Ciudad
del Vaticano, 9 diciembre 2013
(VIS).-”Recemos para que en Tierra Santa y en todo Oriente Medio la
paz se alce de nuevo tras las paradas recurrentes y dramáticas y
que, en cambio, cesen por siempre la enemistad y las divisiones”.
Este ha sido el llamamiento del Papa durante la misa matutina en la
Casa de Santa Marta. Ha sido una celebración especial, concelebrada
con el Patriarca de Alejandria de los Coptos Católicos , Ibrahim
Isaac Sidrak, con motivo de la manifestación pública de la comunión
eclesiástica solicitada por el Patriarca y concedida en su día por
el Papa Benedicto XVI.
Francisco
ha retomado las palabras del profeta Isaías que hablan de un
despertar de los corazones en espera de la llegada gloriosa del
Señor, diciendo: “Sentimos que el llamamiento a los “temerosos
de corazón”, se dirige a cuantos en vuestra amada tierra de Egipto
experimentan la inseguridad y la violencia, a veces debido a su fe
cristiana: “Valor, no temáis”: éstas son las palabras de
consuelo que se confirman en nuestra solidaridad fraternal. Doy
gracias a Dios por este encuentro que me brinda la ocasión de
reforzar vuestra esperanza y la nuestra, porque es la misma”.
“El
Evangelio -ha continuado- nos presenta a Cristo que vence la
parálisis de la humanidad...Las parálisis de la conciencia son
contagiosas. Con la complicidad de las mezquindades de la historia y
de nuestro pecado, pueden expandirse y entrar en las estructuras
sociales y en las comunidades hasta bloquear pueblos enteros. Pero el
mandato de Cristo: “Levántate y anda”, puede trastocar la
situación”.
“Recemos
con confianza -ha pedido Francisco- para que se reanuden prontamente
los acuerdos de paz, a menudo paralizados por intereses contrapuestos
y oscuros. ¡Que finalmente se den garantías reales de libertad
religiosa a todos, junto con el derecho de los cristianos de vivir
serenamente allí donde han nacido, en la patria que aman como
ciudadanos desde hace dos mil años, para contribuir como siempre al
bien de todos. El Señor Jesús que experimentó con la Sagrada
Familia la fuga y fue acogido en vuestra generosa tierra, vele sobre
los egipcios que por los caminos del mundo buscan dignidad y
seguridad”.
“Y
vayamos siempre adelante, buscando al Señor, buscando caminos
nuevos...para acercanos a El. Y si hiciera falta abrir un agujero en
el techo para acercarnos todos al Señor -ha exclamado Francisco- que
nuestra imaginación creativa de la caridad nos lleve a hacerlo: a
encontrar y a construir caminos de encuentro, de hermandad, caminos
de paz”.
Por
su parte el Patriarca Sidrak ha subrayado que “en este delicado
momento histórico” la Iglesia en Egipto necesita “estar
sostenida por el abrazo paterno” del Papa. “En el tiempo en que
nos preparamos para celebrar la encarnación del Verbo -ha observado-
no puedo dejar de recordara los lazos históricos de mi tierra con
este misterio, desde el momento que fue Egipto el primer lugar de
acogida para la Sagrada Familia en fuga de la persecución de
Herodes. Ese rincón de la tierra entre el desierto y el Nilo ha
conocido y conoce todavía, el doloroso drama de tantas personas
deseosas de ser escuchadas y acogidas. Nuestra Iglesia está allí,
lista para acoger a cualquiera que llame a su puerta, a dar
hospitalidad a quien pide ayuda, a socorrer a los necesitados y
abandonados y a dar testimonio del Evangelio”.
“Y
que la luz de la santa Navidad -ha finalizado- sea la estrella que
revela el camino del amor, de la unidad, de la reconciliación y de
la paz, dones que mi tierra necesita tanto. Pido su bendición, Padre
Santo y le esperamos en Egipto”.
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