Inicio - VIS Vaticano - Recibir VIS - Contáctenos - Calendario VIS

El 'Vatican Information Service' (VIS) es un boletín informativo de la Oficina de Prensa Santa Sede. Transmite diariamente información sobre la actividad magisterial y pastoral del Santo Padre y de la Curia Romana... []

últimas 5 noticias

VISnews en Twitter Ver en YouTube

sábado, 11 de julio de 2015

Oferta de dones a la Virgen de Copacabana, Patrona de Bolivia


Ciudad del Vaticano, 11 de julio de 2015 (Vis).-La última jornada del Santo Padre en Bolivia, comenzó como es habitual, con la santa misa celebrada en privado en la capilla de la residencia arzobispal de Santa Cruz de la Sierra y con la oferta a la Virgen de Copacabana, Patrona de la nación, de los dones que el Presidente Evo Morales le entregó el pasado miércoles en el curso de su encuentro en el Palacio Presidencial.

''El Señor Presidente de la Nación en un gesto de calidez -explicó Francisco- ha tenido la delicadeza de ofrecerme dos condecoraciones en nombre del pueblo boliviano. Agradezco el cariño del pueblo boliviano y agradezco esta fineza, esta delicadeza del Señor Presidente y quisiera dejar estas dos condecoraciones a la Patrona de Bolivia, a la Madre de esta noble Nación para que Ella se acuerde siempre de su pueblo y también desde Bolivia, desde su Santuario, donde quisiera que estuvieran, se acuerde del Sucesor de Pedro y de toda la Iglesia, y desde Bolivia la cuide''.

Después rezó la siguiente oración a la Virgen:

''Madre del Salvador y Madre nuestra, tu, Reina de Bolivia, desde la altura de tu Santuario en Copacabana, atiendes a las súplicas y a las necesidades de tus hijos, especialmente de los más pobres y abandonados, y los proteges.

Recibe como obsequio del corazón de Bolivia y de mi afecto filial los símbolos del cariño y de la cercanía que – en nombre del Pueblo boliviano – me ha entregado con afecto cordial y generoso el Señor Presidente Evo Morales Ayma, en ocasión de este viaje apostólico, que he confiado a tu solicita intercesión.

Te ruego que estos reconocimientos, que dejo aquí en Bolivia a tus pies, y que recuerdan la nobleza del vuelo del cóndor en los cielos de los Andes y el conmemorado sacrificio del Padre Luis Espinal, S.I., sean emblemas del amor perenne y de la perseverante gratitud del Pueblo boliviano a tu solícita y fuerte ternura.


En este momento pongo en tu corazón mis oraciones por todas las peticiones de tus hijos, que he recibido en estos días: te suplico que les escuches; concede a ellos tu aliento y tu protección, y manifiesta a toda Bolivia tu ternura de mujer y Madre de Dios, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén''. 

En el Penitenciario de Santa Cruz-Palmasola: Reclusión no es lo mismo que exclusión


Ciudad del Vaticano, 11 de julio de 2015 (Vis).-Después de celebrar la santa misa en la capilla de la residencia arzobispal, el Papa visitó el Penitenciario de Santa Cruz-Palmasola donde viven diversas categorías de reclusos, hombres, mujeres, jóvenes, presos por delitos menores y presos por delitos graves. El pabellón masculino PS4 donde tuvo lugar el encuentro del Papa con los detenidos, alberga a unos 2.800 con los que los familiares, alrededor de 1.500 personas por día, pueden convivir en una suerte de aldea protegida y gestionada por los mismos reclusos, a través de una Regencia General a cargo del personal de seguridad del Estado.

El Papa fue recibido por el director del Penitenciario, por el capellán y por monseñor Jesús Juárez, Responsable de la Pastoral Penitenciaria de la Comisión Episcopal de Bolivia. Después de escuchar las palabras de diversos reclusos tomó a su vez la palabra.

''No podía dejar Bolivia sin venir a verlos -dijo- sin dejar de compartir la fe y la esperanza que nace del amor entregado en la cruz. Gracias por recibirme. Sé que se han preparado y rezado por mí. Muchas gracias''.

