CIUDAD DEL VATICANO, 1 SEP 2007 (VIS).-Benedicto XVI salió esta tarde poco después de las 16,00 del helipuerto de las Villas Pontificias de Castelgandolfo y se trasladó a Loreto con motivo del encuentro nacional que concluye el primer año del Agora de los Jóvenes Italianos, promovido por la Conferencia Episcopal Italiana.
A las 17,15, el helicóptero del Papa llegó al Centro Juan Pablo II en Montorso de Loreto. Desde allí el Santo Padre se dirigió en papamóvil a la explanada de Montorso, donde participó con más de 300.000 jóvenes en una vigilia de oración y respondió a diversas cuestiones que le plantearon.
Hablando sobre la "inquietud que sienten gran parte de los jóvenes de todo el mundo y de todas las religiones" de ser "protagonistas de la historia", el Papa dijo que "según el proyecto divino el mundo no tiene periferias" y que "para Dios todos ocupamos el centro, (...) a todos nos ama igual (...) y todos estamos llamados a cumplir grandes proyectos (...) sacando partido de nuestros talentos".
"Queridos chicos y chicas -dijo el Papa- en nombre de Jesús, os repito esta noche: ¡Id, vivid, amad! A los ojos de Dios, cada uno de vosotros es importante. Sois importantes para vuestras familias, para vuestros amigos, (...) para vuestro país, para el mundo entero, para la Iglesia, para Jesucristo". El Santo Padre exhortó a los jóvenes a no sentirse marginales "porque no hay vida que no sea importante". "Sentid que sois realmente importantes, protagonistas -dijo-, porque estáis en el centro del amor de Dios".
Después, Benedicto XVI dirigió un discurso a los participantes en el Ágora, a quienes definió "la esperanza de la Iglesia en Italia", invitándolos a "abrir el corazón y a ofrecer todo a Jesús", haciendo suyos "la actitud interior y el abandono confiado" de María.
"¡Qué espectáculo maravilloso de fe joven y comprometida vivimos aquí esta noche!", exclamó. "Hoy Loreto se ha convertido gracias a vosotros en la capital espiritual de los jóvenes: el centro donde convergen idealmente la multitud de jóvenes que pueblan los cinco continentes. (...) El Papa está cerca de vosotros y pide al Señor para cada uno de vosotros el don de una vida plena y feliz, plena de sentido".
"Desgraciadamente no es infrecuente que muchos jóvenes hoy consideren un sueño difícil una existencia plena y feliz", constató Benedicto XVI. ¡No tengáis miedo, Cristo puede colmar las aspiraciones más íntimas de vuestro corazón! (...) Cada uno de vosotros, si permanece unido a Cristo, puede realizar grandes obras. (...) No temáis soñar con los ojos abiertos grandes proyectos de bien y no os dejéis desanimar por las dificultades. Cristo confía en vosotros y desea que podáis cumplir vuestros sueños de felicidad auténtica".
El Santo Padre recordó a los jóvenes la Anunciación, cuando el ángel propuso a la Virgen "participar de la forma más completa en el plan más grandioso de Dios: la salvación de la humanidad" y como el "sí" de María "cambió su vida y la historia de la humanidad entera". "Aprendamos de María -continuó- a pronunciar nuestro sí porque ella sabe verdaderamente lo que significa responder con generosidad a las solicitudes del Señor".
María conoce "vuestro gran deseo de amor -dijo el Papa-, vuestra necesidad de amar y ser amados. Mirándola (...) descubriréis la belleza del amor (...) verdadero y profundo". Todos los jóvenes que se asoman a la vida sueñan "con un amor que dé un sentido pleno a su porvenir" y para muchos ese deseos "se cumple con el matrimonio y la formación de una familia".
"Sé muy bien que hoy este sueño es cada vez más difícil de cumplirse.¡Cuántos fracasos de amor a nuestro alrededor! La Madre de Dios, la comunidad de los creyentes, el Papa están cerca de vosotros y rezan para que la crisis de las familias de nuestra época no se convierta en un fracaso irreversible", dijo Benedicto XVI, reanudando a los participantes en el encuentro la invitación a "no tener miedo" porque "para quien confía en Dios nada es imposible".
"Eso vale también para quien está destinado a la vida matrimonial y todavía más para aquellos a quienes Dios propone una vida de despego total de los bienes de la tierra para dedicarse completamente a su Reino", como "los que se encaminan al sacerdocio, a la vida consagrada, (...) los que aspiran a ser misioneros".
"Estad seguros de que la vida dedicada a Dios jamás se derrocha en vano", subrayó el Papa, concluyendo su discurso y recordando a los jóvenes la celebración en 2008 en Sidney (Australia) de la Jornada Mundial de la Juventud. "Pidamos al Señor, que cumple todos los prodigios, que conceda a muchos de vosotros poder estar allí", finalizó.
