Ciudad
del Vaticano, 27 noviembre 2013
(VIS).- Se ha presentado esta mañana en la Oficina de Prensa de la
Santa Sede “La misión sanitaria para los niños sirios refugiados
en Libano” promovido por el Pontificio Consejo Cor Unum, por el
hospital pediátrico Bambin Gesú y por Caritas Libano. Han
intervenido el cardenal Robert Sarah, presidente del Pontificio
Consejo Cor Unum; Giuseppe Profiti, presidente del Bambin Gesù, el
Padre Simon Faddoul, presidente de Cáritas Líbano y May El Hachem,
responsable del Departamento de Dermatología del mismo hospital.
“Ayudar
a la población siria, más allá de las diferencias étnicas o
religiosas, es la manera más directa para contribuir a la
pacificación y a la edificación de una sociedad abierta a todos los
diversos componentes”. Estas son las palabras del Papa Francisco,
gracias a las cuales nació la idea del proyecto “para que
tragedias como las de Siria no vuelvan a suceder”. ha explicado el
cardenal Sarah .
“Pensamos
que el regalo más bonito que podemos hacer para ayudar a los niños
que sufren a causa de la guerra siria -ha dicho el prelado
recordando la proximidad de las fiestas de la Navidad- es
devolverles la sonrisa y que puedan vivir, acompañándoles para que
crezcan no solo material sino también espiritual y humanamente”.
Actualmente, según los datos de la ACNUR (Agencia de la ONU para los
Refugiados) existen más de 2 millones de sirios refugiados en los
países de Oriente Medio y de la zona del Mediterráneo, de los
cuales más de 700.000 se encuentran en Líbano, 515.000 en Jordania
y 460.000 en Turquía. De todos ellos, el 52% está compuesto por
niños y chavales menores de 17 años.
Para
controlar la actividad de cooperación que se está llevando a cabo y
las ayudas distribuidas, nació el pasado junio en Beirut una oficina
de información y comunicación que permite agregar todos los
organismos católicos de caridad en un área de gran significado
histórico y espiritual para el cristianismo. “Se trata de una
estructura -ha explicado el cardenal- fruto de la colaboración de
los organismos de caridad, que en nombre de la misión de la Iglesia
universal han decidido compartir sus propias habilidades y su
particular trabajo de testimonio”. Asimismo ha observado que “este
es el lenguaje que la Iglesia, toda unida, quiere y debe hablar...
con todos los que sufren necesidades y pobreza, no solo material
sino también espiritual”.
La
“Misión” comenzará a principios de diciembre y tendrá una
duración inicial de tres meses. Durante este tiempo y con los fondos
asignados se podrá ayudar a unos tres o cuatro mil niños con las
medicinas necesarias.
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