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El 'Vatican Information Service' (VIS) es un boletín informativo de la Oficina de Prensa Santa Sede. Transmite diariamente información sobre la actividad magisterial y pastoral del Santo Padre y de la Curia Romana... []

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viernes, 29 de noviembre de 2013

EN SU ENCUENTRO CON LOS SUPERIORES GENERALES EL PAPA ANUNCIA QUE 2015 ESTARÁ DEDICADO A LA VIDA CONSAGRADA

Ciudad del Vaticano, 29 noviembre 2013 (VIS).-La Unión de Superiores Generales ha celebrado su LXXXII asamblea en el Salesianum de Roma, del 27 al 29 de noviembre. Las reflexiones, basadas en tres experiencias personales, se han centrado en el papel de los Superiores a la luz del magisterio y del ejemplo del Papa Francisco. Y el pontífice en persona, ha decidido encontrar a los superiores durante tres horas y no solamente en una breve audiencia como habían solicitado. No ha habido ningún discurso preparado con antelación: se ha tratado de un largo coloquio fraternal y cordial, con preguntas y respuestas.

Según informa un comunicado de la Unión de Superiores Generales, la primera tanda de preguntas ha estado dedicado a la identidad y la misión de la vida consagrada. Todos los cristianos deben ser coherentes con su fe, ha dicho el Papa, pero los religiosos están llamados a seguir al Señor de una manera especial : "Son hombres y mujeres que pueden despertar al mundo. La vida consagrada es profecía . Dios nos pide que dejemos el nido que nos arropa y que salgamos a los confines del mundo evitando la tentación de someterlos. Esta es la forma más eficaz de imitar al Señor”.

Preguntado por la situación de las vocaciones, el Papa ha señalado que hay Iglesias jóvenes que están dando nuevos frutos. Por supuesto, esto nos obliga a replantear la inculturación del carisma. La Iglesia, como en el caso de Matteo Ricci, debe pedir perdón y considerar, con vergüenza, los fracasos apostólicos a causa de malentendidos en este campo. El diálogo intercultural debe impulsar la entrada en el gobierno de los institutos religiosos de personas de diferentes culturas que expresan diferentes formas de vivir el carisma.

Francisco ha insistido en la formación que, en su opinión,se basa en cuatro pilares fundamentales: espiritual, intelectual , comunitario y apostólico. Es imprescindible evitar cualquier forma de hipocresía y de clericalismo a través de un diálogo franco y abierto sobre todos los aspectos de la vida, " la formación es una tarea artesanal, no una labor de policía", ha subrayado, y su objetivo es “formar religiosos que tengan un corazón tierno y no ácido como el vinagre. Todos somos pecadores , pero no corruptos. Hay que aceptar a los pecadores , no a los corruptos ".

Para el Papa la fraternidad tiene una enorme fuerza de atracción. Presupone la aceptación de las diferencias y los conflictos. A veces es difícil de vivir, pero si no se vive no se es fecundo. En cualquier caso, "nunca debemos actuar como gestores ante el conflicto de un hermano hay que acariciar ese conflicto".

Se han planteado también algunas cuestiones sobre las relaciones entre los religiosos y las Iglesias particulares en las que están insertados. El Papa ha afirmado que sabía por experiencia los problemas que se plantean. "Nosotros, los obispos, tenemos que entender que las personas consagradas no representan sólo una ayuda material, sino que son dones que enriquecen las diócesis. "

Las últimas preguntas han tenido como objeto las fronteras de la misión de los consagrados . "Hay que buscarlas sobre la base de los carismas”, ha respondido el Papa. Las realidades donde impera la exclusión sigue siendo la prioridad más importante. Además de estos retos, el pontífice ha citado el cultural y educativo en las escuelas y universidades. Para el Papa los pilares de la educación son : " transmitir conocimientos , transmitir formas de hacer, transmitir valores. A través de ellos se transmite la fe. El educador debe estar a la altura de las personas que educa y debe interrogarse sobre como anunciar a Jesucristo a una generación que cambia" .

Antes de saludar a los 120 Superiores Generales presentes, el Santo Padre ha anunciado que el 2015 será un año dedicado a la vida consagrada. Saliendo del aula ha dicho: "Gracias, por lo que hacéis y por vuestro espíritu de fe y de servicio. Gracias por vuestro testimonio y también por las humillaciones por las que tenéis que pasar”.

INTENCIONES DE ORACIÓN DEL PAPA PARA EL MES DE DICIEMBRE

Ciudad del Vaticano, 29 noviembre 2013 (VIS).-La intención general del apostolado de la oración del Santo Padre para el mes de diciembre es: “Que los niños abandonados o víctimas de cualquier forma de violencia encuentren el amor y la protección que necesitan”.
Su intención misionera es: “Que los cristianos, iluminados por el Verbo Encarnado, preparemos la venida del Salvador”.

ACTOS PONTIFICIOS

Ciudad del Vaticano, 29 noviembre 2013 (VIS).-El Santo Padre ha nombrado:

-Monseñor José Luis Gerardo Ponce de León I.M.C, como obispo de Manzini (superficie 17.364, población 1.118.000, católicos 58.000, sacerdotes 30, religiosos 76) en Suazilandia. El obispo era hasta ahora vicario apostólico de Ingwavuma del que ha sido igualmente nombrado administrador apostólico Sede vacante et ad nutum Sanctae Sedis.

-Reverendo Aleh Butkevich como obispo de la diócesis de Vitebsk ( superficie 40.100, población 1.446.000, católicos 170.000, sacerdotes 103, religiosos 114) en Bielorrusia. El obispo electo nació en 1972 en Braslau (Bielorrusia) y fue ordenado sacerdote en 2000. Es licenciado en Ingeniería Mecánica. En su ministerio pastoral vicepárroco de Novapolack y Miory y párroco de Bieshankovichy y Ula. Actualmente era párrco de San Antonio de Padua en Vitebsk y vicario foráneo.

-Reverendo Yuri Kasabutski como obispo auxiliar de la archidiócesis de Minsk-Mohilev (superficie 69.800, población 4.756.000, católicos 610.000, sacerdotes 124, religiosos 146) en Bielorrusia. El obispo electo nació en 1970 en Maladechna (Bielorrusia) y fue ordenado sacerdote en 1996. Es licenciado en Teología Fundamental. Ha desempeñado su ministerio pastoral en dos parroquias de Mohilev y en la Exaltación de la Santa Cruz en Vilejka. Ha sido prefecto en el seminario interdiocesano de Pinsk y dirigido la Secretaría de la Conferencia de los Obispos Católicos de Bielorrusia. Actualmente era canciller de la curia de Minsk-Mohilev y administrador parroquial de la Santísima Trinidad y de San Roque en Zalataja Horka (Minsk).

-Monseñor Iosif Staneuski como obispo auxiliar de la diócesis de Grodno (superficie 25.000, población 1.061.288, católicos 587.000, sacerdotes 208, religiosos 200) en Bielorrusia. El obispo electo nació en 1969 en Zanievichy (Bielorrusia) y fue ordenado sacerdote en 1995. Es licenciado en Derecho Canónico. En su ministerio pastoral ha sido profesor y prefecto del seminario mayor de Grodno y, al mismo tiempo, juez y vicario auxiliar del tribunal interdiocesano de primera instancia; rector del seminario de Grodno, responsable para la formación pastoral de los sacerdotes y coordinador de la pastoral vocacional.


jueves, 28 de noviembre de 2013

EL FUTURO DEL DIALÓGO INTERRELIGIOSO ESTÁ EN LA CONVIVENCIA RESPETUOSA DE LA DIVERSIDAD


Ciudad del Vaticano, 28 noviembre 2013 (VIS).-''La Iglesia Católica es consciente del valor que reviste la promoción de la amistad y del respeto entre hombres y mujeres de tradiciones religiosas diversas. Cada vez comprendemos más su importancia, sea porque el mundo se ha vuelto, de alguna manera, “mas pequeño”, sea porque el fenómeno de las migraciones aumenta los contactos entre personas y comunidades de tradiciones, culturas y religiones diversas. Este hecho interpela nuestra conciencia de cristianos y es un reto para la comprensión de la fe y para la vida concreta de ...muchísimos creyentes”.

El Papa Francisco ha acogido con estas palabras a los participantes en la asamblea plenaria del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso -que preside el cardenal Jean-Louis Tauran- y que ha estado dedicada al tema “Miembros de diferentes tradiciones religiosas en la sociedad”. Dirigiéndose a ellos, el Santo Padre ha citado su reciente exhortación apostólica “Evangelii gaudium” para reafirmar que “una actitud de apertura en la verdad y en el amor debe caracterizar el diálogo con los creyentes de las religiones no cristianas, a pesar de los varios obstáculos y dificultades, particularmente los fundamentalismos de ambas partes”.

Efectivamente “no faltan en el mundo contextos en que la convivencia es difícil” porque “ a menudo razones políticas o económicas se superponen a las diferencias culturales y religiosas haciendo también hincapié en incomprensiones y errores del pasado: todo ello puede generar desconfianza y miedo. Hay un solo camino para vencer ese miedo y es el diálogo, el encuentro caracterizado por la amistad y el respeto”.

