una dimensión clave de la fe y de la oración del cristiano".
Benedicto XVI concluyó pidiendo a "María Santísima, Madre de la Iglesia, (...) que obtenga para todos los cristianos vivir plenamente el Domingo como "Pascua de la semana", saboreando la belleza del encuentro con el Señor resucitado y acudiendo a la fuente de su amor misericordioso, para ser apóstoles de su paz".
Una vez rezado el Regina Coeli, el Papa recordó que las Iglesias Orientales celebran hoy la Pascua. "En el clima alegre de este día no puedo por menos de recordar -dijo- que muchas poblaciones en Serbia, Rumania y Bulgaria sufren a causa de las inundaciones de los días pasados. Estoy cerca de ellos con mis oraciones y deseo vivamente que, gracias a la colaboración de todos, se superen rápidamente estos momentos tan difíciles".
ANG/DIVINA MISERICORDIA:PASCUA ORIENTAL/... VIS 20060424 (450)
"Ya desde el principio -explicó el Santo Padre-, la comunidad cristiana empezó a vivir un ritmo semanal, caracterizado por el encuentro con el Señor resucitado", y afirmó que también el Concilio Vaticano II subrayó que "la Iglesia, por una tradición apostólica, que trae su origen del mismo día de la Resurrección de Cristo, celebra el misterio pascual cada ocho días, en el día que es llamado con razón "día del Señor" o domingo".
Las llagas que Cristo mostró en ambas ocasiones a los discípulos "son fuente inagotable de fe, de esperanza y de amor a las que todos pueden acudir, especialmente las almas más sedientas de la divina misericordia", dijo el Papa, y recordó que Juan Pablo II quiso que "el domingo después de Pascua estuviera dedicado de una forma especial a la Divina Misericordia y la Providencia dispuso que él muriera precisamente en la víspera de ese día".
"El misterio del amor misericordioso de Dios fue el fulcro del pontificado de mi venerado predecesor. Recordamos, en particular, la Encíclica "Dives in misericordia" de 1980, y la dedicación del nuevo santuario de la Divina Misericordia en Cracovia, en 2002. Las palabras que él pronunció en esa ocasión fueron casi una síntesis de su magisterio, donde resaltaba que el culto de la misericordia divina no es una devoción secundaria, sino una dimensión clave de la fe y de la oración del cristiano".
Benedicto XVI concluyó pidiendo a "María Santísima, Madre de la Iglesia, (...) que obtenga para todos los cristianos vivir plenamente el Domingo como "Pascua de la semana", saboreando la belleza del encuentro con el Señor resucitado y acudiendo a la fuente de su amor misericordioso, para ser apóstoles de su paz".
Una vez rezado el Regina Coeli, el Papa recordó que las Iglesias Orientales celebran hoy la Pascua. "En el clima alegre de este día no puedo por menos de recordar -dijo- que muchas poblaciones en Serbia, Rumania y Bulgaria sufren a causa de las inundaciones de los días pasados. Estoy cerca de ellos con mis oraciones y deseo vivamente que, gracias a la colaboración de todos, se superen rápidamente estos momentos tan difíciles".
ANG/DIVINA MISERICORDIA:PASCUA ORIENTAL/... VIS 20060424 (450)