''¿Quién está ante ustedes?, podrían preguntarse. Me gustaría responderles la pregunta con una certeza de mi vida, con una certeza que me ha marcado para siempre. El que está ante ustedes es un hombre perdonado. Un hombre que fue y es salvado de sus muchos pecados. Y es así como me presento. No tengo mucho más para darles u ofrecerles, pero lo que tengo y lo que amo, sí quiero dárselos, sí quiero compartirlo: es Jesús, Jesucristo, la misericordia del Padre''.

''Él vino a mostrarnos, a hacer visible el amor que Dios tiene por nosotros. Por vos... por mí. Un amor activo, real. Un amor que tomó en serio la realidad de los suyos. Un amor que sana, perdona, levanta, cura. Un amor que se acerca y devuelve la dignidad. Una dignidad que la podemos perder de muchas maneras y formas. Pero Jesús es un empecinado de esto: dio su vida por esto, para devolvernos la identidad perdida, para revestirnos con toda su fuerza de dignidad''.

''Me viene a la memoria, una experiencia que nos puede ayudar: Pedro y Pablo, discípulos de Jesús también estuvieron presos. También fueron privados de la libertad. En esa circunstancia hubo algo que los sostuvo, algo que nos los dejó caer en la desesperación, que nos los dejó caer en la oscuridad que puede brotar del sin sentido. Y fue la oración. Fue orar. Oración personal y comunitaria. Ellos rezaron y por ellos rezaban. Dos movimientos, dos acciones que generan entre sí una red que sostiene la vida y la esperanza. Nos sostiene de la desesperanza y nos estimula a seguir caminando. Una red que va sosteniendo la vida, la de ustedes y la de sus familias... La oración de las madres, la oración de las esposas, la oración de los hijos, y la de ustedes: eso es una red, que va llevando adelante la vida''.

''Porque cuando Jesús entra en la vida, uno no queda detenido en su pasado sino que comienza a mirar el presente de otra manera, con otra esperanza. Uno comienza a mirar con otros ojos su propia persona, su propia realidad. No queda anclado en lo que sucedió, sino que es capaz de llorar y encontrar ahí la fuerza para volver a empezar. Y si en algún momento estamos tristes, estamos mal, bajoneados, los invito a mirar el rostro de Jesús crucificado. En su mirada, todos podemos encontrar espacio. Todos podemos poner junto a Él nuestras heridas, nuestros dolores, así como también nuestros errores, nuestros pecados, tantas cosas en las que nos podemos haber equivocado. En sus las llagas de Jesús, encuentran lugar nuestras llagas. Porque todos estamos llagados, de una u otra manera. Y llevar nuestras llagas a las llagas de Jesús,. ¿Para qué? Para ser curadas, lavadas, transformadas, resucitadas. El murió por vos, por mí, para darnos su mano y levantarnos. Charlen... con los curas que vienen, charlen. Charlen con los hermanos y las hermanas que vienen. Charlen con todos los que vienen a hablarles de Jesús. Jesús quiere levantarlos siempre''.

''Y esta certeza nos moviliza a trabajar por nuestra dignidad. Reclusión no es lo mismo que exclusión –que quede claro–, porque la reclusión forma parte de un proceso de reinserción en la sociedad. Son muchos los elementos que juegan en su contra en este lugar –lo sé bien-:el hacinamiento, la lentitud de la justicia, la falta de terapias ocupacionales y de políticas de rehabilitación, la violencia, la carencia de facilidades de estudios universitarios, lo cual hace necesaria una rápida y eficaz alianza interinstitucional para encontrar respuestas. Sin embargo, mientras se lucha por eso, no podemos dar todo por perdido. Hay cosas que hoy ya podemos hacer''.

''Aquí, en este Centro de Rehabilitación, la convivencia depende en parte de ustedes. El sufrimiento y la privación pueden volver nuestro corazón egoísta y dar lugar a enfrentamientos, pero también tenemos la capacidad de convertirlo en ocasión de auténtica fraternidad. Ayúdense entre ustedes. No tengan miedo a ayudarse entre ustedes. El demonio busca la pelea, busca la rivalidad, la división, los bandos. No le hagan el juego. Luchen por salir adelante, unidos''.