Dialogar -ha explicado Francisco- no significa renunciar a la identidad propia cuando se sale al encuentro del otro, ni tampoco ceder a compromisos sobre la fe y la moral cristiana. Al contrario, la verdadera apertura implica mantenerse firme en las propias convicciones más hondas, con una identidad clara y gozosa y por eso abierta a comprender las razones de los otros.... convencidos de que el encuentro con quien es distinto puede ser una ocasión de... enriquecimiento y testimonio”. De ahí que “el diálogo interreligioso y la evangelización no se excluyen, sino que se alimentan recíprocamente. No imponemos nada, no usamos ninguna estrategia solapada para atraer a los fieles, sino que testimoniamos con alegría y sencillez lo que creemos y lo que somos. En efecto, un encuentro en el que cada uno dejase de lado lo que cree o fingiera renunciar a lo que más quiere, no sería una relación auténtica y en ese caso se podría hablar de una fraternidad fingida”.

El diálogo constructivo entre personas de tradiciones religiosas diversas “también sirve para superar otro miedo, que desgraciadamente está en aumento en las sociedades fuertemente secularizadas: el miedo de las varias tradiciones religiosas y de la dimensión religiosa en cuanto tal... Está muy difundido el pensamiento de que la convivencia sería posible solo escondiendo la pertenencia religiosa y encontrándonos en una especie de espacio neutro, privado de referencias a la trascendencia. Pero, entonces ¿cómo sería posible ...construir una sociedad que sea una casa común auténtica, si se impone dejar de lado lo que cada uno considera parte esencial de su propio ser?..Ciertamente, es necesario que todo se desarrolle respetando las convicciones ajenas, también de los que no creen, pero tenemos que tener el valor y la paciencia de salir al encuentro los unos de los otros tal y como somos”.

El futuro - ha terminado el Papa- está en la convivencia respetuosa de la diversidad, no en la homologación a un pensamiento único teóricamente neutral. Por eso es imprescindible el reconocimiento del derecho fundamental de libertad religiosa en todas sus dimensiones. El Magisterio de la Iglesia se ha expresado en las últimas décadas sobre este tema con gran determinación. Estamos convencidos de que la construcción de la paz en el mundo pasa a través de este camino”.



EL PAPA NOMBRA A MONSEÑOR XUAREB COMO SU DELEGADO EN DOS COMISIONES REFERENTES


Ciudad del Vaticano, 28 noviembre 2013 (VIS).-El Santo Padre ha nombrado a monseñor Alfred Xuereb, su secretario personal, como delegado para la “Pontificia Comisión referente sobre el Instituto para las Obras de Religión” y para la “Pontificia Comisión referente de estudio y de dirección sobre la organización de la estructura económico-administrativa de la Santa Sede” con el encargo de vigilar y de informarlo, en colaboración con la Secretaría de Estado, sobre los procedimientos de trabajo y sobre la toma de eventuales iniciativas.

El director de la Oficina de Prensa, Padre Federico Lombardi .S.I.,comentando la noticia ha puntualizado que se trata de dar carácter oficial a un papel que monseñor Xuareb desempeña desde hace tiempo.

AUDIENCIAS


Ciudad del Vaticano, 28 noviembre 2013 (VIS).- El Santo Padre ha recibido esta mañana en audiencias separadas:

-Arzobispo Gerhard Ludwig Müller, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

-Arzobispo Diego Causero, nuncio apostólico en Suiza y en el Principado de Liechtenstein.

-Arzobispo Luigi Pezzuto, nuncio apostólico en Bosnia-Herzegovina y en Montenegro.

-Frére Alois, Prior de Taizé.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

LOS QUE PRACTICAN LA MISERICORDIA NO TEMEN LA MUERTE

Ciudad del Vaticano, 27 noviembre 2013 (VIS).-El Papa está concluyendo las catequesis sobre el Credo, pronunciadas durante el Año de la Fe que se clausuró el domingo pasado. El tema de la de hoy, que abordará también en la audiencia general del próximo miércoles, ha sido la resurrección de la carne, analizando esta vez el aspecto de “morir en Cristo” para hablar la semana que viene de la resurrección.

Antes, el Papa ha dado las gracias a los más de 50.000 fieles reunidos en la Plaza de San Pedro elogiando su 'valor' por haber ido a la audiencia general a pesar de la ola de frío que se abate estos días sobre la capital italiana, cumplimentándose con ellos por esa “resistencia”. Después ha comenzado la catequesis.

Hay una forma equivocada de mirar a la muerte -ha dicho- La muerte nos toca a todos y nos interroga profundamente, especialmente cuando nos toca de cerca, o cuando mueren los pequeños, los indefensos de una forma que nos resulta 'escandalosa'. Siempre me ha llamado la atención la pregunta: ¿Por qué sufren los niños? ¿Por qué mueren los niños?. Si se entiende como el fin de todo, la muerte...aterroriza, se transforma en una amenaza que interrumpe cualquier camino. Esto sucede cuando consideramos nuestra vida como un tiempo encerrado entre dos polos: el nacimiento y la muerte; cuando no creemos en un horizonte que va más allá de la vida presente, cuando vivimos como si Dios no existiera. Esta concepción de la muerte es típica del pensamiento ateo que interpreta la existencia como un encontrarse casualmente en el mundo hacia la nada. Pero existe también un ateísmo práctico, que es un vivir sólo para los intereses propios y las cosas terrenas. Si nos dejamos influir por esta visión equivocada de la muerte, no tenemos otra elección que la de ocupar la muerte, de negarla, o de banalizarla para que no nos de miedo”.

Pero a esta falsa solución “se rebela el corazón del ser humano, el deseo que todos nosotros tenemos de infinito, nuestra nostalgia de lo eterno. Y entonces ¿cual es el sentido cristiano de la muerte? Si observamos los momentos más dolorosos de nuestra vida, cuando hemos perdido un ser querido...nos damos cuenta de que incluso en el drama de la pérdida... brota del corazón la convicción de que no puede haberse acabado todo...Hay un instinto poderoso en nosotros que nos dice que nuestra vida no se termina con la muerte”.

Esta sed de vida “ha encontrado su respuesta real y fiable en la resurrección de Jesucristo. La resurrección de Jesús no da solamente la certeza de la vida después de la muerte, sino que ilumina también el misterio mismo de la muerte de cada uno de nosotros. Si vivimos unidos a Jesús, fieles a él, también podremos afrontar con esperanza y serenidad el pasaje de la muerte”.

En esa perspectiva “se comprende la invitación de Jesús a estar siempre listos, vigilantes, sabiendo que la vida en este mundo también se nos ha dado para prepararnos a la otra vida, con el Padre celestial. Y para eso hay un camino seguro: prepararse bien a la muerte, estando cerca de Jesús con la oración, con los sacramentos y también practicando la caridad. Recordemos que él está presente en los más débiles y necesitados y que se identificó con ellos en la famosa parábola del Juicio Final, cuando dice: “Tuve hambre y me diste de comer.... Todo lo que hicisteis por uno solo de estos hermanos más pequeños, a mi lo hicisteis”. Por eso, un camino seguro es recuperar el sentido de la caridad cristiana y de la compartición fraternal, curando las llagas corporales y espirituales de nuestros hermanos”.

Los que practican la misericordia -ha concluido- no temen a la muerte porque la miran cara a cara en las heridas de los hermanos y la superan con el amor de Jesucristo”.

FIELES GRECO-CATOLICOS Y UCRANIANOS: COMPROMETEOS CADA DIA EN LA COMUNIÓN FRATERNAL

Ciudad del Vaticano, 27 noviembre 2013 (VIS).-Al final de la catequesis el Papa saludó a los peregrinos ucranianos a quienes acompañaba su arzobispo mayor Sviatoslav Shevchuk y a los obispos con los fieles de la Iglesia greco-católica que han venido a Roma para venerar las tumbas de los apóstoles Pedro y Pablo al final del Año de la Fe y con motivo del cincuenta aniversario de la traslación del cuerpo de San Josafat a la basílica vaticana. Por eso, esta mañana también las lecturas precedentes a la catequesis han sido en ucraniano.

El ejemplo de san Josafat que dio su vida por el Señor Jesús y por la unidad de la Iglesia -ha dicho Francisco- representa para todos una invitación a comprometerse cada día en la comunión con los hermanos. Que el Señor os bendiga a todos, a través de la intercesión de la Virgen María y de San Josafat”.

EL PAPA REZA CON LAS NIÑAS AFECTADAS POR LA ENFERMEDAD DE RETT

Ciudad del Vaticano, 27 noviembre 2013 (VIS).-Antes de la audiencia general de los miércoles, el Papa ha encontrado en el aula Pablo VI a un grupo de niñas que tienen la enfermedad de Rett y a sus familiares. El síndrome de Rett, es una rara enfermedad congénita que afecta casi exclusivamente a los sujetos de género femenino comprometiendo gravemente el desarrollo neurológico y causando retrasos en la adquisición del lenguaje y de la coordinación motriz. La pérdida de las capacidades es, por lo general, persistente y progresiva.

El Santo Padre ha saludado y acariciado a todas las niñas y ha rezado a la Virgen María con ellas y sus padres bendiciéndolas.

CELEBRACIONES PRESIDIDAS POR EL PAPA (NOVIEMBRE 2013-ENERO 2014)

Ciudad del Vaticano, 27 noviembre 2013 (VIS).- La Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice ha hecho público el calendario de las celebraciones que presidirá el Santo Padre durante los meses de noviembre a enero 2014:

NOVIEMBRE:

-Sábado 30: Vísperas con los universitarios de los ateneos romanos y de las universidades pontificias en la basílica vaticana a las 17.30.

DICIEMBRE:

-Domingo1: I domingo de Adviento. Visita pastoral a la parroquia romana “San Cirillo Alessandrino”, Santa Misa a las 18.00

-Domingo 8: Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María. A las 16.00 en la Plaza de España, acto de veneración a la Inmaculada.

