Ciudad
del Vaticano, 13 de noviembre de 2015 (Vis).-El Papa Francisco ha
recibido esta mañana en la Sala Clementina a los miembros de la
Fundación Romano Guardini que participan en el Congreso promovido
por la Universidad Gregoriana con motivo del 150 aniversario del
nacimiento del sacerdote, teólogo y escritor italiano naturalizado
alemán. En el curso de la audiencia, el profesor Ludwig von
Pufendorf, Presidente de la Fundación anunció la publicación
inmimente de un texto inédito de Guardini que, como afirmó el Santo
Padre, ''tiene mucho que decir a la humanidad de nuestro tiempo y no
solamente a los cristianos''.
Francisco
recordó que Guardini en su libro ''El mundo religioso de
Dostoyevsky'' cita el episodio de ''Los Hermanos Karamazov'' en que
una campesina confiesa al ''starets'' (la guía espiritual de los
monasterios ortodoxos) que ha matado a su marido enfermo que la había
tratado muy mal a lo largo de su vida. El ''starets'' nota que la
mujer está tan desesperada por su culpa y tan convencida de su
condena eterna que no puede recibir consuelo alguno, pero le muestra
una salida: su vida tiene sentido porque Dios la ha acogido desde el
momento en que se ha arrepentido. "No temas nada, no te
angusties -le dice- no dejes de arrepentirte y Dios te perdonará
todo. Por otra parte no existe en toda la tierra un pecado que Dios
no perdone a aquellos que se arrepienten sinceramente. Ninguno puede
cometer un pecado tan grande que escape al amor infinito de Dios''.
''Las
personas más sencillas -explicó el Papa- comprenden de lo que se
habla aquí. Entienden la grandeza que brilla en la sabiduria y en la
fuerza del amor del starets y lo que significa la santidad: una
vida vivida en la fe, capaz de ver que Dios está cerca de los
hombres, que tiene su vida entre las manos. En este sentido,
Guardini dice, "Aceptando con sencillez la existencia de la
mano de Dios, la voluntad personal se transforma en voluntad divina
y así, sin que la criatura deje de ser únicamente criatura y Dios
verdaderamente Dios, se actúa su unidad viviente''
Para
Guardini, esa "unidad viviente" con Dios consiste en la
relación concreta de las personas con el mundo y con los demás a su
alrededor. El individuo se siente entretejido en un pueblo, es decir,
en una"unión originaria de los hombres que por especie, país,
y evolución histórica en la vida y en los destinos son todo uno''.
El autor de ''El sentido de la Iglesia'' pensaba que el pueblo es "el
compendio de lo que en la persona es auténtico, profundo,
sustancial" . Podemos reconocer en el pueblo, como en un espejo,
el "campo de fuerza de la acción divina."
''Tal
vez podríamos aplicar las reflexiones de Guardini a nuestro tiempo
-observó el Pontífice- tratando de descubrir la mano de Dios en
los acontecimientos actuales. Quizá así podamos reconocer que Dios,
en su sabiduría, nos ha enviado a nosotros, a la Europa rica, al
hambriento para que le demos de comer, al sediento para que le demos
de bever, al forasterio para que lo acojamos, al desnudo para que lo
vistamos. La historia demostrará entonces que si somos un pueblo,
sin duda, lo acogeremos como a un hermano; si somos sólo un grupo
de personas,más o menos organizadas, tendremos la tentación de
salvarnos ante todo la piel, pero no tendremos continuidad''.
El
Papa se despidió de los miembros de la Fundación deseándoles que
la obra de Guardini les haga comprender cada vez más ''el
significado y el valor de los fundamentos cristianos de la cultura y
la sociedad''.