Ciudad
del Vaticano, 24 de octubre de 2015 (Vis).-Los Padres Sinodales han
aprobado con una mayoría de dos tercios, es decir 177 votos sobre
265, la Relación final de la XIV Asamblea General Ordinaria del
Sínodo sobre la Familia, compuesta de 94 párrafos votados
individualmente. Sobre el documento, en italiano, que ha sido
autorizado para su publicación por el Papa Francisco, informó en un
briefing el Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Padre
Federico Lombardi S.I.
El
Padre Lombardi señaló que el texto tiene muy presentes las muchas
dificultades de las familias en esta época pero también su gran
capacidad de enfrentarlas y reaccionar ante ellas y que recoge
numerosos ''modos'' (enmiendas) presentados por los Padres
Sinodales, reflejando así la voz de toda la Asamblea.
Refiriéndose
a algunos párrafos específicos dedicados a situaciones familiares
complejas, citó dos, relativos a la pastoral de las familias
heridas o en situación irregular desde el punto de vista canónico y
de la disciplina de la Iglesia. En particular, las convivencias, los
matrimonios civiles, los divorciados y vueltos a casar, y la manera
de acercarse pastoralmente a estas situaciones. Esos dos puntos se
aprobaron con 178 y 180 votos, al límite de la mayoría, pero
siempre dentro del margen de los dos tercios.
El
tono del documento es positivo y acogedor y ha enriquecido
extraordinariamente, dijo el Padre Lombardi, el Instrumentun Laboris.
Asimismo, el Motu proprio del Papa sobre el proceso de reforma de la
nulidad del matrimonio ha supuestso una contribución eficaz y
decisiva al tema del Sínodo.
La
Relación final reafirma la doctrina de la indisolubilidad del
matrimonio sacramental, que no es un yugo, sino un don de Dios,
verdad fundada en Cristo y en su relación con la Iglesia. Al mismo
tiempo, se hace hincapié en que la verdad y la misericordia
convergen en Cristo. De aquí, la llamada a acoger a las familias
heridas. Sin citar expresamente el acceso a la Eucaristía para los
divorciados vueltos a casar, el documento sinodal recuerda que no
están excomulgados y solicita el discernimiento de los pastores en
el análisis de las situaciones familiares complejas. Un
discernimiento, subraya el texto, que se aplicará de acuerdo con la
enseñanza de la Iglesia, con la confianza de que la misericordia de
Dios no se niega a nadie. Por cuanto respecta a los conviventes se
reitera que su situación debe abordarse de una manera constructiva,
tratando de convertirla en una oportunidad de camino de conversión
hacia la plenitud del matrimonio y de la familia, a la luz del
Evangelio.
Otros
puntos destacados del documento son los relativos a homosexualidad.
Las personas con esas tendencias, dice la Relación, no deben ser
objeto de discriminación, pero al mismo tiempo afirma que la
Iglesia es contraria a las uniones entre personas del mismo sexo y
que no admite presiones externas sobre este punto. Hay párrafos
especiales dedicados a los inmigrantes, a los refugiados, a los
perseguidos, cuyas familias se disgregan y pueden llegar a ser
víctimas de la trata. También para ellos se invoca la acogida,
insistiendo en sus derechos, pero también en sus deberes con los
países que los acogen.
También
se habla específicamente de las mujeres, los hombres y niños,
ejes de la vida familiar reafirmando la necesidad de la tutela y
la valorización de los papeles de unos y otros . Se aboga por un
papel más importante de las mujeres en la formación de los
ministros ordenados mientras, hablando de los niños, se destaca la
belleza de la adopción y de la acogida, que reconstruyen los lazos
familiares rotos. El Sínodo, no se olvida de las viudas y viudos, de
los discapacitados, los ancianos y los abuelos, que permiten la
transmisión de la fe en la familia y que no deben considerarse ''un
descarte''. Se habla también de las personas solteras por su
compromiso en la Iglesia y en la sociedad.
Entre
las ''sombras'' que se proyectan sobre la familia en la época actual
el Sínodo cita el fanatismo político-religioso hostil al
cristianismo, el creciente individualismo, la ideología de género,
los conflictos, la persecución, la pobreza, la inseguridad laboral,
la corrupción, la coerción económica que excluye a la familia de
la educación y la cultura, la globalización de la indiferencia que
pone al dinero y no al ser humano en el centro de la sociedad, la
pornografía y el descenso de la natalidad,
La
Relación recoge posteriormente las sugerencias para reforzar la
preparación para el matrimonio, especialmente de los jóvenes que
parecen intimidados. Insiste en la necesidad de una formación
adecuada de la afectividad, siguiendo la virtud de la castidad y el
don de sí. En este contexto, se señala la conexión entre el acto
sexual y el acto de la procreación entre los cónyuges, del que los
hijos son el fruto más precioso, porque llevan en sí la memoria y
la esperanza de un acto de amor. Otro vínculo que se reafirma es el
de la vocación familiar y la vocación a la vida consagrada.
También es clave la educación a la sexualidad, a la corporeidad y
la promoción de la paternidad responsable, siguiendo las enseñanzas
de Pablo VI en la "Humanae Vitae", y el papel primordial
de los padres en educar a sus hijos en la fe.
Hay
un llamamiento a las instituciones para que promuevan y apoyen
políticas familiares , mientras a los católicos que participan en
la política se les insta a proteger a la familia y a la vida, porque
una sociedad que las descuida pierde su apertura al futuro. En este
sentido, el Sínodo reafirma el carácter sagrado de la vida desde la
concepción hasta la muerte natural y advierte de las serias amenazas
a la familia como el aborto y la eutanasia. Otras secciones están
dedicadas a los matrimonios mixtos, de los cuales se subrayan los
aspectos positivos para la promoción del diálogo ecuménico e
interreligioso, mientras se confirma igualmente la necesidad de
proteger la libertad religiosa y el derecho a la objeción de
conciencia dentro de la sociedad.
Una
amplia reflexión se dedica a la necesidad de modificar el lenguaje
de la Iglesia, haciéndolo más significativo para que el anuncio
del Evangelio de la familia responda realmente a las aspiraciones
más profundas del ser humano. No se trata solamente de presentar una
normativa, sino de anunciar la gracia que da la capacidad de vivir
los bienes de la familia.
Por
último, el informe hace hincapié en la belleza de la familia:
iglesia doméstica basada en el matrimonio entre hombre y mujer,
célula fundamental de la sociedad a cuyo crecimiento contribuye,
puerto seguro de los sentimientos más profundos, único punto de
conexión en una época fragmentada, parte integral de la ecología
humana que debe ser protegida, apoyada y alentada, también por parte
de las autoridades.
El
documento concluye con la petición de los Padres sinodales al Papa
de que considere la posibilidad de emitir un documento sobre la
familia. El director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede explica
al respecto: "Los Padres sinodales no dicen que todo ha
terminado sino que afirman: ''Ofrecemos la Relación al al Santo
Padre para que evalúe si si es el caso de proseguir el camino con
un documento suyo que, sobre la base del documento sinodal,
profundice aún más en el tema de la familia según la perspectiva
que él quiera dar''. Seguimos en camino ".
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