-Martes 24: Solemnidad de la Natividad del Señor. A las 21.30, en la basílica vaticana, el Papa celebrará la Santa Misa del Gallo.

-Miércoles 25: Solemnidad de la Natividad del Señor. A las 12.00, desde el balcón central de la basílica vaticana, el Papa impartirá la bendición "Urbi et Orbi".

-Martes 31: Solemnidad de María Santísima, Madre de Dios A las 17.00, en la basílica vaticana, el Santo Padre presidirá las primeras vísperas y el Te Deum en acción de gracias por el año transcurrido.

ENERO:

-Miércoles 1: Solemnidad de María Santísima, Madre de Dios y XLVII Jornada Mundial de la Paz. A las 10, en la basílica vaticana, Santa Misa.

-Lunes 6: Solemnidad de la Epifanía del Señor. A las 10, en la basílica vaticana, Santa Misa.

-Domingo 12: Festividad del Bautismo del Señor. En la Capilla Sixtina, a las 9.45, Santa Misa y bautismo de los niños.

DEVOLVER LA SONRISA A LOS NIÑOS SIRIOS REFUGIADOS EN LIBANO

Ciudad del Vaticano, 27 noviembre 2013 (VIS).- Se ha presentado esta mañana en la Oficina de Prensa de la Santa Sede “La misión sanitaria para los niños sirios refugiados en Libano” promovido por el Pontificio Consejo Cor Unum, por el hospital pediátrico Bambin Gesú y por Caritas Libano. Han intervenido el cardenal Robert Sarah, presidente del Pontificio Consejo Cor Unum; Giuseppe Profiti, presidente del Bambin Gesù, el Padre Simon Faddoul, presidente de Cáritas Líbano y May El Hachem, responsable del Departamento de Dermatología del mismo hospital.

Ayudar a la población siria, más allá de las diferencias étnicas o religiosas, es la manera más directa para contribuir a la pacificación y a la edificación de una sociedad abierta a todos los diversos componentes”. Estas son las palabras del Papa Francisco, gracias a las cuales nació la idea del proyecto “para que tragedias como las de Siria no vuelvan a suceder”. ha explicado el cardenal Sarah .

Pensamos que el regalo más bonito que podemos hacer para ayudar a los niños que sufren a causa de la guerra siria -ha dicho el prelado recordando la proximidad de las fiestas de la Navidad- es devolverles la sonrisa y que puedan vivir, acompañándoles para que crezcan no solo material sino también espiritual y humanamente”. Actualmente, según los datos de la ACNUR (Agencia de la ONU para los Refugiados) existen más de 2 millones de sirios refugiados en los países de Oriente Medio y de la zona del Mediterráneo, de los cuales más de 700.000 se encuentran en Líbano, 515.000 en Jordania y 460.000 en Turquía. De todos ellos, el 52% está compuesto por niños y chavales menores de 17 años.

Para controlar la actividad de cooperación que se está llevando a cabo y las ayudas distribuidas, nació el pasado junio en Beirut una oficina de información y comunicación que permite agregar todos los organismos católicos de caridad en un área de gran significado histórico y espiritual para el cristianismo. “Se trata de una estructura -ha explicado el cardenal- fruto de la colaboración de los organismos de caridad, que en nombre de la misión de la Iglesia universal han decidido compartir sus propias habilidades y su particular trabajo de testimonio”. Asimismo ha observado que “este es el lenguaje que la Iglesia, toda unida, quiere y debe hablar... con todos los que sufren necesidades y pobreza, no solo material sino también espiritual”.

La “Misión” comenzará a principios de diciembre y tendrá una duración inicial de tres meses. Durante este tiempo y con los fondos asignados se podrá ayudar a unos tres o cuatro mil niños con las medicinas necesarias.

ACTOS PONTIFICIOS

Ciudad del Vaticano, 27 noviembre 2013 (VIS).-El Santo Padre ha nombrado a monseñor Benjamin-Marc Balthason Ramaroson C.M, hasta ahora obispo de Farafangana (Madagascar) como arzobispo de Antsiranana (superficie 37.294; población 1.431.000; católicos 590.796; sacerdotes 65; religiosos 181) en Madagascar. Sucede al arzobispo Michel Melo cuya renuncia al gobierno pastoral de la archidiócesis fue aceptada por límite de edad.

martes, 26 de noviembre de 2013

SINTESÍS DE LA EXHORTACIÓN APOSTÓLICA “LA ALEGRÍA DEL EVANGELIO”


Ciudad del Vaticano, 26 de noviembre 2013 (VIS).-“La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús”. Así empieza la Exhortación apostólica “Evangelii Gaudium” en la que el Papa Francisco recoge la riqueza de los trabajos del Sínodo dedicado a “La nueva evangelización para la transmisión de la fe” celebrado del 7 al 28 de octubre de 2012. El texto, que el Santo Padre entregó a 36 fieles, el pasado domingo durante la misa de clausura del Año de la Fe, es el primer documento oficial de su pontificado, ya que la encíclica “Lumen Fidei” fue escrita en colaboración con su predecesor, el Papa Benedicto XVI.

Quiero dirigirme a los fieles cristianos –escribe el Papa- para invitarlos a una nueva etapa evangelizadora marcada por esa alegría, e indicar caminos para la marcha de la Iglesia en los próximos años” .Se trata de un fuerte llamamiento a todos los bautizados para que, con fervor y dinamismo nuevos, lleven a los otros el amor de Jesús en un “estado permanente de misión”, venciendo “el gran riesgo del mundo actual”: el de caer en “una tristeza individualista”.

El Papa invita a “recuperar la frescura original del Evangelio”, encontrando “nuevos caminos” y “métodos creativos”, a no encerrar a Jesús en nuestros “esquemas aburridos”.Es necesaria “una conversión pastoral y misionera, que no puede dejar las cosas como están” y una “reforma de estructuras” eclesiales para que “todas ellas se vuelvan más misioneras”.El Pontífice piensa también en “una conversión del papado” para que sea “más fiel al sentido que Jesucristo quiso darle y a las necesidades actuales de la evangelización”.El deseo de que las Conferencias episcopales pudieran dar una contribución a fin de que “el afecto colegial” tuviera una aplicación “concreta” –afirma- todavía “no se realizó plenamente”. Es necesaria “una saludable descentralización”. En esta renovación no hay que tener miedo de revisar costumbres de la Iglesia “no directamente ligadas al núcleo del Evangelio, algunas muy arraigadas a lo largo de la historia”.

Signo de la acogida de Dios es “tener templos con las puertas abiertas en todas partes” para que todos los que buscan no se encuentren “con la frialdad de unas puertas cerradas”. “Tampoco las puertas de los sacramentos deberían cerrarse por una razón cualquiera”, así, la Eucaristía “no es un premio para los perfectos sino un generoso remedio y un alimento para los débiles. Estas convicciones también tienen consecuencias pastorales que estamos llamados a considerar con prudencia y audacia”.El Papa reitera que prefiere una Iglesia “herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia... preocupada por ser el centro y que termine clausurada en una maraña de obsesiones y procedimientos. Si algo debe inquietarnos santamente... es que tantos hermanos nuestros vivan” sin la amistad de Jesús.

El Papa indica las “tentaciones de los agentes pastorales”: individualismo, crisis de identidad, caída del fervor.“La mayor amenaza” es “el gris pragmatismo de la vida cotidiana de la Iglesia en el cual aparentemente todo procede con normalidad, pero en realidad la fe se va desgastando”. Exhorta a no dejarse vencer por un “pesimismo estéril” y a ser signos de esperanza poniendo en marcha “la revolución de la ternura”. Es necesario huir de la “espiritualidad del bienestar” que rechaza los “compromisos fraternos” y vencer “la mundanidad espiritual” que consiste en “buscar, en lugar de la gloria del Señor, la gloria humana”. El Papa habla de los que “se sienten superiores a otros” por ser “inquebrantablemente fieles a cierto estilo católico propio del pasado” y, “en lugar de evangelizar lo que se hace es ...clasificar a los demás”, o de los que tienen un “cuidado ostentoso de la liturgia, de la doctrina y del prestigio de la Iglesia, pero sin preocuparles que el Evangelio tenga una real inserción” en las necesidades de la gente. Se trata de “una tremenda corrupción con apariencia de bien...¡Dios nos libre de una Iglesia mundana bajo ropajes espirituales o pastorales!” .

Lanza un llamamiento a las comunidades eclesiales a no caer en envidias ni en celos “dentro del Pueblo de Dios y en las distintas comunidades, ¡cuántas guerras!” .“¿A quién vamos a evangelizar con esos comportamientos?. “Subraya la necesidad de hacer crecer la responsabilidad de los laicos, mantenidos “al margen de las decisiones.” a raíz de “un excesivo clericalismo”.Afirma que “todavía es necesario ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la Iglesia”, en particular “en los diversos lugares donde se toman las decisiones importantes” .“Las reivindicaciones de los legítimos derechos de las mujeres...no se pueden eludir superficialmente” .Los jóvenes deben tener “un protagonismo mayor”.Frente a la escasez de vocaciones en algunos lugares, afirma que “no se pueden llenar los seminarios con cualquier tipo de motivaciones”.

Afrontando el tema de la inculturación, recuerda que “el cristianismo no tiene un único modo cultural” y que el rostro de la Iglesia es “pluriforme”. “No podemos pretender que los pueblos de todos los continentes, al expresar la fe cristiana, imiten los modos que encontraron los pueblos europeos en un determinado momento de la historia”. El Papa reafirma la “fuerza activamente evangelizadora” de la piedad popular y alienta la investigación de los teólogos, invitándoles a llevar en el corazón “la finalidad evangelizadora de la Iglesia” y a no contentarse con “una teología de escritorio”.

