CIUDAD DEL VATICANO, 21 FEB 2009 (VIS).-El Santo Padre visitó ayer por la tarde el Seminario Romano Mayor, en la víspera de la fiesta de la patrona, la Virgen de la Confianza.
El Papa presidió en la Capilla Mayor del Seminario una lectio divina para los seminaristas sobre la Carta de San Pablo a los Gálatas.
Comentando las palabras del Apóstol de las Gentes: "Fuisteis llamados a la libertad", Benedicto XVI preguntó: "¿Qué es la libertad? ¿Cómo podemos ser libres? San Pablo nos ayuda a entender esta realidad complicada que es la libertad" cuando dice: "Esta libertad no sea un pretexto para la carne, sino servíos unos a otros por amor".
"El yo absoluto, que no depende de nada y de nadie -continuó-, parece poseer realmente, en definitiva, la libertad. Soy libre si no dependo de nadie, si puedo hacer todo lo que quiero. Pero precisamente cuando el yo se convierte en absoluto es "carne", es decir, degradación del ser humano, no es conquista de la libertad: el libertinaje no es libertad, es más bien el fracaso de la libertad".
Tras poner de relieve que "la libertad se realiza paradójicamente en el servicio a los demás", el Papa subrayó que "nuestra verdad consiste sobre todo en que somos criaturas, criaturas de Dios y vivimos en relación con el Creador. Solo si aceptamos esto (…) entramos en la verdad. De lo contrario, caemos en la mentira y al final nos destruimos. (…) Solo una libertad compartida es una libertad humana".
El Papa afirmó que "el ser humano tiene necesidad de orden, de derecho, para que pueda realizarse su libertad, que es una libertad vivida en común. (…) Si no existe una verdad común del ser humano, (…) solo queda el positivismo y se tiene la impresión de como si fuera algo impuesto de manera incluso violenta. De ahí esta rebelión contra el orden y el derecho, como si se tratase de una esclavitud".
En esta Carta de San Pablo, continuó, "se menciona la situación, un poco triste, de la comunidad de los Gálatas, cuando el Apóstol dice:: "Si os mordéis y os devoráis unos a otros, mirad que acabaréis por destruiros…".
El Santo Padre afirmó que "también hoy suceden cosas parecidas, cuando en vez de agregarse a la comunión con Cristo, en el Cuerpo de Cristo que es la Iglesia, cada uno quiere ser superior al otro y quiere hacer creer con arrogancia intelectual que es mejor. Así nacen las polémicas que son destructivas, nace una caricatura de la Iglesia, que debería ser una sola alma y un solo corazón".
"En esta advertencia de San Pablo -concluyó-, tenemos que encontrar también hoy un motivo de examen de conciencia: no pensar en que somos superiores a los demás, sino imitar la humildad de Cristo, la humildad de María, entrar en la obediencia de la fe. Precisamente de esta manera se nos abre realmente el gran espacio de la verdad y de la libertad en el amor".
Al terminar el acto, el Papa cenó con los seminaristas y posteriormente regresó al Vaticano.
BXVI-VISITA/…/SEMINARIO ROMANO MAYOR VIS 20090223 (520)
El Papa presidió en la Capilla Mayor del Seminario una lectio divina para los seminaristas sobre la Carta de San Pablo a los Gálatas.
Comentando las palabras del Apóstol de las Gentes: "Fuisteis llamados a la libertad", Benedicto XVI preguntó: "¿Qué es la libertad? ¿Cómo podemos ser libres? San Pablo nos ayuda a entender esta realidad complicada que es la libertad" cuando dice: "Esta libertad no sea un pretexto para la carne, sino servíos unos a otros por amor".
"El yo absoluto, que no depende de nada y de nadie -continuó-, parece poseer realmente, en definitiva, la libertad. Soy libre si no dependo de nadie, si puedo hacer todo lo que quiero. Pero precisamente cuando el yo se convierte en absoluto es "carne", es decir, degradación del ser humano, no es conquista de la libertad: el libertinaje no es libertad, es más bien el fracaso de la libertad".
Tras poner de relieve que "la libertad se realiza paradójicamente en el servicio a los demás", el Papa subrayó que "nuestra verdad consiste sobre todo en que somos criaturas, criaturas de Dios y vivimos en relación con el Creador. Solo si aceptamos esto (…) entramos en la verdad. De lo contrario, caemos en la mentira y al final nos destruimos. (…) Solo una libertad compartida es una libertad humana".
El Papa afirmó que "el ser humano tiene necesidad de orden, de derecho, para que pueda realizarse su libertad, que es una libertad vivida en común. (…) Si no existe una verdad común del ser humano, (…) solo queda el positivismo y se tiene la impresión de como si fuera algo impuesto de manera incluso violenta. De ahí esta rebelión contra el orden y el derecho, como si se tratase de una esclavitud".
En esta Carta de San Pablo, continuó, "se menciona la situación, un poco triste, de la comunidad de los Gálatas, cuando el Apóstol dice:: "Si os mordéis y os devoráis unos a otros, mirad que acabaréis por destruiros…".
El Santo Padre afirmó que "también hoy suceden cosas parecidas, cuando en vez de agregarse a la comunión con Cristo, en el Cuerpo de Cristo que es la Iglesia, cada uno quiere ser superior al otro y quiere hacer creer con arrogancia intelectual que es mejor. Así nacen las polémicas que son destructivas, nace una caricatura de la Iglesia, que debería ser una sola alma y un solo corazón".
"En esta advertencia de San Pablo -concluyó-, tenemos que encontrar también hoy un motivo de examen de conciencia: no pensar en que somos superiores a los demás, sino imitar la humildad de Cristo, la humildad de María, entrar en la obediencia de la fe. Precisamente de esta manera se nos abre realmente el gran espacio de la verdad y de la libertad en el amor".
Al terminar el acto, el Papa cenó con los seminaristas y posteriormente regresó al Vaticano.
BXVI-VISITA/…/SEMINARIO ROMANO MAYOR VIS 20090223 (520)