Ciudad
del Vaticano, 2 de mayo 2015 (VIS).-Los fieles de la diócesis de
Isernia-Venafro, que el Papa visito el año pasado en el mes de
julio, vinieron esta mañana al Vaticano para ser recibidos por el
Santo Padre. Eran más de siete mil personas a las que Francisco dio
las gracias por el calor y la alegría con que lo acogieron, sin
olvidar, en el discurso que les dirigió, los graves problemas que
siguen aquejando a su tierra y de los que habló en su viaje a la
región.
Francisco
citó en primer lugar el desempleo crónico que afecta especialmente
a las generaciones más jóvenes, que cada vez más emprenden el
camino hacia otros países y subrayó también la falta de servicios
adecuados que respondan a las necesidades efectivas de la población.
''Frente a este escenario preocupante -afirmó- se hace necesaria una
movilización general, que aúne los esfuerzos de la población, de
las instituciones y de las diversas realidades civiles. No se pueden
aplazar las medidas concretas para crear nuevos puestos de trabajo,
dando así, sobre todo a los jóvenes, la oportunidad de realizarse
a través de un trabajo honesto''.
La
diócesis está celebrando, por otra parte, un año jubilar dedicado
al Papa Celestino V, natural de esa región, que brinda la ocasión
de un nuevo impulso misionero para ir ''más allá de una realidad
religiosa estática'' y retornar a Cristo, a través de la
reconciliación con Dios y con el prójimo. ''Así – comentó el
Papa- nace el deseo de llevar su amor a todos, especialmente a los
que están solos, marginados, humillados por el sufrimiento, la
injusticia social; a los muchos que, cansados de las palabras
humanas, sienten una profunda nostalgia de Dios''. Ese jubileo es
también una etapa de preparación para el Año Santo de la
Misericordia, y las parroquias, allí ''donde la comunión eclesial
encuentra su expresión más inmediata y visible'' están llamada a
ser '' lugar privilegiado de la escucha y el anuncio del Evangelio;
casa de de oración reunida en torno a la Eucaristía; verdadera
escuela de la comunión, donde el ardor de la caridad prevalezca
sobre la tentación de una religiosidad superficial y árida''.
''Cuando
las dificultades parecen desdibujar las perspectivas de un futuro
mejor, cuando se experimentan el fracaso y el vacío a nuestro
alrededor es el momento de la esperanza cristiana, fundada en el
Señor Resucitado y acompañada por un amplio esfuerzo caritativo con
los necesitados. Así vuestro camino diocesano camino que ya está
orientado a esta forma de caridad, podrá involucrar a más personas
y a más realidades sociales e institucionales a la hora de acercase
a los que no tienen hogar ni trabajo, así como a los afectados por
formas antiguas y nuevas de pobreza, no sólo para satisfacer sus
necesidades urgentes, sino para construir con ellos una sociedad más
acogedora, más respetuosa de la diversidad, más justa y
solidaria....Los problemas se superan a través de la solidaridad.
Por lo tanto, os animo a ser testigos de la solidaridad en vuestras
ciudades y pueblos, en el trabajo, en la escuela, en casa, en los
sitios donde os encontráis''.
Por
último, Francisco encomendó a todos a la Virgen y a los santos de
Molise y los Abruzos para que ''sostenidos por esos intercesores
poderosos'' mirasen ''sin miedo y con esperanza al propio futuro y al
de su tierra''.
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