Se detiene “con cierta meticulosidad, en la homilía” porque “son muchos los reclamos que se dirigen en relación con este gran ministerio y no podemos hacer oídos sordos”. La homilía “debe ser breve y evitar parecerse a una charla o una clase”, debe saber decir “palabras que hacer arder los corazones”, huyendo de “una predicación puramente moralista o adoctrinadora”. Subraya la importancia de la preparación: “Un predicador que no se prepara no es «espiritual»; es deshonesto e irresponsable” .“Una buena homilía...debe contener «una idea, un sentimiento, una imagen» .La predicación debe ser positiva para que de “siempre ... esperanza” y no nos deje “encerrados en la negatividad”.El anuncio mismo del Evangelio debe tener características positivas: “cercanía, apertura al diálogo, paciencia, acogida cordial que no condena”.

Hablando de los retos del mundo contemporáneo, el Papa denuncia el sistema económico actual: “es injusto en su raíz” .“Esa economía mata” porque predomina “la ley del más fuerte”. La cultura actual del “descarte” ha creado “algo nuevo”: “Los excluidos no son «explotados» sino desechos, «sobrantes»”. Vivimos en una “nueva tiranía invisible, a veces virtual”, de un “mercado divinizado” donde imperan la “especulación financiera”, “una corrupción ramificada y una evasión fiscal egoísta” .Denuncia los “ataques a la libertad religiosa” y “las nuevas situaciones de persecución a los cristianos... En muchos lugares se trata más bien de una difusa indiferencia relativista”. La familia –prosigue el Papa- “atraviesa una crisis cultural profunda”. Insistiendo en “el aporte indispensable del matrimonio a la sociedad” ,subraya que “el individualismo posmoderno y globalizado favorece un estilo de vida que...desnaturaliza los vínculos familiares”.

Reafirma “la íntima conexión que existe entre evangelización y promoción humana” y el derecho de los pastores “a emitir opiniones sobre todo aquello que afecte a la vida de las personas”. “Nadie puede exigirnos que releguemos la religión a la intimidad secreta de las personas, sin influencia alguna en la vida social”. Cita a Juan Pablo II cuando afirma que la Iglesia «no puede ni debe quedarse al margen en la lucha por la justicia» . “Para la Iglesia la opción por los pobres es una categoría teológica” antes que sociológica. “Por eso quiero una Iglesia pobre para los pobres. Ellos tienen mucho que enseñarnos”. “Mientras no se resuelvan radicalmente los problemas de los pobres... no se resolverán los problemas del mundo”. “La política, tan denigrada” –afirma- “es una de las formas más preciosas de la caridad” . “¡Ruego al Señor que nos regale más políticos a quienes les duela de verdad.... la vida de los pobres!”. Después una advertencia: “Cualquier comunidad de la Iglesia” que se olvide de los pobres “correrá el riesgo de la disolución”.

El Papa invita a cuidar a los más débiles: “los sin techo, los toxicodependientes, los refugiados, los pueblos indígenas, los ancianos cada vez más solos y abandonados” y los migrantes, por los que exhorta a los países “a una generosa apertura”. Habla de las víctimas de la trata de personas y de nuevas formas de esclavitud: “En nuestras ciudades está instalado este crimen mafioso y aberrante, y muchos tienen las manos preñadas de sangre debido a la complicidad cómoda y muda”. “Doblemente pobres son las mujeres que sufren situaciones de exclusión, maltrato y violencia”. “Entre esos débiles, que la Iglesia quiere cuidar con predilección” están “los niños por nacer, que son los más indefensos e inocentes de todos, a quienes hoy se les quiere negar su dignidad humana”. “No debe esperarse que la Iglesia cambie su postura sobre esta cuestión... No es progresista pretender resolver los problemas eliminando una vida humana”. A continuación un llamamiento al respeto de todo lo creado: “estamos llamados a cuidar la fragilidad del pueblo y del mundo en que vivimos”.

Por cuanto respecta al tema de la paz, el Papa afirma que “es necesaria una voz profética” cuando se quiere construir una reconciliación falsa que “silencie” a los más pobres mientras “algunos no quieren renunciar a sus privilegios”.Para la construcción de una sociedad “en paz, justicia y fraternidad” indica cuatro principios: “El tiempo es superior al espacio” significa “trabajar a largo plazo, sin obsesionarse por resultados inmediatos” .“La unidad prevalece sobre el conflicto” quiere decir obrar para que los opuestos alcancen “una unidad pluriforme que engendra nueva vida” . “La realidad es más importante que la idea” significa evitar que la política y la fe se reduzcan a la retórica .“El todo es superior a la parte” significa aunar globalización y localización.

La evangelización -continúa el Papa- también implica un camino de diálogo” que abre a la Iglesia para colaborar con todas las realidades políticas, sociales, religiosas y culturales. El ecumenismo es “un camino ineludible de la evangelización”. Es importante el enriquecimiento recíproco: “¡cuántas cosas podemos aprender unos de otros!, por ejemplo, “en el diálogo con los hermanos ortodoxos, los católicos tenemos la posibilidad de aprender algo más sobre el sentido de la colegialidad episcopal y sobre su experiencia de la sinodalidad” ; “el diálogo y la amistad con los hijos de Israel son parte de la vida de los discípulos de Jesús”; “el diálogo interreligioso”, que se conduce con “una identidad clara y gozosa”, es “es una condición necesaria para la paz en el mundo” y no oscurece la evangelización ; “en esta época adquiere gran importancia la relación con los creyentes del Islam”: el Papa implora “humildemente” para que los países de tradición islámica aseguren la libertad religiosa a los cristianos, también “¡teniendo en cuenta la libertad que los creyentes del Islam gozan en los países occidentales!”. “Frente a episodios de fundamentalismo violento” invita a “evitar odiosas generalizaciones, porque el verdadero Islam y una adecuada interpretación del Corán se oponen a toda violencia” . Y contra el intento de privatizar las religiones en algunos contextos, afirma que “el debido respeto a las minorías de agnósticos o no creyentes no debe imponerse de un modo arbitrario que silencie las convicciones de mayorías creyentes o ignore la riqueza de las tradiciones religiosas” . Reitera de este modo la importancia del diálogo y de la alianza entre creyentes y no creyentes.

El último capítulo está dedicado a los “evangelizadores con Espíritu”, que son aquellos que “se abren sin temor a la acción del Espíritu Santo” que “infunde la fuerza para anunciar la novedad del Evangelio con audacia (parresía), en voz alta y en todo tiempo y lugar, incluso a contracorriente” .Se trata de “evangelizadores que oran y trabajan” ,conscientes de que “la misión es una pasión por Jesús pero, al mismo tiempo, una pasión por su pueblo” : “Jesús quiere que toquemos la miseria humana, que toquemos la carne sufriente de los demás” . “En nuestra relación con el mundo-precisa-, se nos invita a dar razón de nuestra esperanza, pero no como enemigos que señalan y condenan” . “Sólo puede ser misionero –añade- alguien que se sienta bien buscando el bien de los demás, deseando la felicidad de los otros”: “si logro ayudar a una sola persona a vivir mejor, eso ya justifica la entrega de mi vida” . El Papa invita a no desanimarse ante los fracasos o la escasez de resultados porque la “fecundidad es muchas veces invisible, inaferrable, no puede ser contabilizada”; “sólo sabemos que nuestra entrega es necesaria” . La Exhortación concluye con una oración a María “Madre del Evangelio”. “Hay un estilo mariano en la actividad evangelizadora de la Iglesia. Porque cada vez que miramos a María volvemos a creer en lo revolucionario de la ternura y del cariño”.


Para leer el texto completo en castellano de la exhortación apostólica “Evangelii Gaudium” o descargarlo en formato PDF, pinchar en el siguiente link o copiarlo.

http://www.vatican.va/phome_sp.htm

EL ARZOBISPO FISICHELLA PRESENTA LA EXHORTACIÓN APOSTÓLICA “LA ALEGRÍA DEL EVANGELIO”


Ciudad del Vaticano, 26 noviembre 2013 (VIS).-El arzobispo Rino Fisichella, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, junto con los arzobispos Lorenzo Baldisseri, Secretario General del Sínodo de los Obispos y Claudio Maria Celli, presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, han presentado esta mañana en la Oficina de Prensa de la Santa Sede la exhortación apostólica “Evangelii Gaudium” (La alegría del Evangelio) del Papa Francisco escrita a raíz del sínodo sobre “La nueva evangelización para la transmisión de la fe” celebrado del 7 al 28 de octubre de 2012 y convocado por su antecesor el Papa Benedicto XVI.

La exhortación, que tiene 222 páginas, está dividida en cinco capítulos y una presentación. Los capítulos están dedicados a la transformación misionera de la Iglesia; la crisis del compromiso comunitario, el anuncio del Evangelio, la dimensión social de la evangelización y a los evangelizadores con espíritu.

Publicamos, a continuación, el texto pronunciado por el arzobispo Fisichella, conservando los números que citan las frases correspondientes de la exhortación:

Evangelii gaudium: Exhortación Apostólica escrita bajo la luz de la alegría con el fin de redescubrir la fuente de la evangelización en el mundo contemporáneo. En esta expresión se podría resumir todo el contenido del nuevo documento que el Papa Francisco ofrece a la Iglesia para delinear los caminos del compromiso pastoral que la ocuparán en el futuro cercano. Una invitación a recuperar una visión profética y positiva de la realidad, sin por ello dejar de ver las dificultades. El Papa Francisco infunde valentía e invita a mirar hacia adelante no obstante el momento de crisis, haciendo una vez más de la cruz y de la resurrección de Cristo la “insignia de la victoria” (85).

