Ciudad
del Vaticano, 12 de abril 2015 (Vis).– Ofrecemos a continuación
una síntesis de la Bula ''Misericordiae Vultus'' con la que el Papa
ha convocado el Jubileo Extraordinario de la Misericordia.
La
Bula de convocación del Jubileo Extraordinario de la Misericordia
titulada ''Misericordiae vultus se compone de 25 números. El Papa
Francisco describe los rasgos más sobresalientes de la misericordia
situando el tema, ante todo, bajo la luz del rostro de Cristo. La
misericordia no es una palabra abstracta, sino un rostro para
reconocer, contemplar y servir. La Bula se desarrolla en clave
trinitaria (números 6-9.) y se extiende en la descripción de la
Iglesia como un signo creíble de la misericordia: "La
misericordia es la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia"
(n. 10).
Francisco
indica las etapas principales del Jubileo. La apertura coincide con
el quincuagéismo aniversario de la clausura del Concilio Vaticano
II:'' La Iglesia siente la necesidad de mantener vivo este evento.
Para ella iniciaba un nuevo periodo de su historia. Los Padres
reunidos en el Concilio habían percibido intensamente, como un
verdadero soplo del Espíritu, la exigencia de hablar de Dios a los
hombres de su tiempo en un modo más comprensible. Derrumbadas las
murallas que por mucho tiempo habían recluido la Iglesia en una
ciudadela privilegiada, había llegado el tiempo de anunciar el
Evangelio de un modo nuevo''.(n. 4). La conclusión tendrá lugar "en
la solemnidad litúrgica de Jesucristo Rey del Universo, el 20 de
noviembre de 2016. En ese día, cerrando la Puerta Santa, tendremos
ante todo sentimientos de gratitud y de reconocimiento hacia la
Santísima Trinidad por habernos concedido un tiempo extraordinario
de gracia. Encomendaremos la vida de la Iglesia, la humanidad entera
y el inmenso cosmos a la Señoría de Cristo, esperando que difunda
su misericordia como el rocío de la mañana para una fecunda
historia, todavía por construir con el compromiso de todos en el
próximo futuro. "(n. 5) .
Una
peculiaridad de este Año Santo es que se celebra no sólo en Roma,
sino también en todas las demás diócesis del mundo. La Puerta
Santa será abierta por el Papa en San Pedro el 8 de diciembre y el
domingo siguiente en todas las iglesias del mundo. Otra de las
novedades es que el Papa da la posibilidad de abrir la Puerta Santa
también en los santuarios, meta de muchos peregrinos.
El
Papa Francisco, recupera la enseñanza de San Juan XXIII, que hablaba
de la "medicina de la Misericordia" y de Pablo VI que
identificó la espiritualidad del Vaticano II con la del samaritano.
La Bula también explica algunos aspectos sobresalientes del Jubileo:
primero el lema "Misericordiosos como el Padre", a
continuación el sentido de la peregrinación y sobre todo la
necesidad del perdón. El tema particular que interesa al Papa se
encuentra en el n. 15: las obras de misericordia espirituales y
corporales deben redescubrirse "para despertar nuestra
conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y
para entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los
pobres son los privilegiados de la misericordia divina.". Otra
indicación atañe a la Cuaresma con el envío de los "Misioneros
de la Misericordia" (n. 18). Nueva y original iniciativa con la
que el Papa quiere resaltar de forma aún más concreta su cuidado
pastoral. El Papa trata en los nn. 20-21 el tema de la relación
entre la justicia y la misericordia, demostrando que no se detiene en
una visión legalista, sino que apunta a un camino que desemboca en
el amor misericordioso.
El
n. 19 es un firme llamamiento contra la violencia organizada y contra
las personas ''promotoras o cómplices'' de la corrupción. Son
palabras muy fuertes con las que el Papa denuncia esta "llaga
putrefacta" e insiste para que en este Año Santo haya una
verdadera conversión: "¡Este es el tiempo oportuno para
cambiar de vida! Este es el tiempo para dejarse tocar el corazón.
Delante a tantos crímenes cometidos, escuchad el llanto de todas las
personas depredadas por vosotros de la vida, de la familia, de los
afectos y de la dignidad. Seguir como estáis es sólo fuente de
arrogancia, de ilusión y de tristeza. La verdadera vida es algo bien
distinto de lo que ahora pensáis. El Papa os tiende la mano. Está
dispuesto a escucharos. Basta solamente que acojáis la llamada a la
conversión y os sometáis a la justicia mientras la Iglesia os
ofrece misericordia."(n. 19).
La
referencia a la Indulgencia como tema tradicional del Jubileo se
expresa en el n. 22. Un último aspecto original es el de la
misericordia como tema común a Judios y Musulmanes: "Este Año
Jubilar vivido en la misericordia pueda favorecer el encuentro con
estas religiones y con las otras nobles tradiciones religiosas; nos
haga más abiertos al diálogo para conocerlas y comprendernos mejor;
elimine toda forma de cerrazón y desprecio, y aleje cualquier forma
de violencia y de discriminación. "(n. 23).
El
deseo del Papa es que este Año, vivido también en la compartición
de la misericordia de Dios, pueda convertirse en una oportunidad para
"vivir en la vida de cada día la misericordia que desde siempre
el Padre dispensa hacia nosotros. En este Jubileo dejémonos
sorprender por Dios. Él nunca se cansa de destrabar la puerta de su
corazón para repetir que nos ama y quiere compartir con nosotros su
vida.. (…) En este Año Jubilar la Iglesia se convierta en el eco
de la Palabra de Dios que resuena fuerte y decidida como palabra y
gesto de perdón, de soporte, de ayuda, de amor. Nunca se canse de
ofrecer misericordia y sea siempre paciente en el confortar y
perdonar. La Iglesia se haga voz de cada hombre y mujer y repita con
confianza y sin descanso: '' Acuérdate, Señor, de tu misericordia y
de tu amor; que son eternos''.
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