Ciudad
del Vaticano, 29 noviembre 2013
(VIS).-La Unión de Superiores Generales ha celebrado su LXXXII
asamblea en el Salesianum de Roma, del 27 al 29 de noviembre. Las
reflexiones, basadas en tres experiencias personales, se han centrado
en el papel de los Superiores a la luz del magisterio y del ejemplo
del Papa Francisco. Y el pontífice en persona, ha decidido encontrar
a los superiores durante tres horas y no solamente en una breve
audiencia como habían solicitado. No ha habido ningún discurso
preparado con antelación: se ha tratado de un largo coloquio
fraternal y cordial, con preguntas y respuestas.
Según
informa un comunicado de la Unión de Superiores Generales, la
primera tanda de preguntas ha estado dedicado a la identidad y la
misión de la vida consagrada. Todos los cristianos deben ser
coherentes con su fe, ha dicho el Papa, pero los religiosos están
llamados a seguir al Señor de una manera especial : "Son
hombres y mujeres que pueden despertar al mundo. La vida consagrada
es profecía . Dios nos pide que dejemos el nido que nos arropa y
que salgamos a los confines del mundo evitando la tentación de
someterlos. Esta es la forma más eficaz de imitar al Señor”.
Preguntado
por la situación de las vocaciones, el Papa ha señalado que hay
Iglesias jóvenes que están dando nuevos frutos. Por supuesto, esto
nos obliga a replantear la inculturación del carisma. La Iglesia,
como en el caso de Matteo Ricci, debe pedir perdón y considerar, con
vergüenza, los fracasos apostólicos a causa de malentendidos en
este campo. El diálogo intercultural debe impulsar la entrada en el
gobierno de los institutos religiosos de personas de diferentes
culturas que expresan diferentes formas de vivir el carisma.
Francisco
ha insistido en la formación que, en su opinión,se basa en cuatro
pilares fundamentales: espiritual, intelectual , comunitario y
apostólico. Es imprescindible evitar cualquier forma de hipocresía
y de clericalismo a través de un diálogo franco y abierto sobre
todos los aspectos de la vida, " la formación es una tarea
artesanal, no una labor de policía", ha subrayado, y su
objetivo es “formar religiosos que tengan un corazón tierno y no
ácido como el vinagre. Todos somos pecadores , pero no corruptos.
Hay que aceptar a los pecadores , no a los corruptos ".
Para
el Papa la fraternidad tiene una enorme fuerza de atracción.
Presupone la aceptación de las diferencias y los conflictos. A veces
es difícil de vivir, pero si no se vive no se es fecundo. En
cualquier caso, "nunca debemos actuar como gestores ante el
conflicto de un hermano hay que acariciar ese conflicto".
Se
han planteado también algunas cuestiones sobre las relaciones entre
los religiosos y las Iglesias particulares en las que están
insertados. El Papa ha afirmado que sabía por experiencia los
problemas que se plantean. "Nosotros, los obispos, tenemos que
entender que las personas consagradas no representan sólo una ayuda
material, sino que son dones que enriquecen las diócesis. "
Las
últimas preguntas han tenido como objeto las fronteras de la misión
de los consagrados . "Hay que buscarlas sobre la base de los
carismas”, ha respondido el Papa. Las realidades donde impera la
exclusión sigue siendo la prioridad más importante. Además de
estos retos, el pontífice ha citado el cultural y educativo en las
escuelas y universidades. Para el Papa los pilares de la educación
son : " transmitir conocimientos , transmitir formas de hacer,
transmitir valores. A través de ellos se transmite la fe. El
educador debe estar a la altura de las personas que educa y debe
interrogarse sobre como anunciar a Jesucristo a una generación que
cambia" .
Antes
de saludar a los 120 Superiores Generales presentes, el Santo Padre
ha anunciado que el 2015 será un año dedicado a la vida consagrada.
Saliendo del aula ha dicho: "Gracias, por lo que hacéis y por
vuestro espíritu de fe y de servicio. Gracias por vuestro testimonio
y también por las humillaciones por las que tenéis que pasar”.
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