Ciudad
del Vaticano, 1 de mayo de 2015 (VIS).-El Santo Padre ha
intervenido, con un vídeo mensaje en directo, en la inauguración de
la Exposición universal de Milán (1 de mayo- 31 octubre 2015) cuyo
tema es ''Nutrir el planeta. Energía para la vida''. En su mensaje
el Papa ha recalcado la importancia del evento para dar voz a los
pobres, globalizar la solidaridad y defender el ambiente.
''Estoy
agradecido por la posibilidad de unir mi voz a las de cuantos
participan en esta inauguración -dijo el Pontífice- Es la voz del
Obispo de Roma, que habla en nombre del pueblo de Dios peregrino en
el mundo entero; es la voz de tantos pobres que forman parte de este
pueblo y con dignidad buscan ganarse el pan con el sudor de su
frente. Quisiera hacerme portavoz de todos estos hermanos y hermanas
nuestros, cristianos y también no cristianos, a los que Dios ama
como hijos y por los que ha dado la vida, ha partido el pan que es
la carne de su Hijo hecho hombre. Él nos enseñó a pedir a Dios
Padre: “Danos hoy nuestro pan de cada día”. La Expo es una
ocasión propicia para globalizar la solidaridad''.
Francisco,
recordando la importancia del tema de la Expo, subraya que una
cuestión tan esencial…no puede ser sólo un “tema”, sino que
debe acompañarse de una toma de conciencia, ''la conciencia de los
rostros de millones de personas que hoy tienen hambre, que hoy no
comerán de forma digna de un ser humano''. ''Quisiera -afirma- que
partir de hoy cada persona que vaya a la Expo de Milán, pasando por
esos maravillosos pabellones, perciba la presencia de esos rostros.
Una presencia escondida, pero que debe ser la verdadera protagonista
del evento: los rostros de los hombres y de las mujeres que tienen
hambre y que enferman e incluso mueren, por una alimentación
demasiado escasa o nociva''.
No
olvida el Papa la ''paradoja de la abundancia'', la expresión que
empleó san Juan Pablo II en su discurso ante la FAO durante la
primera Conferencia sobre Nutrición celebrada en 1992. Una paradoja
que '' todavía persiste, no obstante los esfuerzos realizados y
algunos buenos resultados. También la Expo, de alguna manera, es
parte de esta ''paradoja de la abundancia'', si obedece a la cultura
del derroche, del descarte, y no contribuye a un modelo de desarrollo
equitativo y sostenible. Por lo tanto, hagamos que esta Expo sea
ocasión de un cambio de mentalidad, para dejar de pensar que
nuestras acciones cotidianas - en cada grado de responsabilidad –
no repercutan en la vida de quienes, cerca o lejos, sufren el
hambre''.
Entre
los otros rostros que desempeñan un papel importante en la Expo de
Milán, el Santo Padre cita a los operadores e investigadores del
sector alimentario y pide al Señor que les conceda sabiduría y
coraje, ''porque es grande su responsabilidad' y recuerda a todos los
interesados por ese ámbito que están ''involucrados en un gran
proyecto de solidaridad: nutrir el planeta en el respeto de todo
hombre y mujer que lo habita y en el respeto del ambiente natural''.
El Papa recalca que el gran reto al que Dios llama la humanidad del
siglo XXI es ''acabar con el abuso del jardín que Dios nos ha
confiado, para que todos puedan comer de sus frutos''.
''Pero
todo parte de allí: de la percepción de los rostros'', finaliza el
Pontífice que no se olvida de otros rostros: los de los trabajadores
que han puesto en pie la Expo sobre todo ''los más anónimos, los
más escondidos, que también gracias a la Expo han ganado el pan
para llevar a casa. ¡Que nadie sea privado de esta dignidad! ¡Y que
ningún pan sea fruto de un trabajo indigno del hombre!. El Señor,
que es la verdadera energía para la vida nos de el amor para
compartir el pan, nuestro pan de cada día, en paz y fraternidad. Y
que a cada hombre y a cada mujer no les falten el pan y la dignidad
del trabajo''.
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