CIUDAD DEL VATICANO, 27 JUL 2007 (VIS).-Antes de regresar esta tarde a Castelgandolfo, Benedicto XVI se despidió ayer por la mañana de las autoridades civiles y militares de Lorenzago de Cadore, donde ha transcurrido dieciocho días de descanso (9 al 27 de julio).
Al encuentro, que tuvo lugar en el jardín del chalet en el que se ha alojado Benedicto XVI estos días, asistieron también los alcaldes de 22 pueblos que forman la comunidad de Cadore.
"Al final de estas dos semanas pasadas aquí, en la bella tierra de los Dolomitas, sólo os puedo decir gracias de todo corazón a todos y a cada uno por vuestro servicio y empeño", dijo el Santo Padre.
"Vuestra presencia silenciosa, discreta y competente, de día y de noche -continuó-, me ha hecho posible vivir un tiempo de descanso inolvidable, descanso del cuerpo y del alma. En el Libro de los Salmos leemos: "Tu bondad, Señor, me rodea como los montes eternos". Y nosotros estamos rodeados de esta bondad divina, visible en la belleza de la montaña. Pero durante todo este tiempo he estado rodeado sobre todo de la bondad humana, de vuestra bondad, que me ha acompañado siempre", aseguró.
"Habéis sido para mi realmente "ángeles custodios", invisibles, silenciosos, pero siempre presentes, disponibles; y en mi memoria queda el recuerdo de vuestra presencia en todos estos días", terminó.
Benedicto XVI regresará esta tarde a la residencia pontificia de Castelgandolfo, al sur de Roma, donde transcurrirá el resto del verano, que se verá interrumpido por su peregrinación a Loreto, el 1 y 2 de septiembre y el viaje apostólico a Austria, del 7 al 9 del mismo mes.
AC/DESPEDIDA/LORENZAGO DE CADORE VIS 20070727 (290)
Al encuentro, que tuvo lugar en el jardín del chalet en el que se ha alojado Benedicto XVI estos días, asistieron también los alcaldes de 22 pueblos que forman la comunidad de Cadore.
"Al final de estas dos semanas pasadas aquí, en la bella tierra de los Dolomitas, sólo os puedo decir gracias de todo corazón a todos y a cada uno por vuestro servicio y empeño", dijo el Santo Padre.
"Vuestra presencia silenciosa, discreta y competente, de día y de noche -continuó-, me ha hecho posible vivir un tiempo de descanso inolvidable, descanso del cuerpo y del alma. En el Libro de los Salmos leemos: "Tu bondad, Señor, me rodea como los montes eternos". Y nosotros estamos rodeados de esta bondad divina, visible en la belleza de la montaña. Pero durante todo este tiempo he estado rodeado sobre todo de la bondad humana, de vuestra bondad, que me ha acompañado siempre", aseguró.
"Habéis sido para mi realmente "ángeles custodios", invisibles, silenciosos, pero siempre presentes, disponibles; y en mi memoria queda el recuerdo de vuestra presencia en todos estos días", terminó.
Benedicto XVI regresará esta tarde a la residencia pontificia de Castelgandolfo, al sur de Roma, donde transcurrirá el resto del verano, que se verá interrumpido por su peregrinación a Loreto, el 1 y 2 de septiembre y el viaje apostólico a Austria, del 7 al 9 del mismo mes.
AC/DESPEDIDA/LORENZAGO DE CADORE VIS 20070727 (290)