Ciudad
del Vaticano, 8 de octubre de 2015 (Vis).-Los matrimonios intervienen
este año en el Sínodo dedicado a la Familia como auditores y
exponen ante la Asamblea de cardenales, obispos, sacerdotes y
expertos sus experiencias concretas de pareja, padres o abuelos. Así
hicieron el pasado 5 de octubre los cónyuges mexicanos Gertrudiz
Clara Rubio de Galindo y Andrés Salvador Galindo López, Secretarios
Ejecutivos de la Comisión Episcopal para la Familia de la
Conferencia Episcopal, Secretarios del CELAM para la zona de
México-Centroamérica. El 6, durante la tercera congregación
general intervino el matrimonio sudafricano formado por Buysile
Patronella Nkosi y Meshack Jabulani Nkosi, Miembros del Comité
Asesor para el Consejo Nacional de la Familia de la Conferencia
Episcopal de Obispos Católicos de Sudáfrica.
Los
esposos Galindo Rubio, que están casados desde hace 45 años y
tienen dos hijos y cuatro nietos, recordaron que sus primeros años
fueron difíciles, sobre todo debido a los problemas económicos que
encontraron y que incluso algunos familiares les aconsejaron
separarse por ese motivo. ''A pesar de la insistencia para que
dierámos ese paso, Andres y yo -afirmó Clara Rubio- decidimos
luchar contra el desequilibrio que habia provocado aquel suceso y
sacar adelante nuestro matrimonio y Ia familia que empezábamos a
formar, aunque esta decisión fue sin tener una conciencia clara de
lo que significaba el sacramento del matrimonio. Poco tiempo después,
gracias a Dios tuvimos la oportunidad de vivir una experiencia de
relacion en el Encuentro Matrimonial Católico, en donde aprendimos a
comunicarnos, a saber perdonar, pero sobre todo a conocer cual era el
plan de Dios para nosotros como matrimonio y como familia. Y así
seguimos luchando por nuestra relación, pero ahora con un poco mas
de conciencia de acuerdo al plan de Dios''.
Años
después, en otra época de dificultades económicas, después de
visitar la basílica de Guadalupe, decidieron colaborar con la
Pastoral Familiar de su diócesis. La decisión les llevó a dar su
aportación en diversos lugares de Centroamérica, donde a lo largo
de los años han constado que ''los grandes problemas por lo que
pasan las familias son provocados por factores sociales, culturales,
políticos, educativos, económicos y religiosos y el matrimonio y la
familia, se ven debilitados y frágiles, y su propia fuerza necesita
ser rescatada a traves de la formación y enseñanza de su identidad
y misión''. Para ello, concluyó Rubio la pastoral de la familia,
requiere en este tercer milenio, ''pastores enamorados del proyecto
de Dios'' que acompañen y formen a las familias para que descubran y
vivan ''su identidad y su misión''.
El
6 de octubre hablaron ante los Padres Sinodales el matrimonio Nkosi
casados desde hace 35 años con 5 hijos y ocho nietos. Tres de sus
hijos, como relató Jabu Nkosi, han contraído matrimonio católico
con personas no católicas, pero caminan ''con dos credos y un solo
amor''. Uno de sus yernos y una de sus nueras quieren convertirse al
catolicismo y en la próxima Pascua, en 2016, serán acogidos en la
Iglesia Católica.
El
matrimonio ha acompañado a lo largo de 33 años a muchos jóvenes
con los que han compartido su experiencia de vida, la palabra de Dios
y las enseñanzas de la Iglesia. ''Les hemos transmitido- dijo Jabu
Nkosi- la Buena Nueva del amor de Dios por nosotros a través de su
Hijo Jesucristo. Y nosotros en nuestra vida de cada día tratamos, a
través de la gracia de Dios, de ser una buena noticia para el otro,
para las parejas jóvenes y para el mundo. Esto es posible dejando
que la Palabra de Dios, Cristo mismo, sea nuestra brújula''.
''Tenemos
y hemos tenido nuestros numerosos retos: quizás el no ver las cosas
de la misma manera o el hacerse daño el uno al otro de alguna forma
-prosiguió- pero nuestra redención siempre ha sido tratar de ser lo
suficientemente humilde como para decir. ''Lo siento". Las
palabras del Santo Padre, "perdón, gracias y ¿puedo?" son
indispensables si queremos vivir en paz y armonía en nuestra
familia. Es importante recordar decirse el uno al otro ''Te amo"
y decírselo también a los niños. El Papa Benedicto XVI en su
encíclica ''Caritas in Veritate'' destacaba la importancia del amor
como el principio vital de la sociedad, el lugar donde una persona
aprende el bien común, ya que la familia es el primer lugar donde,
una nueva persona aprende a amar, a perdonar, experimenta el perdón
y aprende a compartir''.
''La
decisión que tomamos hace 35 años es la que seguimos tomando todos
los días para cuidar unos de otros en la familia y para ser fieles
el uno al otro como cuando nos comprometimos a amar para siempre. En
la sociedad moderna que, desgraciadamente, ha desarrollado una
cultura de usar y tirar, este tipo de compromiso parece una tontería
y es ridiculizado y desaconsejado. Los jóvenes, entonces, tienden a
tener miedo de casarse y consideran este compromiso como una carga.
Nosotros estamos llamados a animarles a emprender el viaje del
Santo Matrimonio mirando a Cristo como su nueva esperanza''.
''Hemos
experimentado la nueva vida que nace, y hemos visto a nuestros padres
ayudarnos a criar a nuestros hijos. También les hemos visto
envejecer, volverse más frágiles y les hemos cuidado hasta que han
acabado su existencia. Hemos visto a nuestros hijos volverse padres
y a nosotros mismos ser ahora un apoyo para ellos y sus familias.
Seguimos transmitiéndoles nuestra fe, todos los valores cristianos
y la cultura de "Ubuntu" - humanitarismo. Nos da alegría y
satisfacción y ha hecho nuestra vida más rica y plena a través de
la gracia de Dios'', finalizó Nkosi.