Ciudad
del Vaticano, 24 julio 2013
(VIS).-Más de medio millón de jóvenes participaron ayer tarde en
la Misa de apertura de la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud
celebrada por el arzobispo de San Sebastian de Río de Janeiro,
monseñor Orani Joao Tempesta, en la playa de Copacabana. Al
oscurecer, el gran palco presidido por una cruz azul, se iluminó con
los colores de la bandera brasileña. El silencio acogió, en cambio,
la llegada de la Cruz y de la imagen de la Virgen de la JMJ, llevadas
en procesión por jóvenes de los cinco continentes.
Antes
de la Misa se rezó por los jóvenes sin trabajo, por las víctimas
del incendio de una discoteca en Brasil, por los asesinatos de niños
de la calle en la Candelaria y por la joven francesa fallecida en un
accidente de autobús en Guayana cuando se preparaba a viajar a Río
para participar en la JMJ.
Según
la costumbre, el Papa no participó en el acontecimiento inaugural de
la JMJ, pero, -como informa el director de la Oficina de Prensa de la
Santa Sede, Padre Federico Lombardi S.I.- vio la ceremonia por
televisión y se quedó impresionado por la enorme participación.
En
la homilía, el arzobispo Tempesta, retomando el tema de la Jornada
:”Id y haced discípulos a todas las naciones”, invitó a los
jóvenes a ser misioneros. “Río en esta semana -dijo- se convierte
en el centro de la Iglesia, viva y joven. Habéis llegado de diversas
partes del mundo para compartir la fe y la alegría de ser discípulos
y misioneros en todas las naciones. Por doquier el entusiasmo juvenil
nos muestra el rostro joven de los cristianos que quiere unir el
testimonio de una vida auténtica y cristiana con la dimensión
social del evangelio...Estamos llamados a ser protagonistas de un
mundo nuevo. Estoy seguro que lo llevaréis a cabo en vuestras
ciudades y en vuestros países. El mundo necesita jóvenes como
vosotros”.
Por
lo que se refiere al programa del Papa Francisco en los próximos
días, Lombardi ha informado de que, debido al mal tiempo, esta tarde
viajará en avión y no en helicóptero al santuario de Aparecida, al
menos durante la mayor parte del trayecto y que el jueves pasará a
saludar a un grupo de jóvenes argentinos en la catedral de Río de
Janeiro.
También
el mal tiempo impidió al cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de
Estado, la presentación a los pies del Cristo Redentor del
Corcovado, de la medalla conmemorativa de la JMJ. El acto tuvo lugar,
en cambio, en la residencia arzobispal de Sumaré. La medalla,
acuñada en metal, por la Fábrica Nacional de Moneda de Brasil,
tiene en la cara la imagen sonriente del Papa Francisco y en la cruz
las de la catedral de San Sebastián de Río de Janeiro y de la
basílica de Nuestra Señora de Aparecida. “Muestra -dijo el
cardenal- la cercanía del Papa al pueblo y la sencillez de sus
gestos que han conquistado a todo el mundo”.
Asimismo,
del 24 al 26 de julio, 250 obispos de los cinco continentes darán en
Río de Janeiro catequesis matutinas sobre tres temas : “Sed de
esperanza, sed de Dios” (miércoles 24); “Ser discípulos de
Cristo” (jueves, 25) y “Sed misioneros: Id” (viernes, 26). Las
catequesis tendrán lugar en 300 sitios distintos, desde Copacabana a
la zona metropolitana, pasando por las favelas y los campos de
deporte, hasta las zonas periféricas y las iglesias. La mayor
parte (133) será en portugués, pero también habrá 50 catequesis
en español, 25 en inglés, 15 en italiano y francés, 8 en alemán y
5 en polaco. En conjunto las catequesis se darán en 20 idiomas,
entre los cuales, árabe, croata, danés, esloveno, griego, checo y
ruso.