En varias ocasiones el Papa Francisco hace referencia a las Propositiones del Sínodo de octubre de 2012, demostrando cuánto la contribución sinodal haya sido un importante punto de referencia para la redacción de la Exhortación. De todas maneras, el texto va más allá de la experiencia del Sínodo. El Papa imprime en estas páginas no solo su anterior experiencia pastoral, sino sobre todo su llamado a aprovechar el momento de gracia que la Iglesia está viviendo para emprender con fe, convicción y entusiasmo la nueva etapa del camino de evangelización. Continuando la enseñanza de la Evangelii nuntiandi de Pablo VI, él coloca de nuevo al centro la persona de Jesucristo, el primer evangelizador, quien llama hoy a cada uno de nosotros a participar con él en la obra de salvación (12). “La acción misionera es el paradigma de cualquier obra de la Iglesia” (15) – afirma el Santo Padre –; por ello es necesario captar el tiempo favorable para vislumbrar y vivir la “nueva etapa” de la evangelización (17). Esta se articula en dos temáticas particulares las cuales marcan la estructura fundamental de la Exhortación. Por una parte, el Papa Francisco se dirige a las iglesias particulares para que, viviendo en primera persona los desafíos y las oportunidades propias de cada contexto cultural, estén en grado de proponer los aspectos peculiares de la nueva evangelización en sus países. Por otra, el Papa traza un denominador común que le permita a toda la Iglesia, y a cada evangelizador en particular, reencontrar una metodología común para convencerse de que el compromiso de evangelización es siempre un camino participado, compartido y jamás aislado. Los siete puntos, recogidos en los cinco capítulos de la Exhortación, constituyen las columnas basilares de la visión del Papa Francisco sobre la nueva evangelización: la reforma de la Iglesia en salida misionera, las tentaciones de los agentes pastorales, la Iglesia entendida como totalidad del pueblo de Dios que evangeliza, la homilía y su preparación, la inclusión social de los pobres, la paz y el diálogo social, las motivaciones espirituales en el compromiso misionero. El elemento que mantiene unidas estas temáticas se concentra en el amor misericordioso de Dios que sale al encuentro de cada persona para manifestar el corazón de su revelación: la vida de cada persona adquiere sentido en el encuentro con Jesucristo y en la alegría de compartir esta experiencia de amor con los demás (8).

Así entonces, el primer capítulo se desarrolla a la luz de la reforma de la Iglesia en clave misionera, llamada a “salir” de sí misma para encontrar a otros. Es la “dinámica del éxodo y del don de salir de sí, del caminar y del sembrar siempre de nuevo, siempre más” (21), lo que el Papa expresa en estas páginas. La Iglesia que debe hacer suya la “intimidad de Jesús que es una intimidad itinerante” (23). El Papa, como ya es habitual, profundiza sobre algunas expresiones impactantes y crea neologismos para hacer entender la naturaleza misma de la acción evangelizadora. Entre ellos, por ejemplo, “primerear”; esto quiere decir que Dios nos precede en el amor, indicando a la Iglesia el camino que debe seguir. Ella no se encuentra en una vía sin salida, sino que va tras las huellas mismas de Cristo (cfr. 1 Pt 2,21); por tanto, tiene la certeza acerca del camino que debe recorrer. Esto no le provoca miedo, sabe que debe “ir al encuentro, buscar a los alejados y llegar a los cruces de los caminos para invitar los excluidos. Vive un inagotable deseo de ofrecer misericordia” (24). Para que esto suceda, el Papa Francisco vuelve a proponer con vehemencia la exigencia de la “conversión pastoral”. Esto significa pasar de una visión burocrática, estática y administrativa de la pastoral a una perspectiva misionera, mejor aún, a una pastoral en estado permanente de evangelización (25). En efecto, así como existen estructuras que facilitan y sostienen la pastoral misionera, lamentablemente también “hay estructuras eclesiales que pueden terminar condicionando el dinamismo evangelizador” (26). La presencia de prácticas pastorales anticuadas y rancias obliga entonces a la audacia de ser creativos para repensar la evangelización. En este sentido el Papa afirma: “Una individuación de los fines sin una adecuada búsqueda comunitaria de los medios para alcanzarlos está condenada a convertirse en mera fantasía” (33).

Es necesario, por tanto, “concentrarse en lo esencial” (35) y saber que solamente una dimensión sistemática, es decir, unitaria, progresiva y proporcionada de la fe puede ayudar verdaderamente. Esto implica para la Iglesia la capacidad de evidenciar la “jerarquía de las verdades” y su adecuada referencia con el corazón del Evangelio (37-39). Esto impide caer en el peligro de una presentación de la fe hecha solo a la luz de algunas cuestiones morales como si ellas pudieran prescindir de su relación con la centralidad del amor. Fuera de esta perspectiva, “el edificio moral de la Iglesia corre el riesgo de convertirse en un castillo de naipes, y este es nuestro mayor peligro” (39). Aparece entonces un fuerte reclamo del Papa para que se establezca un sano equilibrio entre el contenido de la fe y el lenguaje que lo expresa. Puede suceder, a veces, que la rigidez con la que se pretende conservar la precisión del lenguaje, vaya en detrimento del contenido, comprometiendo así la visión genuina de la fe (41).

Un pasaje realmente importante en este capítulo es el número 32, en el que el Papa Francisco muestra la urgencia de llevar a cabo algunas perspectivas del Vaticano II. En particular la tarea del ejercicio del Primado del Sucesor de Pedro y la de las Conferencias Episcopales. Ya Juan Pablo II en Ut unum sint, había solicitado ayuda para comprender mejor los deberes del Papa en el diálogo ecuménico. Ahora el Papa Francisco continúa haciéndolo y entrevé que una forma de ayuda más concreta al respecto podría llegar si se desarrollase mayormente el estatuto de las Conferencias Episcopales. Otro pasaje de particular intensidad, por las consecuencias que tendrá en la pastoral, son los números 38-45: el corazón del Evangelio “se encarna en los límites del lenguaje humano”. Es decir, la doctrina se aloja en la “jaula del lenguaje” – por usar una expresión muy querida por Wittgenstein –, lo cual implica la exigencia de un verdadero discernimiento entre la pobreza y los límites del lenguaje, con la riqueza – en ocasiones todavía desconocida – del contenido de la fe. ¬¬El peligro de que en ocasiones la Iglesia pueda no considerar esta dinámica es real; puede suceder entonces que sobre algunas posiciones exista una cerrazón injustificada, con el consiguiente riesgo de esclerotizar el mensaje evangélico, haciendo que no se pueda percibir más la dinámica propia de su desarrollo.

El segundo capítulo está dedicado a acoger los desafíos del mundo contemporáneo y a superar las fáciles tentaciones que minan la nueva evangelización. En primer lugar, afirma el Papa, es necesario recuperar la propia identidad, sin esos complejos de inferioridad que conducen a “ocultar la propia identidad y las convicciones… [y] que terminan sofocando la alegría de la misión en una especie de obsesión por ser como todos los demás y por tener lo que los otros tienen” (79). Esto hace que los cristianos caigan en un “relativismo incluso más peligroso que el doctrinal” (80), porque termina corroyendo el estilo de vida de los creyentes. Sucede entonces que en muchas expresiones de nuestra pastoral las iniciativas resientan la pesadez, pues en el primer puesto se coloca la iniciativa y no la persona. Sostiene el Papa que la tentación de una “despersonalización de la persona” para favorecer la organización, es real y común. Del mismo modo, los desafíos de la nueva evangelización deberían ser asumidos más como una oportunidad para crecer y no como un motivo para caer en depresión. Hay que desterrar entonces “el sentido de la derrota” (85). Es necesario recuperar la relación interpersonal para que tenga el primado sobre la tecnología del encuentro hecho con el control remoto en mano, con el que se establece cómo, dónde, cuándo y por cuánto tiempo encontrar a los demás según las propias preferencias (88). De todas maneras, entre los múltiples desafíos, además de aquellos que son más corrientes y más recurrentes, es necesario individuar los que inciden de un modo más directo en la vida. El sentido de “precariedad cotidiana, con consecuencias funestas”, las variadas formas de “disparidad social”, el “fetichismo del dinero y la dictadura de una economía sin rostro”, la “exasperación del consumo” y el “consumismo desenfrenado”… en fin, nos encontramos ante una “globalización de la indiferencia” y ante un “desprecio socarrón” en relación a la ética, en donde se pretende continuamente marginar cualquier reclamo crítico de frente al predominio del mercado que con su teoría de la “filtración de la riqueza”, engaña acerca sobre la posibilidad real de favorecer a los pobres (cfr. nn. 52-64). Si la Iglesia aparece todavía con una gran credibilidad en tantos países del mundo, incluidos aquellos donde es minoría, esto se debe a su obra de caridad y solidaridad (65).

