CIUDAD DEL VATICANO, 3 ABR 2002 (VIS) - Juan Pablo II celebró esta mañana la audiencia general en la plaza de San Pedro ante 15.000 fieles. La catequesis se centró en el salmo 96 que, dijo el Papa, "celebra la realeza de Dios y la manifestación de su gloria divina en la tierra".
El salmo 96, prosiguió el Papa, se abre con la proclamación solemne: "'Reina el Señor. ¡La tierra exulte, alégrense lasáislas numerosas!'... El salmista describe el irrumpir sobre el escenario del mundo del Rey Supremo, que aparece rodeado de una serie de ministros o ayudantes cósmicos: las nubes, las tinieblas, el fuego y los rel mpagos. A su lado otra serie de ministros personifica su acción histórica: la justicia, el derecho, la gloria. Su entrada en escena hace temblar a toda la creación. La tierra exulta en todos los lugares, incluso en lasáislas, consideradas como los lugares más remotos".
"Los cielos -dijo el Santo Padre- están atravesados por himnos angélicos que exaltan la justicia, es decir la obra salvadora que el Señor ha cumplido con los justos". Y agregó que el salmo describe dos tipos de reacciones frente al Rey Supremo y a su entrada en la historia. Por una parte los idólatras y los ídolos caen al suelo confundidos y derrotados; por otra, los fieles (...) elevan gozosos un himno de alabanza".
Juan Pablo II terminó pronunciando estas palabras: "La venida del Reino de Dios es fuente de liberación para los oprimidos y de alegría para los justos de corazón. Durante la Pascua celebramos con esperanza renovada el poder de la gloria de Dios que se revela en la Resurrección, su juicio definitivo sobre el pecado y la muerte y la venida de su reino de santidad, de justicia y de paz".
AG;SALMO96;...;...;VIS;20020403;300;
El salmo 96, prosiguió el Papa, se abre con la proclamación solemne: "'Reina el Señor. ¡La tierra exulte, alégrense lasáislas numerosas!'... El salmista describe el irrumpir sobre el escenario del mundo del Rey Supremo, que aparece rodeado de una serie de ministros o ayudantes cósmicos: las nubes, las tinieblas, el fuego y los rel mpagos. A su lado otra serie de ministros personifica su acción histórica: la justicia, el derecho, la gloria. Su entrada en escena hace temblar a toda la creación. La tierra exulta en todos los lugares, incluso en lasáislas, consideradas como los lugares más remotos".
"Los cielos -dijo el Santo Padre- están atravesados por himnos angélicos que exaltan la justicia, es decir la obra salvadora que el Señor ha cumplido con los justos". Y agregó que el salmo describe dos tipos de reacciones frente al Rey Supremo y a su entrada en la historia. Por una parte los idólatras y los ídolos caen al suelo confundidos y derrotados; por otra, los fieles (...) elevan gozosos un himno de alabanza".
Juan Pablo II terminó pronunciando estas palabras: "La venida del Reino de Dios es fuente de liberación para los oprimidos y de alegría para los justos de corazón. Durante la Pascua celebramos con esperanza renovada el poder de la gloria de Dios que se revela en la Resurrección, su juicio definitivo sobre el pecado y la muerte y la venida de su reino de santidad, de justicia y de paz".
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