Ciudad
del Vaticano, 30 de abril 2015 (VIS).-El cardenal Leonardo Sandri,
Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientale intervino
ayer tarde en la apertura del simposio ''Cristianos en Oriente Medio:
¿Cual es su futuro?'' promovido por la Comunidad de San Egidio y por
la archidiócesis de Bari-Bitonto (Italia).
En
su discurso el cardenal habló de que no pocos cristianos de Oriente,
escuchando hace pocos días el episodio de la Pasión en que Pilatos
se lava las manos, ''podrían haber pensado en la indiferencia y la
falta de acción a la que parece haberse resignado la comunidad
internacional frente las tragedias que ya desde hace años se
consuman en Siria e Irak''. ''Entristece también -añadió- la
incapacidad de los líderes de Líbano, incluso de los cristianos,
que no han sido capaces de encontrar un consenso sobre el nuevo
presidente, debido a una línea de conducta dictada, más que por su
conciencia, por las fuertes influencias de fuerzas que compiten por
la supremacía del control en la zona''.
''Confiamos,
sin embargo, y estamos aquí para despertarla, que en el ánimo de
todos, en Occidente como en Oriente -subrayó el purpurado-
permanezca viva la pregunta de Pilatos: "¿Cuál es la
verdad?'', a la que siga su búsqueda y el ponerse a su servicio. La
verdad es ante todo un acto que levanta cualquier velo y copertura
de la realidad. Es inútil negarlo: si todavía no se ha encontrado
una solución es ciertamente porque los problemas son múltiples y
complejos, y también atañen a las relaciones internas entre los
distintos componentes de los fieles musulmanes en la región, y entre
ellos con las otras presencias religiosas en la zona, incluyendo a
los cristianos. Pero también es legítimo pensar que los intereses,
equilibrios de poder y de riqueza se anteponen todavía – sin ceder
un paso- a la supervivencia que ya no al bienestar de las
poblaciones. Es un escándalo, y recordamos lo que el Señor dice
también hoy a todos los Caínes de la tierra "¿Qué has hecho?
La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra''.
El
cardenal Sandri mencionó que todos los años lanza un llamamiento,
en nombre del Santo Padre, para el apoyo y la ayuda a los cristianos
de Tierra Santa, un término que designa, no solo a los que viven
dentro de las fronteras del Estado de Israel y de la Autoridad
Palestina, sino también en todos los lugares relacionados con la
historia de la salvación, la zona de Mesopotamia y Persia, desde
donde partió Abraham y de donde se cree eran los Reyes Magos,
Turquía, donde predicaron los apóstoles, Jordania, Siria, Líbano,
y Egipto, donde encontró acogida la Sagrada Familia.
''Pero
la mención de una presencia así configurada -añadió- no puede
ser también una indicación de método para las mesas de discusión
en otros niveles: no se puede hablar de estabilidad en Oriente Medio
sin incluir la añeja cuestión de Israel y Palestina, contentándose
de que a los cristianos se les permita vivir en paz en esos dos
territorios. Por otra parte, no debería haber ninguna duda sobre la
necesidad de que todos los Estados, incluido Israel, deban existir y
ser protegidos y no amenazados. Es tarea de los pastores cristianos
de todo Oriente Medio ayudar a sus fieles a crecer en esta
conciencia, curando las heridas del pasado reciente, con el aceite
del consuelo, del perdón y la misericordia. Si no se avanza en esta
dirección, no dudamos de que los grupúsculos de ''poder
enloquecido'', como el ISIS, se multiplicarán, también porque
algunas partes interesadas los apoyan con armas y recursos''.
''Occidente
parece haber perdido en el curso de los siglos la capacidad de
considerarse también dentro de una sana referencia religiosa,
prefiriendo a menudo un modelo de laicismo exasperado cuando no un
verdadero "eclipse de Dios". La destrucción y los horrores
actuales de Oriente Medio - que algunos quieren atribuir únicamente
al factor religioso - no deben ser una excusa para confirmar esta
visión parcial y errónea, sino un estímulo para repensar la
convivencia y la colaboración de los diferentes componentes de la
sociedad para la promoción integral del ser humano'', finalizó el
Prefecto.
Posteriormente
en la basílica de San Nicolás, patrono de Bari, los participantes
en el simposio pidieron al santo que intercerdiera para que se
pusiera fin al sufrimiento de los cristianos en Oriente Medio y para
que acompañase los trabajos del Concilio Pan-Ortodoxo que se
celebrará en 2016 en Turquía.