En la evangelización de nuestro tiempo, por tanto, especialmente ante los retos de las grandes “culturas urbanas” (71), los cristianos están invitados a escapar de dos expresiones que lesionan su misma naturaleza y que el Papa Francisco define en general como “mundanidad” (93). En primer lugar , la “fascinación del gnosticismo”; es decir, una fe cerrada en sí misma, en sus certezas doctrinales y que hace de sus propias experiencias el criterio de verdad para juzgar a los demás. Además, el “neopelagianismo autorreferencial y prometeico” de cuantos sostienen que la gracia es solo un accesorio mientras lo que crea progreso es únicamente el proprio empeño y las propias fuerzas. Todo esto contradice la evangelización. Crea una especie de “elitismo narcisista” que debe ser evitado (94). Qué cosa queremos ser, se pregunta el Papa, ¿”generales de ejércitos derrotados” o “simples soldados de un escuadrón que continua batallando”? el riesgo de una “Iglesia mundana detrás de telones espirituales o pastorales” (96), no es recóndito, sino real. Es preciso, entonces, no sucumbir a estas tentaciones, sino ofrecer el testimonio de la comunión (99). Esta se hace fuerte en la complementariedad. A partir de esta consideración, el Papa Francisco expone la exigencia de promover el laicado y la mujer; del compromiso con las vocaciones comenzando por los propios sacerdotes. Mirar la Iglesia con todos los avances realizados en estos decenios requiere evitar la mentalidad del poder y transformarla por aquella del servicio a la construcción unitaria de la Iglesia (102-108).

La evangelización es una tarea de todo el pueblo de Dios, ninguno está excluido. Ella no está reservada ni puede ser delegada a un grupo particular. Todos los bautizados están directamente involucrados en ella. El Papa Francisco explica, en el tercer capítulo de la Exhortación, cómo ella se puede desarrollar y las etapas que expresan su progreso. En primer lugar se detiene a evidenciar el “primado de la gracia” que obra sin descanso en la vida de cada evangelizador (112). Desarrolla, además, el tema del inmenso papel desempeñado por las diversas culturas en su proceso de inculturación del Evangelio, y previene sobre terminar cayendo en la “vanidosa sacralización de la propia cultura” (117). Luego indica el itinerario fundamental de la nueva evangelización en el encuentro interpersonal (127-129) y en el testimonio de vida (121). Finalmente, aboga por que la piedad popular sea valorizada, pues ella expresa la fe genuina de tantas personas que en este mundo dan un verdadero testimonio de la simplicidad del encuentro con el amor de Dios (122-126). Por último, el Papa hace una invitación a los teólogos para que estudien las mediaciones necesarias a fin de lograr una valorización de las distintas formas de evangelización (133), no sin antes considerar ampliamente el tema de la homilía como forma privilegiada de evangelización, la cual necesita una auténtica pasión y amor por la Palabra de Dios y por el pueblo que se nos ha confiado (135-158).

El cuarto capítulo está dedicado a la reflexión sobre la dimensión social de la evangelización. Un tema muy apreciado por el Papa Francisco porque “si esta dimensión no se explicita debidamente, se corre siempre el riesgo de desfigurar el significado autentico e integral de la misión evangelizadora” (176). Es el grande tema del vínculo entre el anuncio del Evangelio y la promoción de la vida humana en todas sus expresiones. Una promoción integral de cada persona es lo que impide reducir la religión a un hecho privado, sin ninguna incidencia en la vida pública y social. Una “fe auténtica implica siempre un profundo deseo de cambiar el mundo” (183). A esta sección de la Exhortación pertenecen dos grandes temas. El Papa habla de ellos con particular pasión evangélica, consciente que determinarán el futuro de la humanidad: ante todo, “la inclusión social de los pobres”; además, “la paz y el diálogo social”.

En lo que se refiere al primer punto, con la nueva evangelización la Iglesia siente como misión propia “colaborar para resolver las causas instrumentales de la pobreza y para promover el desarrollo integral de los pobres”, como también la de “gestos simples y cotidianos de solidaridad de frente a miserias muy concretas” que cada día encontramos delante de nuestros ojos (188). Lo que emerge de estas densas páginas es una invitación a reconocer la “fuerza salvífica” que poseen los pobres y que debe ser puesta en el centro de la vida de la Iglesia mediante la nueva evangelización (198). De todas maneras, esto significa que es necesario, ante todo, redescubrir la atención, urgencia y conciencia de esta temática, mucho antes de cualquier experiencia concreta. La opción fundamental por los pobres que urge realizar, sostiene el Papa Francisco, es principalmente, aunque no exclusivamente, una “atención espiritual” y “religiosa”; esta forma es prioritaria sobre cualquier otro modo de atención (200). Sobre estos temas la palabra del Papa es franca, dicha con parresia y sin circunlocuciones. Un “Pastor de una Iglesia sin fronteras” (210), no se puede permitir mirar hacia otro lado. Es por esto que mientras pide con fuerza considerar el tema de los migrantes, denuncia con igual claridad las nuevas formas de esclavitud: “¿Dónde está aquel que estás matando cada día en la pequeña fábrica clandestina, en la red de prostitución, en los niños que usas para la mendicidad, en aquel que debe trabajar a escondidas porque no está debidamente contratado? No aparentemos que aquí no pasa nada. Existen muchas complicidades” (211). Para evitar equívocos, el Papa defiende con la misma fuerza la vida humana desde su primer comienzo y la dignidad de todo ser viviente (213). En lo que concierne al segundo aspecto, el Papa propone cuatro principios que son como el denominador común para crecer en la paz y para su aplicación social concreta. Haciendo memoria, tal vez, de sus estudios sobre Romano Guardini, el Papa Francisco parece crear una nueva oposición polar; recuerda, en efecto, que el “el tiempo es superior al espacio”, “la unidad prevalece sobre el conflicto”, la “realidad es más importante que la idea” y que el “todo es superior a la parte”. Estos principios se abren a la dimensión del diálogo como primera contribución para la paz y se extiende, a lo largo de la Exhortación, al ámbito de la ciencia, del ecumenismo y de las religiones no cristianas.

El último capítulo busca expresar el “espíritu de la nueva evangelización” (260). Este se desarrolla bajo el primado de la acción del Espíritu Santo que infunde siempre y de nuevo el impulso misionero, a partir de la vida de oración en la que la contemplación ocupa el puesto central (264). La Virgen María “estrella de la nueva evangelización” es presentada, al finalizar, como el icono de la genuina acción de anuncio y transmisión del Evangelio que la Iglesia está llamada a realizar en las próximas décadas, con gran entusiasmo e inmutable amor por el Señor Jesús.

¡No nos dejemos robar la alegría de la evangelización!” (83). Es un lenguaje claro, inmediato, sin retórica ni subterfugios, el que escuchamos en esta Exhortación Apostólica. El Papa Francisco va al núcleo de los problemas que vive el hombre de hoy y que, de parte de la Iglesia, exigen mucho más que una simple presencia. A ella se la pide una diligente acción programática y una renovada praxis pastoral que manifieste su compromiso por la nueva evangelización. El Evangelio debe llegar a todos, sin ningún tipo de exclusión. Algunos, sin embargo, son privilegiados. Para evitar equívocos, el Papa Francisco presenta su orientación: “No tanto los amigos y los vecinos ricos, sino especialmente los pobres, los enfermos, aquellos que con frecuencia son despreciados y olvidados… no deben quedar dudas ni subsistir explicaciones que debiliten este mensaje tan claro” (48).

Como en otros momentos cruciales de la historia, también hoy la Iglesia siente la urgencia de afinar la mirada para cumplir la evangelización a la luz de la adoración; con una “mirada contemplativa” para continuar viendo los signos de la presencia de Dios. Signos de los tiempos no solo estimulantes, sino puestos como criterio para un testimonio eficaz (71). El Papa Francisco es el primero de todos en recordar el misterio central de nuestra fe: “No huyamos de la resurrección de Jesús, non nos demos por vencidos jamás, suceda lo que suceda” (3) A la postre, la que nos está indicando el Papa Francisco es la Iglesia que se hace compañera de camino de cuantos son nuestros contemporáneos en la búsqueda de Dios y en el deseo de verlo”.

OTROS ASPECTOS DE LA EXHORTACIÓN APOSTÓLICA


Ciudad del Vaticano, 26 noviembre 2013 (VIS).- El arzobispo Lorenzo Baldisseri, interviniendo en la conferencia de prensa se ha centrado en los aspectos de la exhortación apostólica “Evangelii Gaudium” que se refieren a la sinodalidad, mientras el arzobispo Claudio Maria Celli se ha referido a la parte concerniente a la comunicación

El documento Evangelii Gaudium del Santo Padre Francisco -ha dicho mons. Baldisseri- nace de la XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos sobre “La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana” (2012), como un anuncio de alegría a los cristianos y a todos los discípulos y misioneros y a toda la humanidad. El Santo Padre ha tenido en sus manos las Proposiciones de los Padres sinodales, las hizo propias, reelaborándolas en modo personal, y escribió un documento programático y exhortativo, utilizando la fórmula de "Exhortación Apostólica", cuya centralidad es la misionariedad, a todo campo. Lo que llama la atención desde la primera página es la presentación gozosa del Evangelio – por esto Evangelii Gaudium - que se expresa incluso por la repetición, en todo el texto, de la palabra " alegría " hasta un máximo de 59 veces”.

El Papa ha tenido en cuenta las Proposiciones citándolas 27 veces. Sobre esta base, a partir de las reflexiones de los Padres sinodales, desarrolla la Exhortación en un sólido marco doctrinal, fundado en referencias bíblicas y magisteriales, con una presentación temática de los diversos aspectos de la fe, en el que se afirman los principios y las doctrinas encarnadas en la vida. Este desarrollo se enriquece con referencias a los Padres de la Iglesia, entre ellos San Ireneo, San Ambrosio y San Agustín - por citar algunos - además se apoya en la contribución de los Maestros medievales, como el Beato Isaac de Stella, San Tomás de Aquino y Tomás de Kempis; entre los teólogos modernos aparecen el beato John Henry Newman, Henri de Lubac y Romano Guardini, y otros escritores, entre ellos Georges Bernanos.

