Ciudad
del Vaticano, 7 diciembre 2013
(VIS).-El Papa ha recibido esta mañana en audiencia a una delegación
del Instituto Dignitatis Humanae que preside el cardenal Renato
Raffaele Martino y cuyo objetivo es “promover la dignidad humana
sobre la base de la verdad fundamental de que el hombre ha sido
creado a imagen y semejanza de Dios”.
“Por
lo tanto -ha observado el pontífice- se trata de una dignidad
originaria de cada hombre y mujer , insuprimible ... por cualquier
poder o ideología. Por desgracia , en nuestra época , tan rica de
esperanzas y conquistas, no faltan poderes y fuerzas que terminan
produciendo una cultura del descarte y esta tiende a convertirse en
la mentalidad común . En efecto, las víctimas de esa cultura son
los seres humanos más débiles y frágiles - los no nacidos, los
pobres, los ancianos enfermos, las personas con discapacidad grave
... - que son susceptibles de ser "descartados" ,
expulsados por un engranaje que tiene que ser eficiente a toda costa
. Este falso modelo de hombre y de sociedad actúa un ateísmo
práctico negando de hecho la Palabra de Dios”.
“En
cambio, si nos dejamos interpelar por esta Palabra y permitimos que
interpele nuestra conciencia personal y social, si dejamos que ponga
en tela de juicio nuestra forma de pensar y de actuar... entonces las
cosas pueden para cambiar . El poder de esta Palabra establece
límites a cualquier persona que quiera imponer su hegemonía,
ignorando los derechos y la dignidad de los demás . Al mismo
tiempo , da esperanza y consuelo a aquellos que no pueden defenderse
a sí mismos , que no tienen los medios intelectuales y prácticos
para afirmar el valor de su sufrimiento , de sus derechos, de su
propia vida.”
.
“La
Doctrina Social de la Iglesia , con su visión integral del hombre
como un ser personal y social, es vuestra “brújula" -ha
recordado el Papa a los miembros de Dignitatis Humanae- porque en
ella hay “un resultado particularmente significativo del largo
camino del Pueblo de Dios en la historia moderna y contemporánea :
allí están la defensa de la libertad religiosa , de la vida en
todas sus fases, del derecho al trabajo y al trabajo decente , de la
familia y de la educación”
“Sean
por tanto, bienvenidas todas las iniciativas como la vuestra , que
quieren ayudar a las personas, comunidades e instituciones para a
descubrir de nuevo el alcance ético y social del principio de la
dignidad humana, raíz de la libertad y la justicia. Para
conseguirlo es necesaria una obra de sensibilización y formación
para que los fieles laicos, en cualquier condición, y en especial
aquellos que se involucran en el campo político, piensen según el
Evangelio y la Doctrina social de la Iglesia y actúen de manera
coherente , dialogando y colaborando con todos los que, con
honestidad intelectual y sinceridad comparten , si no la fe , al
menos, una visión similar del hombre y de la sociedad y sus
consecuencias éticas. No son pocos los no cristianos y no creyentes
convencidos de que la persona humana debe ser siempre un fin y no un
medio”, ha concluido el Santo Padre.
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