''Me gustaría pedirles también que lleven mi saludo a sus familias,. Algunas están aquí. ¡Es tan importante su la presencia y la su ayuda de la familia! Los abuelos, el padre, la madre, los hermanos, la pareja, los hijos. Nos recuerdan que merece la pena vivir y luchar por un mundo mejor''.

''Por último, una palabra de aliento a todos los que trabajan en este Centro: a sus dirigentes, a los agentes de la Policía penitenciaria, a todo el personal. Ustedes cumplen un servicio público y fundamental. Tienen una importante tarea en este proceso de reinserción. Tarea de levantar y no rebajar; de dignificar y no humillar; de animar y no afligir. Este proceso que pide dejar una lógica de buenos y malos para pasar a una lógica centrada en ayudar a la persona,. Y esta lógica de ayudar a la persona los va a salvar a ustedes de todo tipo de corrupción y mejorará las condiciones para todos. Ya que un proceso así vivido nos dignifica, nos anima y nos levanta a todos''.

''Antes de darles la bendición me gustaría que rezáramos un rato en silencio, en silencio cada uno desde su corazón. Cada uno como sepa cómo hacerlo'', pidió el Papa a los presentes que guardaron silencio durante unos minutos, después de los cuales, Francisco se despidió así:

''Por favor, les pido que sigan rezando por mí, porque yo también yo tengo mis errores y debo hacer penitencia. Muchas gracias. Y que Dios nuestro Padre mire nuestro corazón, y que Dios nuestro Padre, que nos quiere, nos dé su fuerza, su paciencia, su ternura de Padre, nos bendiga. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Y no se olviden de rezar por mí. Gracias''.





El Papa llega a Paraguay y ensalza el papel de las mujeres en su historia


Ciudad del Vaticano, 11 de julio de 2015 (Vis).-Terminada su visita al Penitenciario de Palmasola, el Papa Francisco se trasladó a la iglesia parroquial de La Santa Cruz, donde se encontró con los obispos bolivianos (unos 37, incluidos los eméritos). Se trató de un coloquio informal que duró alrededor de una hora, después del cual Francisco se desplazó en papamóvil, aclamado por miles de personas, al aeropuerto de Viru Viru desde donde se embarcó rumbo a Paraguay a cuya capital Asunción llegó dos horas después (las 15,00 hora local).

En el aeropuerto lo esperaba el Presidente de Paraguay Horacio Manuel Cartes Jara que presenció con el Pontífice una breve escena coreográfica sobre la historia y la cultura de Paraguay. Francisco recibió flores de manos de un grupo de niños y bendijo la placa conmemorativa de la visita de San Juan Pablo II a ese país del 16 al 18 de mayo de 1988.

Acabada la ceremonia el Santo Padre recorrió en papamóvil los quince kilómetros que separan el aeropuerto de la capital. En el trayecto se detuvo para saludar a las mujeres de la cárcel femenina ''Correccional del Buen Pastor'', que habían escrito al Papa pidiéndole que fuera a verlas durante su visita a Paraguay, como ayer hizo. A la entrada del correccional, el coro ''50 voces de la esperanza'', dieron la bienvenida a Francisco cantando para él.

Una vez llegado a Asunción el Papa se trasladó a la nunciatura apostólica, donde residirá estos días, y desde allí se desplazó en papamóvil al Palacio Presidencial, sede del gobierno, donde fue recibido por el Presidente Horacio Manuel Cartes Jara, que le presentó a sus familiares y con el cual Francisco se entrevistó en privado.

Después el Presidente acompañó al Pontífice al jardín de la residencia presidencial donde lo esperaban los miembros del gobierno, del Congreso Nacional, de la Corte Suprema de Justicia y del Cuerpo Diplomático ante los que el Santo Padre pronunció un discurso en el que recordó los sufrimientos experimentados por el país a lo largo de su historia, así como el espíritu de superación y el tesón del pueblo para construir una nación próspera. También destacó en este ámbito el papel de las mujeres paraguayas, ''las mas gloriosas de América'', y aseguró la colaboración de la Iglesia católica en el afán común por edificar una sociedad justa e inclusiva en la que vivir en armonía.

''Un ''gracias'' especial para todas las personas e instituciones que han colaborado con esfuerzo y dedicación en la preparación de este viaje y a que me sienta en casa -dijo el Papa- Y no es difícil sentirse en casa en esta tierra tan acogedora. Paraguay es conocido como el corazón de América, y no sólo por la posición geográfica, sino también por el calor de la hospitalidad y cercanía de sus gentes''.

