Ciudad
del Vaticano, 4 de mayo de 2015 (VIS).-El Papa Francisco visitó ayer
tarde otra parroquia de su diócesis, esta vez fue la de Santa María
Regina Pacis en el Lido de Ostia. Antes de celebrar la misa, el
Obispo de Roma fue a ver a la comunidad de las Pequeñas Hermanas de
Jesús, de Charles de Foucauld, llamadas Fraternidad del Luna Park,
porque viven en las roulottes, y encontró a los ancianos, a los
enfermos, y a los jóvenes scouts de la parroquia, así como a los
padres que este año bautizan a sus hijos.
En
primer lugar saludó a los ancianos subrayando que poseen la
sabiduría de la vida, de la experiencia, del dolor y de la
paciencia, así como la memoria del pueblo y de la familia. De los
enfermos afirmó que se parecen a Jesús porque como él llevan la
cruz y elogió a la comunidad parroquial porque se ocupa con amor de
unos y otros y ''cuando una comunidad no se ocupa de estas personas,
algo no funciona, algo falta''.
A
los scouts recordó que ''en el arte de subir lo más importante no
es no caer, sino no quedarse en el suelo''. ''Todos nos caemos
-dijo-, todos nos equivocamos, todos pecamos.. pero el testimonio es
levantarse con la gracia de Dios...Esto es lo que el mundo necesita
de vosotros, el testimonio de ir siempre más allá, siempre
adelante, aunque seamos débiles, siempre adelante''. También animó
a los jóvenes a transmitir la fe con alegría y, en las situaciones
díficiles, cuando la alegría se empaña, a ''atraversar esos
momentos con dignidad, con la esperanza de que el Espíritu Santo
nos de fuerza.. y consuelo... hasta que vuelva la alegría''.
Por
último, invitó a los padres que han bautizado a sus hijos a que el
bautismo no fuera un acto aislado, sino a ''caminar con los niños
por la senda nueva de la fe, acercándose a la parroquia''.
En
la homilía el Papa, comentando el evangelio de la vid y los
sarmientos, insistió en la importancia de permanecer unidos a Jesús
que también significa ''tener la voluntad de recibir de El, el
perdón y ''la podadura'' para dar más frutos. ''Permanecer en Jesús
-y esto es lo más difícil -dijo el Santo Padre- significa tener su
misma actitud. Pero cuando ''despellejamos'' a los demás, hablando
mal de ellos, no permanecemos en Jesús. Tampoco cuando mentimos,
porque El no lo hizo nunca. Cuando engañamos a los demás con
negocios sucios que están al alcance de todos, somos sarmientos
muertos, no permanecemos en El. Permanecer en Jesús es hacer lo
mismo que El hacía: hacer el bien, ayudar a los otros, rezar al
Padre, curar a los enfermos, ayudar a los pobres, tener la alegría
del Espíritu Santo''.
''También
hay otros sarmientos -señaló- de los que Jesús no habla aquí,
pero lo hace en otro relato: son los que se muestran como discípulos
de Jesús, pero hacen lo contrario de un discípulo de Jesús y son
los sarmientos hipócritas. A lo mejor van todos los domingos a misa,
a lo mejor tienen cara de santurrones, todos píos, pero después
viven como si fueran paganos. Y a éstos en el Evangelio Jesús los
llama hipócritas. Jesús es bueno, nos invita a permanecer en El.
Nos da fuerzas, y si resbalamos en el pecado -todos somos pecadores-
nos perdona porque es misericordioso. Pero quiere dos cosas: que
permanezcamos en El y que no seamos hipócritas. Y así salen
adelante las vidas cristianas''.
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