CIUDAD DEL VATICANO, 9 OCT 2006 (VIS).-Se ha publicado hoy la carta de Benedicto XVI al cardenal Edward Idris Cassidy, presidente emérito del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, con motivo de la reunión de los obispos australianos en Alice Springs (Australia) para conmemorar del 2 al 7 de octubre el vigésimo aniversario de la visita de Juan Pablo II a ese continente.
El Papa escribe que el recuerdo de esa visita brinda la oportunidad para "renovar los objetivos" y "proponer de nuevo los retos lanzados por Juan Pablo II", entre ellos, "la fidelidad a las valiosas tradiciones, la capacidad de adaptación de una cultura viva (...) y sobre todo la apertura de los corazones al mensaje consolador, purificante y elevado de Cristo".
"¿Cómo pueden abrazarse estos retos -prosigue -cuando hay tantas cosas que podrían conducir al desaliento o incluso a la desesperación? Al igual que Jesús, durante su estancia en la tierra (...) capturó la atención de los que le escucharon (...) porque causó una impresión profunda ya que enseñaba con autoridad, (...) toda comunidad humana necesita líderes fuertes e inspirados que guíen a los demás por el camino de la esperanza".
En este contexto el Santo Padre llama en causa a los ancianos de las comunidades exhortándoles a "ejercer con sabiduría la autoridad, siendo fieles a sus tradiciones (...) y mediante la expresión (...) de su profunda conciencia de Dios, posible gracias a la Buena Nueva de Jesucristo".
Benedicto XVI se dirige también a los jóvenes, instándoles a "mantener encendida la llama de la esperanza y a caminar derechos". "No permitáis que vuestros sueños- recalca- sean socavados por las voces que os proponen el uso del alcohol y las drogas como promesa de felicidad. Son falsas promesas que conducen sólo a un círculo de miseria y dependencia".
El Papa elogia los logros alcanzados por toda la comunidad en el "largo camino de reconciliación racial" y advierte que "nadie puede eximirse de este proceso. Si ninguna cultura puede utilizar como excusa los daños padecidos en el pasado para evitar hacer frente a las exigencias sociales actuales de sus gentes, es también verdad que solo con la disposición para aceptar la verdad histórica se puede comprender la realidad contemporánea y esperar un futuro armonioso".
"Por tanto -concluye-, animo nuevamente a todos los australianos a afrontar con compasión y decisión las causas profundas que subyacen en la grave situación que padecen todavía tantos ciudadanos aborígenes. El compromiso con la verdad abre el camino a la reconciliación duradera mediante el proceso (...) de pedir perdón y garantizarlo; dos elementos indispensables para la paz".
BXVI-CARTA/AUSTRALIA/CASSIDY VIS 20061009 (410)
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