Ciudad
del Vaticano, 26 mayo 2014
(VIS).-El Papa Francisco y el Presidente del Estado de Israel, Shimon
Peres, se han encontrado esta mañana en el Palacio Presidencial .
Se ha tratado de un encuentro privado muy cordial durante el cual el
Santo Padre ha dicho al Presidente que quería añadir a las
bienaventuranzas una más: Bienaventurado el que entra en casa de un
hombre sabio y bueno, explicando que así se sentía él en ese
momento. Después, ambos se han dirigido al jardín del palacio para
plantar juntos un olivo, símbolo de la paz y, a continuación, ha
tenido lugar su encuentro público, en un palco instalado allí
donde les esperaban un centenar de niños de diversas religiones.
''Le
agradezco, Señor Presidente -ha dicho Francisco- la acogida que me
ha dispensado y sus amables palabras de saludo, y me complace poder
encontrarme con Usted nuevamente en Jerusalén, ciudad que custodia
los Lugares Santos apreciados por las tres religiones que adoran al
Dios que llamó a Abrahán. Los Lugares Santos no son museos o
monumentos para turistas, sino lugares donde las comunidades de
creyentes viven su fe, su cultura, sus obras de caridad. Por eso, se
deben salvaguardar para siempre en su sacralidad, tutelando así no
sólo el legado del pasado, sino también a las personas que los
visitan hoy y que los visitarán en el futuro. Que Jerusalén sea
verdaderamente la Ciudad de la paz. Que resplandezca plenamente su
identidad y su carácter sagrado, su valor universal religioso y
cultural, como tesoro para toda la humanidad. Qué bello que los
peregrinos y los residentes puedan acudir libremente a los Lugares
Santos y participar en las celebraciones''.
''Señor
Presidente, Usted es conocido como un hombre de paz y artífice de
paz -ha proseguido- Le manifiesto mi reconocimiento y mi admiración
por esta actitud. La construcción de la paz exige sobre todo el
respeto a la libertad y a la dignidad de la persona humana, que
judíos, cristianos y musulmanes consideran igualmente creada por
Dios y destinada a la vida eterna. A partir de este punto de
referencia que tenemos en común, es posible proseguir en el empeño
por una solución pacífica de las controversias y los conflictos. A
este respecto, renuevo el deseo de que se eviten, por parte de todos,
las iniciativas y los actos que contradicen la declarada voluntad de
alcanzar un verdadero acuerdo y de que no nos cansemos de perseguir
la paz con determinación y coherencia''.
''Se
debe rechazar firmemente -ha recalcado- todo lo que se opone al logro
de la paz y de una respetuosa convivencia entre judíos, cristianos y
musulmanes: el recurso a la violencia y al terrorismo, cualquier tipo
de discriminación por motivos raciales o religiosos, la pretensión
de imponer el propio punto de vista en perjuicio de los derechos del
otro, el antisemitismo en todas sus formas posibles, así como la
violencia o las manifestaciones de intolerancia contra personas o
lugares de culto judíos, cristianos y musulmanes''.
El
Santo Padre ha recordado que en el Estado de Israel ''viven y actúan
diversas comunidades cristianas. Son parte integrante de la sociedad
y participan como los demás en la vida civil, política y cultural.
Los fieles cristianos desean ofrecer, desde su propia identidad, su
aportación al bien común y a la construcción de la paz, como
ciudadanos de pleno derecho que, rechazando todo extremismo, se
esfuerzan por ser artífices de reconciliación y de concordia. Su
presencia y el respeto de sus derechos –como del resto de los
derechos de cualquier otra denominación religiosa o minoría- son
garantía de un sano pluralismo y prueba de la vitalidad de los
valores democráticos, de su arraigo en la praxis y en la vida
concreta del Estado''.
''Señor
Presidente - ha concluido el Papa improvisando -sabe
que yo rezo por Usted y yo sé que Usted reza por mí. Le
aseguro mi oración por las Instituciones y por todos los ciudadanos
de Israel. Cuente especialmente con mi constante súplica a Dios por
la consecución de la paz y con ella de los bienes inestimables que
la acompañan, como la seguridad, la tranquilidad de vida, y la
prosperidad, y la más bonita de
todas, la fraternidad. Dirijo finalmente mi pensamiento
a todos aquellos que sufren las consecuencias de las crisis aún
abiertas en la región medio-oriental, para que lo antes posible sean
aliviadas sus penalidades mediante la honrosa resolución de los
conflictos. Paz a Israel y a todo Oriente Medio. ¡Shalom!''.
Francisco,
una vez finalizado el encuentro, se ha desplazado al Pontificio
Instituto ''Notre Dame of Jerusalem Center'' -un centro de los Padres
Agustinos de la Asunción de Francai que acoge a los peregrinos en
Tierra Santa, considerado además un lugar ecuménico y prelatura
territorial cuyo prelado es el Delegado Apostólico en Jerusalén y
Palestina- donde ha recibido en audiencia privada al Primer ministro
de Israel Benjamin Netanyahu
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