''Ya desde sus primeros pasos como nación independiente, y hasta épocas muy recientes, la historia de Paraguay ha conocido el sufrimiento terrible de la guerra, del enfrentamiento fratricida, de la falta de libertad y de la conculcación de los derechos humanos. ¡Cuánto dolor y cuánta muerte! -exclamó el Pontífice- Pero es admirable el tesón y el espíritu de superación del pueblo paraguayo para rehacerse ante tanta adversidad y seguir esforzándose por construir una Nación próspera y en paz. Aquí –en el jardín de este palacio que ha sido testigo de la historia paraguaya: desde cuando sólo era ribera del río y lo usaban los guaraníes, hasta los últimos acontecimientos contemporáneos – quiero rendir tributo a esos miles de paraguayos sencillos, cuyos nombres no aparecerán escritos en los libros de historia, pero que han sido y seguirán siendo verdaderos protagonistas de la vida de su pueblo. Y quiero reconocer con emoción y admiración el papel desempeñado por la mujer paraguaya en esos momentos tan dramáticos de la historia, de modo especial esa guerra inicua que llegó a destruir casi la fraternidad de nuestros pueblos. Sobre sus hombros de madres, esposas y viudas, han llevado el peso más grande, han sabido sacar adelante a sus familias y a su País, infundiendo en las nuevas generaciones la esperanza en un mañana mejor. Dios bendiga a la mujer paraguaya, la más gloriosa de América''

''Un pueblo que olvida su pasado, su historia, sus raíces, no tiene futuro, es un pueblo seco -recalcó- La memoria, asentada firmemente sobre la justicia, alejada de sentimientos de venganza y de odio, transforma el pasado en fuente de inspiración para construir un futuro de convivencia y armonía, haciéndonos conscientes de la tragedia y la sinrazón de la guerra. ¡Nunca más guerras entre hermanos! ¡Construyamos siempre la paz! También una paz del día a día, una paz de la vida cotidiana, en la que todos participamos evitando gestos arrogantes, palabras hirientes, actitudes prepotentes, y fomentando en cambio la comprensión, el diálogo y la colaboración''.

''Desde hace algunos años, Paraguay se está comprometiendo en la construcción de un proyecto democrático sólido y estable. Y es justo reconocer con satisfacción lo mucho que se ha avanzado en este camino gracias al esfuerzo de todos, aun en medio de grandes dificultades e incertidumbres. Los animo a que sigan trabajando con todas sus fuerzas para consolidar las estructuras e instituciones democráticas que den respuesta a las justas aspiraciones de los ciudadanos. La forma de gobierno adoptada en su Constitución:, ''democracia representativa, participativa y pluralista'', basada en la promoción y respeto de los derechos humanos, nos aleja de la tentación de la democracia formal, que Aparecida definía como la que se ''contentaba con estar fundada en la limpieza de los procesos electorales''. Esa es una democracia formal'', afirmó el Pontífice.

''En todos los ámbitos de la sociedad, pero especialmente en la actividad pública, se ha de potenciar el diálogo como medio privilegiado para favorecer el bien común, sobre la base de la cultura del encuentro, del respeto y del reconocimiento de las legítimas diferencias y opiniones de los demás. No hay que detenerse en lo conflictivo, la unidad siempre es superior al conflicto; es un ejercicio interesante decantar en el amor a la patria, y en el amor al pueblo, toda perspectiva que nace de las convicciones de una opción partidaria o ideológica. Y en ese mismo amor tiene que ser el impulso para crecer cada día más en gestiones transparentes y que luchan impetuosamente contra la corrupción. Sé que existe una firme voluntad para desterrar hoy la corrupción.

