Ciudad
del Vaticano, 7 de junio de 2014 (VIS).-''El deporte es una forma de
educación'', ha dicho el Papa Francisco a los miles de personas que
participaban esta tarde en la Plaza de San Pedro en la fiesta del
Centro Deportivo Italiano que celebra su setenta aniversario.
''Yo
veo tres caminos para los jóvenes y los niños'', explicó el Papa:
''El camino de la educación, el camino del deporte y el camino del
trabajo, es decir, que haya puestos de trabajo al principio de la
vida juvenil. Con estos tres caminos, os aseguro que no habrá
ninguna dependencia: nada de drogas, nada de alcohol. ¿Por qué?
Porque la escuela te lleva adelante, el deporte te lleva adelante
y el trabajo te lleva adelante. No os olvidéis de esto. A vosotros,
deportistas, a vosotros gerentes, y también a vosotros, hombres y
mujeres de la política: la educación, el deporte y puestos de
trabajo!''
Francisco
recalcó después la importancia de que el deporte fuera siempre un
juego, porque solo así' 'es bueno para el cuerpo y el espíritu''.
''Y si os gusta el deporte- añadió- os invito no sólo a jugar,
cómo ya hacéis, sino a algo más: a involucraros en la vida como
en el deporte. A entrar en juego también en la búsqueda del bien en
la Iglesia y en la sociedad, sin miedo, con valentía y entusiasmo. A
entrar en juego con los demás y con Dios; no os conforméis con un
"empate'' mediocre. Dad lo mejor de vosotros mismos.... por lo
que realmente es verdad y que dura para siempre. No os conforméis
... con una vida '' de empate mediocre'' . ¡Adelante, en busca de la
victoria!''
''En
los clubes -prosiguió- se aprende a aceptar. Se da la bienvenida a
cualquier atleta que quiera unirse a nosotros y se acogen unos a
otros. Insto a todos los dirigentes y entrenadores a ser, sobre todo,
gente acogedora, capaz de mantener la puerta abierta para dar a
todos, especialmente a los menos afortunados la oportunidad de
expresarse. Os deseo que sintáis el gusto, la belleza del juego en
equipo, que es muy importante para la vida. ¡No al
individualismo!.. Pertenecer a un club deportivo significa rechazar
todas las formas de egoísmo y aislamiento, es una oportunidad de
conocer y estar con los demás, para ayudarnos unos a otros, para
competir en la estima mutua y crecer en la fraternidad''.
El
Obispo de Roma recordó también que muchos educadores, sacerdotes y
monjas han partido del deporte para madurar después su vocación y
que son muchos los clubes que nacen y viven ''' a la sombra del
campanario'' . Y añadió: ''Si en una parroquia no hay un equipo
deportivo falta algo... El deporte en la comunidad puede ser una gran
herramienta misionera, donde la Iglesia se hace cercana a cada
persona para ayudarla a ser mejor y para encontrar a Jesucristo''.
''Os
pido, por favor -finalizó- que jueguen todos, no solo los mejores;
todos, con las ventajas y limitaciones de cada uno; más aún
ayudando a los más desfavorecidos, como hizo Jesús. Y os animo a
continuar, a través del deporte, vuestro compromiso con los niños
de las periferias de las ciudades: Además del balón para jugar,
podéis llevar también razones de esperanza y confianza''.
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