Ciudad
del Vaticano, 3 julio 2014
(VIS).- El cardenal Stanislaw Dziwisz, arzobispo metropolitano de
Cracovia (Polonia), ha presentado esta mañana en una rueda de prensa
el logo y la oración oficial de la XXXI Jornada Mundial de la
Juventud.
En
el simbolismo del logo se combinan tres elementos: el lugar, los
principales protagonistas, y el tema de la celebración. El logotipo
de la Jornada Mundial de la Juventud de Cracovia 2016 ilustra el
pasaje de Mateo 5,7: "Bienaventurados los misericordiosos,
porque ellos alcanzarán misericordia" elegido como tema del
encuentro. La imagen se compone de los límites geográficos de
Polonia, dentro de los cuales se encuentra la Cruz, símbolo de
Cristo, que es el alma de la JMJ. El círculo amarillo marca la
ubicación de Cracovia en el mapa de Polonia y es también símbolo
de los jóvenes. Desde la cruz nace la llama de la Divina
Misericordia, cuyos colores recuerdan la imagen de Jesús, en Ti
confío. Los colores utilizados en el logotipo - azul, rojo y
amarillo – son los colores oficiales que recuerdan la ciudad de
Cracovia y su escudo.
La autora del logo -creado después de la canonización de san Juan Pablo II- es Monika Rybczyńska, una joven de 28 años proveniente de Ostrzeszów, una pequeña ciudad del centro-oeste de Polonia.
Durante
la rueda de prensa se ha dado también a conocer la oración
oficial de la JMJ 2016 con la que se pide al Señor por la humanidad
y los jóvenes, por la gracia de un alma misericordiosa y por la
intercesión de la Virgen María y de san Juan Pablo II, patrono de
la JMJ.
''Dios,
Padre misericordioso,
que
has revelado tu amor en tu Hijo Jesucristo
y
lo has derramado sobre nosotros en el Espíritu Santo, Consolador,
te
encomendamos hoy el destino del mundo y de todo hombre''.
Te
encomendamos en modo particular
los
jóvenes de toda lengua, pueblo y nación.
Guíales
y protégeles en los complejos caminos de hoy
y
dales la gracia de poder cosechar abundantes frutos
de
la experiencia de la Jornada Mundial de la Juventud de Cracovia.
Padre
celestial,
haznos
testigos de tu misericordia.
Enséñanos
a llevar la fe a los que dudan,
la
esperanza a los desanimados,
el
amor a los indiferentes,
el
perdón a quien ha obrado el mal
y
la alegría a los infelices.
Haz
que la chispa del amor misericordioso
que
has encendido dentro de nosotros
se
convierta en un fuego que transforma los corazones
y
renueva la faz de la tierra.
María,
Madre de Misericordia, ruega por nosotros.
San
Juan Pablo II, ruega por nosotros''.