''Queridos amigos -afirmó Francisco dirigiéndose a los presentes- en la voluntad de servicio y de trabajo por el bien común, los pobres y necesitados han de ocupar un lugar prioritario. Se están haciendo muchos esfuerzos para que Paraguay progrese por la senda del crecimiento económico. Se han dado pasos importantes en el campo de la educación y la sanidad. Que no cese ese esfuerzo de todos los actores sociales, hasta que no haya más niños sin acceso a la educación, familias sin hogar, obreros sin trabajo digno, campesinos sin tierras que cultivar y tantas personas obligadas a emigrar hacia un futuro incierto; que no haya más víctimas de la violencia, la corrupción o el narcotráfico. Un desarrollo económico que no tiene en cuenta a los más débiles y desafortunados, no es verdadero desarrollo. La medida del modelo económico ha de ser la dignidad integral de la persona, especialmente el la persona más vulnerable e indefensa.

''Señor Presidente, queridos amigos. En nombre también de mis hermanos Obispos del Paraguay, deseo asegurarles el compromiso y la colaboración de la Iglesia católica en el afán común por construir una sociedad justa e inclusiva, en la que se pueda convivir en paz y armonía. Porque todos, también los pastores de la Iglesia, estamos llamados a preocuparnos por la construcción de un mundo mejor. Nos mueve a ello la certeza de nuestra fe en Dios, que quiso hacerse hombre y, viviendo entre nosotros, compartir nuestra suerte. Cristo nos abre el camino de la misericordia, que asentado sobre la justicia, va más allá, y alumbra la caridad, para que nadie se quede al margen de esta gran familia que es el Paraguay, al que aman y quieren servir''.

''Con la inmensa alegría de encontrarme en esta tierra consagrada a la Virgen de Caacupé –y quiero recordar también especialmente a mis hermanos paraguayos de Buenos Aires, de mi anterior diócesis ellos tienen la parroquia de la Virgen de los Milagros de Caacupé–, imploro la bendición del Señor sobre todos ustedes, sobre sus familias y sobre todo el querido pueblo paraguayo. Que Paraguay sea fecundo, como lo indica la flor de la pasiflora en el manto de la Virgen y, como esa cinta con los colores paraguayos que tiene la imagen, así se abrace a la Madre de Caacupé. Muchas gracias''.

Después del discurso, el Papa presenció un espectáculo musical con piezas de la época de las Reducciones jesuitas. Las Reducciones, como se recordará, fueron una experiencia misionera pionera en su género. Eran aldeas en las que los indios cristianos, separados de los españoles, vivían bajo la tutela de misioneros europeos. En su etapa de mayor apogeo, alrededor de 1731, en las reducciones jesuitas de Paraguay había 150.000 indios cristianos, pero la experiencia acabó en 1767 con la expulsión de los jesuitas de todas ellas.


Hoy, 11 de julio, el Santo Padre irá al hospital pediátrico Niños de Acosta Ñú, celebrará la santa misa en el santuario mariano de Caacupé y, de regreso a Asunción encontrará a los representantes de la sociedad civil para concluir la jornada con la celebración de las vísperas y un discurso al clero en la catedral de La Asunción.

Aplazada por enfermedad la primera audiencia del proceso al ex nuncio Józef Wesołowski


Ciudad del Vaticano, 11 de julio de 2015 (Vis).-Esta mañana, a las 9:30, en el Tribunal del Estado de la Ciudad del Vaticano, comenzó la primera audiencia de la causa penal contra el ex nuncio en la República Dominicana Józef Wesołowski, acusado del delito de posesión de pornografía infantil y actos de pederastia.

El jurado estaba compuesto por : Giuseppe Dalla Torre, presidente, los jueces Piero Antonio Capó, Paolo Papanti-Pelletier y Venerando Marano, este último suplente.

El Promotor de Justicia, era el juez Gian Piero Milano, asistido por los jueces Alessandro Diddi y y Roberto Zannotti.

El abogado defensor era Antonello Blasi.

En la apertura de la audiencia el Promotor de Justicia anunció que el acusado no estaba presente ante la Corte porque había sido hospitalizado.

El Tribunal tomó nota del impedimento para la comparecencia del imputado, a consecuencia de una enfermedad repentina, que hizo necesario su traslado a un hospital público, donde está hospitalizado en la unidad de cuidados intensivos.


En virtud del artículo 471 del Código de Procedimiento Penal, el Tribunal ha tenido que suspender la audiencia y aplazarla hasta fecha posterior, debiendo esperar el cese de la causa que ha determinado dicho aplazamiento.
Copyright © VIS - Vatican Information Service