PV-ITALIA/VIGILIA:JOVENES/LORETO VIS 20070903 (780)
A las 17,15, el helicóptero del Papa llegó al Centro Juan Pablo II en Montorso de Loreto. Desde allí el Santo Padre se dirigió en papamóvil a la explanada de Montorso, donde participó con más de 300.000 jóvenes en una vigilia de oración y respondió a diversas cuestiones que le plantearon.
Hablando sobre la "inquietud que sienten gran parte de los jóvenes de todo el mundo y de todas las religiones" de ser "protagonistas de la historia", el Papa dijo que "según el proyecto divino el mundo no tiene periferias" y que "para Dios todos ocupamos el centro, (...) a todos nos ama igual (...) y todos estamos llamados a cumplir grandes proyectos (...) sacando partido de nuestros talentos".
"Queridos chicos y chicas -dijo el Papa- en nombre de Jesús, os repito esta noche: ¡Id, vivid, amad! A los ojos de Dios, cada uno de vosotros es importante. Sois importantes para vuestras familias, para vuestros amigos, (...) para vuestro país, para el mundo entero, para la Iglesia, para Jesucristo". El Santo Padre exhortó a los jóvenes a no sentirse marginales "porque no hay vida que no sea importante". "Sentid que sois realmente importantes, protagonistas -dijo-, porque estáis en el centro del amor de Dios".
Después, Benedicto XVI dirigió un discurso a los participantes en el Ágora, a quienes definió "la esperanza de la Iglesia en Italia", invitándolos a "abrir el corazón y a ofrecer todo a Jesús", haciendo suyos "la actitud interior y el abandono confiado" de María.
"¡Qué espectáculo maravilloso de fe joven y comprometida vivimos aquí esta noche!", exclamó. "Hoy Loreto se ha convertido gracias a vosotros en la capital espiritual de los jóvenes: el centro donde convergen idealmente la multitud de jóvenes que pueblan los cinco continentes. (...) El Papa está cerca de vosotros y pide al Señor para cada uno de vosotros el don de una vida plena y feliz, plena de sentido".
"Desgraciadamente no es infrecuente que muchos jóvenes hoy consideren un sueño difícil una existencia plena y feliz", constató Benedicto XVI. ¡No tengáis miedo, Cristo puede colmar las aspiraciones más íntimas de vuestro corazón! (...) Cada uno de vosotros, si permanece unido a Cristo, puede realizar grandes obras. (...) No temáis soñar con los ojos abiertos grandes proyectos de bien y no os dejéis desanimar por las dificultades. Cristo confía en vosotros y desea que podáis cumplir vuestros sueños de felicidad auténtica".
El Santo Padre recordó a los jóvenes la Anunciación, cuando el ángel propuso a la Virgen "participar de la forma más completa en el plan más grandioso de Dios: la salvación de la humanidad" y como el "sí" de María "cambió su vida y la historia de la humanidad entera". "Aprendamos de María -continuó- a pronunciar nuestro sí porque ella sabe verdaderamente lo que significa responder con generosidad a las solicitudes del Señor".
María conoce "vuestro gran deseo de amor -dijo el Papa-, vuestra necesidad de amar y ser amados. Mirándola (...) descubriréis la belleza del amor (...) verdadero y profundo". Todos los jóvenes que se asoman a la vida sueñan "con un amor que dé un sentido pleno a su porvenir" y para muchos ese deseos "se cumple con el matrimonio y la formación de una familia".
"Sé muy bien que hoy este sueño es cada vez más difícil de cumplirse.¡Cuántos fracasos de amor a nuestro alrededor! La Madre de Dios, la comunidad de los creyentes, el Papa están cerca de vosotros y rezan para que la crisis de las familias de nuestra época no se convierta en un fracaso irreversible", dijo Benedicto XVI, reanudando a los participantes en el encuentro la invitación a "no tener miedo" porque "para quien confía en Dios nada es imposible".
"Eso vale también para quien está destinado a la vida matrimonial y todavía más para aquellos a quienes Dios propone una vida de despego total de los bienes de la tierra para dedicarse completamente a su Reino", como "los que se encaminan al sacerdocio, a la vida consagrada, (...) los que aspiran a ser misioneros".
"Estad seguros de que la vida dedicada a Dios jamás se derrocha en vano", subrayó el Papa, concluyendo su discurso y recordando a los jóvenes la celebración en 2008 en Sidney (Australia) de la Jornada Mundial de la Juventud. "Pidamos al Señor, que cumple todos los prodigios, que conceda a muchos de vosotros poder estar allí", finalizó.
PV-ITALIA/VIGILIA:JOVENES/LORETO VIS 20070903 (780)