Ciudad
del Vaticano, 29 octubre 2014
(VIS).-La Iglesia: naturaleza espiritual y realidad visible. ''¿Dos
cosas diferentes o una única Iglesia?'' ha dicho el Papa en la
Audiencia General de este miércoles, retomando en su catequesis el
tema de la Iglesia. ''Si es siempre una única Iglesia -ha
continuado- ¿cómo podemos entender la relación entre su realidad
visible y la espiritual?
Francisco
ha comentado que cuando hablamos de realidad visible no sólo hay que
pensar en el Papa, los obispos, curas, monjas y personas consagradas.
''La realidad visible de la Iglesia está formada por muchos hermanos
y hermanas bautizados que en el mundo creen, esperan y aman. La
Iglesia somos todos''. Por eso, la realidad visible de la Iglesia no
se puede medir, ni conocer en toda su plenitud. ''¿Cómo se pueden
conocer todas las maravillas que, a través de nosotros, Cristo es
capaz de operar en los corazones y las vidas de todas las personas?
-ha dicho- . Veis, la realidad visible de la Iglesia va más allá de
nuestro control, más allá de nuestras fuerzas, y es una realidad
misteriosa porque procede de Dios''.
Para
comprender la relación entre la realidad visible y la espiritual de
la Iglesia hay que mirar a Cristo ''del cual la Iglesia constituye el
cuerpo y del cual ésta se genera, en un acto de infinito amor.
Efectivamente, también en Cristo, con el misterio de la Encarnación,
reconocemos una naturaleza humana y una naturaleza divina, unida en
la misma persona de una manera maravillosa e indisoluble. Y esto se
aplica de una manera similar a la Iglesia ... que es un misterio,
donde lo que no se ve es más importante de lo que se ve, y se
reconoce sólo con los ojos de la fe''.
Pero
¿cómo puede ponerse la realidad visible de la Iglesia al servicio
de la espiritual? Siguiendo siempre el modelo de Cristo que ''se
sirvió de su humanidad, porque era también hombre, para anunciar y
cumplir el plan divino de redención y salvación, porque era Dios.
A través de su realidad visible, de todo lo que se ve, de los
sacramentos y del testimonio de todos los cristianos, la Iglesia está
llamada cada día a acercarse a cada ser humano comenzando por el que
es pobre, el que sufre,el marginado, para que todos sigan sintiendo
la mirada compasiva y misericordiosa de Jesús''.
Antes
de concluir ha pedido a los fieles que rezasen por el don de
la fe ''para que podamos entender cómo, a pesar de nuestra pequeñez
y nuestra pobreza'' -refiriéndose a que todos somos pecadores-, ''el
Señor nos ha hecho realmente un instrumento de gracia y un signo
visible de su amor para toda la humanidad. Podemos convertirnos en
fuente de escándalo, si; pero también podemos convertirnos en
fuente de testimonio, diciendo con nuestras vidas lo que Jesús
quiere de nosotros''.