En particular, hay que tener en cuenta, en el texto, de varias referencias a las Exhortaciones apostólicas como Evangelii nuntiandi de Pablo VI (13 citas), y otras post-sinodales como la Christifideles laici; Familiaris Consortio, Pastores dabo Vobis, Ecclesia in África, in Asia, in Oceanía, in América, in Medio Oriente, in Europa; Verbum Domini. Además, está la atención dada a los pronunciamientos de las Conferencias Episcopales de América Latina, como los documentos de Puebla y Aparecida; a los de los Patriarcas Católicos de Oriente Medio en la XVI Asamblea, a los de las Conferencias Episcopales de la India, Estados Unidos, Francia, Brasil, Filipinas y el Congo.

El tema de la sinodalidad se introduce ya en la parte inicial que trata de “La transformación misionera de la Iglesia”. En la perspectiva de la "Iglesia en salida" (n. 20) "de la salida de sí hacia el hermano" (nº 179), el Santo Padre propone una "pastoral en conversión" de 360 grados” y “se siente que desea incluir en esta "pastoral en conversión" una especial atención a la expresión colegial del ejercicio del primado”.

Refiriéndose al Concilio Vaticano II, en analogía con las antiguas Iglesias patriarcales, el Santo Padre desea que las Conferencias Episcopales puedan “desarrollar una obra múltiple y fecunda a fin de que el afecto colegial tenga una aplicación concreta” (Lumen Gentium, n. 22, Evangelium Gaudium, n. 32). Esta expresión de sinodalidad ayudaría a atribuciones concretas acerca de la autoridad doctrinal y de gobierno Bajo el punto de vista ecuménico - gracias también a la experiencia de la presencia en el Sínodo del Patriarcado de Constantinopla y del arzobispo de Canterbury -, la sinodalidad se expresa de un modo especial, ya que, a través del diálogo “con los hermanos ortodoxos, los católicos tenemos la posibilidad de aprender algo más sobre el sentido de la colegialidad episcopal y sobre su experiencia de la sinodalidad" (n. 246).

Por su parte el arzobispo Claudio Maria Celli ha hablado de la “dimensión comunicativa en la nueva evangelización” a la luz de la exhortación apostólica

En el documento “emerge sobre todo la conciencia -ha dicho el prelado- del Papa acerca de lo que está aconteciendo en el mundo de hoy, en el campo de la salud, la educación, y la comunicación... y hace referencia a las evidentes innovaciones tecnológicas”.

Sin duda, se trata de progreso y de éxitos, sin embargo el Papa, es totalmente consciente de que la sociedad de la información actual, nos satura indiscriminadamente con datos, todos al mismo nivel y que terminan conduciéndonos a una tremenda superficialidad a la hora de plantear las cuestiones morales. Por consiguiente -ha continuado-,se hace necesaria verdadera educación que enseñe a pensar críticamente y que ofrezca un camino de maduración en valores. El documento reconoce que las mayores posibilidades de comunicación también pueden traducirse en amplias posibilidades de encuentro con todos. De aquí la exigencia de descubrir y trasmitir la mística del vivir juntos, de mezclarnos, de encontrarnos”.

Asimismo ha explicado que una amplia parte del texto se dedica a analizar cómo se comunica el mensaje de la Iglesia. “El Papa es consciente de la velocidad de la comunicación moderna y de cómo, a veces, los medios de comunicación realizan una selección interesada de distintos contenidos. Por este motivo se corre el riesgo que el mensaje aparezca mutilado y reducido sólo a aspectos secundarios...Frente a estos riesgos el Papa cree conveniente ser realistas, es decir, no dar por supuesto que nuestros interlocutores conozcan el trasfondo completo de lo que decimos o que puedan conectar nuestro discurso con el núcleo esencial del Evangelio”. De ahí que Francisco insista en que “el anuncio debe concentrarse en lo esencial, que es lo más bello, lo más grande,lo más atractivo y al mismo tiempo lo más necesario. La propuesta se simplifica sin perder por ello profundidad y verdad”.

EL PAPA RECIBE AL PRESIDENTE PUTIN: URGENTE EL CESE DE LA VIOLENCIA EN SIRIA


Ciudad del Vaticano, 26 noviembre 2013 (VIS).-El presidente de la Federación Rusia, Vladimir V. Putin, fue recibido ayer tarde en audiencia por el Santo Padre y, sucesivamente, se encontró con el Secretario de Estado, arzobispo Pietro Parolin, a quien acompañaba el arzobispo Dominique Mamberti, Secretario para las Relaciones con los Estados.

Durante los coloquios, desarrollados en un clima de cordialidad, se ha tomado nota con agrado de las buenas relaciones bilaterales y se han abordado algunas cuestiones de interés común, en especial acerca de la vida de la comunidad católica en Rusia, subrayando la aportación fundamental del cristianismo en la sociedad. En ese contexto, se ha hablado de la situación crítica de los cristianos en algunas regiones del mundo, de la defensa y promoción de los valores de la dignidad de la persona y de la tutela de la vida humana y de la familia.

Una atención especial se ha dedicado al tema de la paz en Oriente Medio y a la grave situación de Siria, refiriéndose a la cual el presidente Putin ha dado las gracias al Santo Padre por la carta que le escribió durante el G20 en San Petersburgo. Se ha subrayado la urgencia del cese de la violencia y de llevar la necesaria asistencia humanitaria a la población, así como de favorecer iniciativas concretas encaminadas a una solución pacífica del conflicto, que privilegien las negociaciones e involucren a las diversas etnias y religiones, reconociendo su papel imprescindible en la sociedad.

lunes, 25 de noviembre de 2013

COLABORACIÓN ENTRE PARAGUAY Y LA SANTA SEDE

Ciudad del Vaticano, 25 noviembre 2013 (VIS).- Esta mañana el Santo Padre ha recibido en audiencia a Horacio Manuel Cartes Jara, Presidente de la República de Paraguay que a continuación se ha encontrado con el arzobispo Pietro Parolin, Secretario de Estado y con el arzobispo Dominique Mamberti, Secretario para las Relaciones con los Estados.

En el transcurso de los coloquios, desarrollados en un clima de cordialidad y tras tomar nota de las buenas relaciones existentes entre la Santa Sede y Paraguay, se han abordado temas de interés común relacionados con la situación del país y de la región, tales como la lucha contra la pobreza y la corrupción, la promoción del desarrollo integral de la persona humana y el respeto por los derechos humanos. Por último, se ha destacado el papel y la contribución de la Iglesia en la sociedad, así como la colaboración a nivel internacional de Paraguay con la Santa Sede.

SAN JOSAFAT, EJEMPLO DE AMOR FRATERNO Y UNIDAD EN LA IGLESIA

Ciudad del Vaticano, 25 noviembre 2013 (VIS).- “Cada uno amará al otro como a sí mismo, y por lo tanto disfrutará del bien de los demás como bienes propios. Así que la alegría de uno será mayor cuanto mayor sea la alegría de todos los demás”. Con estas palabras de Santo Tomás de Aquino, el Papa ha recibido esta mañana a los 3000 peregrinos greco católicos provenientes de Ucrania y Bielorrusia, que están en Roma celebrando el 50 aniversario de la colocación de los restos de San Josafat en la basílica de San Pedro. A primera hora de la mañana, el cardenal Leonardo Sandri, Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, ha celebrado una Divina Liturgia, junto al arzobispo mayor de la Iglesia Greco Católica Ucrania, su Beatitud Sviatoslav Shevchuk.

A medio día, el Santo Padre se ha desplazado a la basílica para saludar a los peregrinos a los que ha dicho: “La mejor manera de celebrar San Josafat, es amándonos entre nosotros y servir a la unidad de la Iglesia. Nos sostiene en esto el testimonio valiente de tantos mártires actuales, que constituye una gran riqueza y un gran consuelo para vuestra Iglesia”.

Francisco les ha animado a que la intensa comunión que desean profundizar cada día dentro de la Iglesia católica, les ayude a “construir puentes de fraternidad también con las otras Iglesias y Comunidades en Ucrania y en el resto de países donde esté presente vuestra comunidad”.

LA VERDADERA FE SE VE EN LOS MOMENTOS DE DIFICULTAD

Ciudad del Vaticano, 25 noviembre 2013 (VIS).- El Santo Padre ha recibido esta mañana en la sala Clementina del Palacio Apostólico Vaticano, a los voluntarios del Año de la Fe. “En este tiempo de gracia, -les ha dicho el Papa- hemos sido capaces de redescubrir la esencia del camino cristiano, en el que la fe, junto con la caridad, ocupa el primer lugar”.

La fe, en efecto,-ha continuado- es fundamental para la vida cristiana, porque anima las elecciones y los actos de nuestra vida cotidiana. Es la vena inagotable de todas nuestras acciones, con la familia, en el trabajo, en la parroquia, con los amigos, en los diferentes entornos sociales. Y esta fe firme y genuina, se ve, sobre todo en los momentos de dificultad y de prueba: es entonces cuando un cristiano se deja llevar del brazo de Dios, y se aferra a él, con la seguridad de contar con un amor tan fuerte como la roca indestructible. Sobre todo en las situaciones de sufrimiento, si nos abandonamos a Dios con humildad, podemos dar un buen testimonio”.

Francisco ha explicado a los presentes que se necesitan “comunidades cristianas comprometidas con un apostolado valiente, que llegue a las personas en su entorno, incluso a los más difíciles”. El Papa al final ha recordado que “hay muchas personas que necesitan un gesto humano, una sonrisa, una palabra verdadera, un testimonio a través el cual acercarse a Jesucristo” y ha animado a los voluntarios a continuar el trabajo para que a nadie le falte“esta señal de amor y ternura que nace de la fe”.

