Ciudad
del Vaticano, 4 de mayo 2015 (VIS).- ''Nadie tiene amor más grande
que aquel que da la vida por sus amigos''. En la historia de la
Iglesia, muchos hombres y mujeres han aceptado la llamada de este
gran amor. Los Guardias Suizos que lucharon durante el saqueo de Roma
y dieron su vida por la defensa de la Papa, siguieron esta llamada.
Y responder con dedicación a esta llamada significa seguir a
Cristo'', ha dicho el Santo Padre recibiendo esta mañana a los
nuevos reclutas de la Guardia Suiza Pontificia que jurarán bandera
pasado mañana, 6 de mayo.
''En
los Ejercicios Espirituales San Ignacio de Loyola, que en su
juventud había sido un soldado -relató Francisco- habla de la
''llamada del Rey'', es decir de Cristo, que quiere construir su
reino y elige a sus colaboradores. El Señor quiere construir su
Reino con la ayuda de los hombres. Y necesita personas decididas y
valientes...Al mismo tiempo, Ignacio compara el mundo a dos
campamentos militares, uno con el estandarte de Cristo y el otro
con el estandarte de Satanás. Sólo hay estos dos campos. Para el
cristiano, la elección está clara: sigue el estandarte de Cristo''.
''Cristo
es el verdadero Rey. Él va adelante, y sus amigos lo siguen. Un
soldado de Cristo participa en la vida de su Señor. Esta es también
vuestra llamada: asumir las preocupaciones de Cristo, ser sus
compañeros -subrayó el Pontífice- Así aprendéis día a día a
''sentir'' con Cristo y con la Iglesia. Un Guardia Suizo es una
persona que verdaderamente quiere seguir al Señor Jesús y que ama
especialmente a la Iglesia; es un cristiano con una fe genuina. Todo
esto, queridos jóvenes, como todos los cristianos, lo podéis vivir
gracias a los sacramentos de la Iglesia, con la participación
asidua en la misa y la confesión frecuente. Podéis vivirlo leyendo
todos los días el Evangelio. Os digo también a vosotros lo que
digo a todos: tened siempre a mano un pequeño Evangelio, para
leerlo apenas tengáis un momento de tranquilidad. También os ayuda
vuestra oración personal, especialmente el Rosario, durante las
''guardias de honor." Y os ayuda el servicio a los pobres, a
los enfermos, a los que necesitan una palabra buena''.
El
Papa recordó que cuando los Guardias Suizos encuentran a la gente, a
los peregrinos, les transmiten ''con su amabilidad y competencia este
"gran amor" que viene de la amistad con Cristo. De hecho
-exclamó- vosotros, los Guardias Suizos sois ¡un "cartel"
de la Santa Sede! Os doy las gracias y os aliento a seguir siendo
así''.
''Sé
que vuestro servicio es arduo- concluyó- . Cuando hay tareas
adicionales, siempre podemos contar con la Guardia Suiza. Os doy las
gracias con afecto y os expreso mi gran aprecio por todo lo que
hacéis por la Iglesia y por mí, como Sucesor de Pedro''.
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