CIUDAD DEL VATICANO, 27 OCT 2007 (VIS).-Benedicto XVI recibió hoy las cartas credenciales del nuevo embajador de la República del Ecuador ante la Santa Sede, Fausto Cordovez Chiriboga.
Al inicio de su discurso, el Papa resaltó el patrimonio "transmitido a lo largo de los siglos, y que bajo diversas expresiones de piedad popular y del arte, junto con los valores morales, cívicos y sociales, forma parte la identidad de Ecuador como Nación".
Tras poner de relieve los "nuevos escenarios de libertad y esperanza, turbados a menudo por situaciones políticas inestables y por las consecuencias de estructuras sociales débiles", el Santo Padre afirmó que "es necesario y urgente trabajar por la construcción de un orden interno e internacional que promueva la convivencia pacífica, la cooperación, el respeto de los derechos humanos y el reconocimiento, ante todo, del puesto central de la persona y de su inviolable dignidad".
Benedicto XVI señaló que ante "los numerosos ecuatorianos que emigran a otros países en condiciones difíciles, buscando un futuro mejor para sí mismos y sus familias", no hay que "olvidar que "el amor -caritas- siempre será necesario, incluso en la sociedad más justa. No hay orden estatal, por justo que sea, que haga superfluo el servicio del amor. (...) La caridad es, pues, la que, como generoso don de sí mismo al otro, ha generado y sigue generando ese entramado de obras educativas, asistenciales, de promoción y desarrollo, que honran a la Iglesia y a la sociedad ecuatoriana".
"La Iglesia católica, mediante su propio ministerio pastoral, (...) realiza -recordó- una importante aportación al bien común del país. De ahí se ve la necesidad de promover y afianzar el ámbito de libertad que le han reconocido los textos constitucionales y legales del Ecuador. Por eso es de esperar también que el nuevo ordenamiento constitucional contemple las más amplias garantías para la libertad religiosa de los ecuatorianos, de modo que la Nación pueda contar con un marco legal, conforme también al contexto y a los acuerdos internacionales".
El Papa hizo hincapié en que "la libertad de acción de la Iglesia, además de ser un derecho inalienable, es condición primordial para llevar a cabo su misión entre el pueblo, incluso en circunstancias difíciles. Por eso, -continuó citando la encíclica "Deus caritas est"-, "lo que hace falta no es un Estado que regule y domine todo, sino que reconozca y apoye generosamente, de acuerdo con el principio de subsidiaridad, las iniciativas que surgen de las diversas fuerzas sociales"".
"No puede tampoco ser otra la aspiración de un gobierno democrático empeñado en fomentar una cultura de respeto e igualdad ante la ley, así como un ejercicio ejemplar de la autoridad, orientada a servir a todo el pueblo. Por todo ello -añadió-, el gobierno ecuatoriano ha manifestado su decidida voluntad de atender con prioridad a los más necesitados, inspirándose en la Doctrina Social de la Iglesia".
El Santo Padre concluyó expresando el deseo de que "los ciudadanos puedan disfrutar de todos los derechos, junto con sus correspondientes obligaciones, obteniendo mejores condiciones de vida y un acceso más fácil a una vivienda digna y al trabajo, a la educación y a la salud, en el pleno respeto de la vida desde su concepción hasta su término natural".
CD/CREDENCIALES/ECUADOR:CORDOVEZ VIS 20071029 (550)