EL PAPA FRANCISCO CLAUSURA EL AÑO DE LA FE

Ciudad del Vaticano, 24 de noviembre 2013 (VIS).- Esta mañana, solemnidad de Jesucristo Rey del Universo, el Santo Padre Francisco ha presidido en la Plaza de San Pedro la misa con ocasión de la clausura del Año de la Fe, que inauguró el Papa Benedicto XVI el 11 de octubre de 2012, en el cincuenta aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II. Han concelebrado con el Santo Padre los cardenales, patriarcas y arzobispos mayores de las Iglesias Orientales Católicas, los arzobispos y obispos.

Al lado del altar se han expuesto las reliquias del apóstol Pedro, contenidas en un cofre de bronce, donde está escrito “Ex ossibus quae in Arcibasilicae Vaticane Hypogeo inventa Beati Petri Apostoli esse putantur” (De los huesos encontrados en el hipogeo de la basílica vaticana que se cree son del bienaventurado apóstol Pedro).

Antes de la misa ha tenido lugar una colecta destinada a la población de las Filipinas, recientemente afectadas por el tifón Haiyan. Al final de la celebración, el Santo Padre ha entregado su Exhortación apostólica “Evangelium gaudium” a 36 representantes del Pueblo de Dios, procedentes de 18 países: un obispo, un sacerdote y un diácono elegidos entre los más jóvenes que han sido ordenados; religiosos y religiosas, algunos representantes de cada acontecimiento de este Año de la Fe, confirmados, un seminarista y una novicia, una familia, catequistas, un invidente ( que ha recibido del Papa el documento en CD-rom, para poder escucharlo), jóvenes, representantes de las cofradías, movimientos, dos artistas y dos representantes de los medios de comunicación.

Publicamos a continuación el texto integral de la homilía que el Papa Francisco ha pronunciado después de la proclamación del Evangelio”.

La solemnidad de Cristo Rey del Universo, coronación del año litúrgico, señala también la conclusión del Año de la Fe, convocado por el Papa Benedicto XVI, a quien recordamos ahora con afecto y reconocimiento por este don que nos ha dado. Con esa iniciativa providencial, nos ha dado la oportunidad de descubrir la belleza de ese camino de fe que comenzó el día de nuestro bautismo, que nos ha hecho hijos de Dios y hermanos en la Iglesia. Un camino que tiene como meta final el encuentro pleno con Dios, y en el que el Espíritu Santo nos purifica, eleva, santifica, para introducirnos en la felicidad que anhela nuestro corazón.

Dirijo también un saludo cordial y fraterno a los Patriarcas y Arzobispos Mayores de las Iglesias orientales católicas, aquí presentes. El saludo de paz que nos intercambiaremos quiere expresar sobre todo el reconocimiento del Obispo de Roma a estas Comunidades, que han confesado el nombre de Cristo con una fidelidad ejemplar, pagando con frecuencia un alto precio.

Del mismo modo, y por su medio, deseo dirigirme a todos los cristianos que viven en Tierra Santa, en Siria y en todo el Oriente, para que todos obtengan el don de la paz y la concordia.

Las lecturas bíblicas que se han proclamado tienen como hilo conductor la centralidad de Cristo. Cristo está en el centro, Cristo es el centro. Cristo centro de la creación, del pueblo y de la historia.

El apóstol Pablo, en la segunda lectura, tomada de la carta a los Colosenses, nos ofrece una visión muy profunda de la centralidad de Jesús. Nos lo presenta como el Primogénito de toda la creación: en él, por medio de él y en vista de él fueron creadas todas las cosas. Él es el centro de todo, es el principio: Jesucristo, el Señor. Dios le ha dado la plenitud, la totalidad, para que en él todas las cosas sean reconciliadas (cf. 1,12-20). Señor de la creación, Señor de la reconciliación.

Esta imagen nos ayuda a entender que Jesús es el centro de la creación; y así la actitud que se pide al creyente, que quiere ser tal, es la de reconocer y acoger en la vida esta centralidad de Jesucristo, en los pensamientos, las palabras y las obras. Y así nuestros pensamientos serán pensamientos cristianos, pensamientos de Cristo. Nuestras obras serán obras cristianas, obras de Cristo, nuestras palabras serán palabras cristianas, palabras de Cristo. En cambio, La pérdida de este centro, al sustituirlo por otra cosa cualquiera, solo provoca daños, tanto para el ambiente que nos rodea como para el hombre mismo.

Además de ser centro de la creación y centro de la reconciliación, Cristo es centro del pueblo de Dios. Y precisamente hoy está aquí, en el centro. Ahora está aquí en la Palabra, y estará aquí en el altar, vivo, presente, en medio de nosotros, su pueblo. Nos lo muestra la primera lectura, en la que se habla del día en que las tribus de Israel se acercaron a David y ante el Señor lo ungieron rey sobre todo Israel . En la búsqueda de la figura ideal del rey, estos hombres buscaban a Dios mismo: un Dios que fuera cercano, que aceptara acompañar al hombre en su camino, que se hiciese hermano suyo.

Cristo, descendiente del rey David, es precisamente el "hermano" alrededor del cual se constituye el pueblo, que cuida de su pueblo, de todos nosotros, a precio de su vida. En él somos uno; un único pueblo unido a él, compartimos un solo camino, un solo destino. Sólo en él, en él como centro, encontramos la identidad como pueblo.

3. Y, por último, Cristo es el centro de la historia de la humanidad, y también el centro de la historia de todo hombre. A él podemos referir las alegrías y las esperanzas, las tristezas y las angustias que entretejen nuestra vida. Cuando Jesús es el centro, incluso los momentos más oscuros de nuestra existencia se iluminan, y nos da esperanza, como le sucedió al buen ladrón en el Evangelio de hoy.

Mientras todos se dirigen a Jesús con desprecio -"Si tú eres el Cristo, el Mesías Rey, sálvate a ti mismo bajando de la cruz"- aquel hombre, que se ha equivocado en la vida pero se arrepiente, al final se agarra a Jesús crucificado implorando: "Acuérdate de mí cuando llegues a tu reino" . Y Jesús le promete: "Hoy estarás conmigo en el paraíso": su Reino. Jesús sólo pronuncia la palabra del perdón, no la de la condena; y cuando el hombre encuentra el valor de pedir este perdón, el Señor no deja de atender una petición como esa. Hoy todos podemos pensar en nuestra historia, nuestro camino. Cada uno de nosotros tiene su historia; cada uno tiene también sus equivocaciones, sus pecados, sus momentos felices y sus momentos tristes. En este día, nos vendrá bien pensar en nuestra historia, y mirar a Jesús, y desde el corazón repetirle a menudo, pero con el corazón, en silencio, cada uno de nosotros: "Acuérdate de mí, Señor, ahora que estás en tu Reino. Jesús, acuérdate de mí, porque yo quiero ser bueno, quiero ser buena, pero me falta la fuerza, no puedo: soy pecador, soy pecadora. Pero, acuérdate de mí, Jesús. Tú puedes acordarte de mí porque tú estás en el centro, tú estás precisamente en tu Reino." ¡Qué bien! Hagámoslo hoy todos, cada uno en su corazón, muchas veces. "Acuérdate de mí, Señor, tú que estás en el centro, tú que estas en tu Reino."

La promesa de Jesús al buen ladrón nos da una gran esperanza: nos dice que la gracia de Dios es siempre más abundante que la plegaria que la ha pedido. El Señor siempre da más, es tan generoso, da siempre más de lo que se le pide: le pides que se acuerde de ti y te lleva a su Reino. Jesús es el centro de nuestros deseos de gozo y salvación. Vayamos todos juntos por este camino”.

ANGELUS: FRANCISCO RECUERDA EL HOLODOMOR, LA GRAN HAMBRUNA DE UCRANIA Y DA LAS GRACIAS A TODOS LOS QUE HAN COLABORADO EN EL AÑO DE LA FE

Ciudad del Vaticano, 24 de noviembre 2013 (VIS).-Al final de la misa de clausura del Año de la Fe, el Papa Francisco ha rezado el Ángelus con los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro.

Antes de concluir esta celebración -ha dicho- quiero saludar a todos los peregrinos, familias, grupos parroquiales, asociaciones y movimientos venidos de tantos países. Saludo a los participantes en el Congreso nacional de la Misericordia y a la comunidad ucrania que recuerda el 80 aniversario del “Holodomor”, la gran hambruna, provocada por el régimen soviético que causó millones de víctimas”.

En esta jornada pensamos con agradecimiento en los misioneros que, a lo largo de los siglos, han anunciado el Evangelio y esparcido la semilla de la fe en tantas partes del mundo; entre ellos el beato Junípero Serra, misionero franciscano español, de cuyo nacimiento celebramos el tercer centenario”.

No quiero terminar sin referirme a todos los que han trabajado para sacar adelante este Año de la Fe. Monseñor Rino Fisichella que ha guiado este camino: se lo agradezco tanto, de todo corazón; a él y a todos sus colaboradores. ¡Muchas gracias!”.

Y ahora recemos juntos el Ángelus. Con esta oración invocamos la protección de María, especialmente para nuestros hermanos y hermanas que están perseguidos con motivo de su fe ¡y son tantos!”.

Después de la oración mariana, Francisco agradeció de nuevo a todos su presencia en la concelebración y, como ya es habitual, les deseó un buen domingo y un buen almuerzo.



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