Ciudad
del Vaticano, 8 de diciembre 2013 (VIS).-Este 8 de diciembre ha sido
la primera vez que el Papa Francisco ha cumplido el tradicional
homenaje a la Inmaculada Concepción en la romana Plaza de España. A
lo largo del trayecto, del Vaticano al centro de Roma, el Papa que
viajaba en su automóvil, ha recibido los calurosos saludos de los
romanos y, a su vez, ha saludado a los miles de personas agolpadas en
las calles adyacentes a la embajada de España ante la Santa Sede
donde se encuentra la estatua de la Virgen ante la cual los
pontífices depositan el día de la Inmaculada un ramo de flores.
También
como es tradicional, el Papa se ha detenido ante la iglesia de la
Santísima Trinidad de Via Condotti donde ha recibido el homenaje de
la asociación de comerciantes de esa calle y se ha dirigido a pie a
la Plaza donde ha abrazado a algunos niños y a diversos enfermos
que lo esperaban en silla de ruedas y estrechado la mano a muchas
personas. Después de saludar al cardenal Agostino Vallini, su
vicario para la ciudad de Roma y al alcalde de la capital, Ignazio
Marino, ha rezado una oración compuesta para este acto de veneración
que reproducimos a continuación:
“Virgen
Santa e Inmaculada,
a
Ti, que eres el orgullo de nuestro pueblo
y
el amparo maternal de nuestra ciudad,
nos
acogemos con confianza y amor.
Eres
toda belleza, María.
En
Ti no hay mancha de pecado.
Renueva
en nosotros el deseo de ser santos:
que
en nuestras palabras resplandezca la verdad,
que
nuestras obras sean un canto a la caridad,
que
en nuestro cuerpo y en nuestro corazón brillen la pureza y la
castidad,
que
en nuestra vida se refleje el esplendor del Evangelio.
Eres
toda belleza, María.
En
Ti se hizo carne la Palabra de Dios.
Ayúdanos
a estar siempre atentos a la voz del Señor:
que
no seamos sordos al grito de los pobres,
que
el sufrimiento de los enfermos y de los oprimidos no nos encuentre
distraídos,
que
la soledad de los ancianos y la indefensión de los niños no nos
dejen indiferentes,
que
amemos y respetemos siempre la vida humana.
Eres
toda belleza, María.
En
Ti vemos la alegría completa de la vida dichosa con Dios.
Haz
que nunca perdamos el rumbo en este mundo:
que
la luz de la fe ilumine nuestra vida,
que
la fuerza consoladora de la esperanza dirija nuestros pasos,
que
el ardor entusiasta del amor inflame nuestro corazón,
que
nuestros ojos estén fijos en el Señor, fuente de la verdadera
alegría.
Eres
toda belleza, María.
Escucha
nuestra oración, atiende a nuestra súplica:
que
el amor misericordioso de Dios en Jesús nos seduzca,
que
la belleza divina nos salve, a nosotros, a nuestra ciudad y al mundo
entero”.
Después
del acto de veneración, el Papa se ha trasladado a la basílica de
Santa María Mayor, como había anunciado durante el Ángelus, para
rezar ante la imagen de Maria “Salus populi romani”, por todos y,
especialmente, por los habitantes de la capital-
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