Ciudad
del Vaticano, 20 de abril 2015 (VIS).-Por primera vez una delegación
de la Conferencia de Rabinos Europeos, que preside el rabino Pinchas
Goldschmidt, ha encontrado en el Vaticano al Sucesor de Pedro. El
Papa Francisco, que los ha recibido esta mañana ha manifestado su
alegría por este evento y, al mismo tiempo, les ha dado el pésame,
que ha hecho extensivo a la comunidad judía de Roma, por la muerte
ayer domingo del ex gran Rabino de Roma, Elio Toaff, ''hombre de paz
y diálogo'' que dio la bienvenida el Papa Juan Pablo II en su
histórica visita a la Gran Sinagoga de Roma en abril de 1986. Por
ese motivo, el actual rabino jefe de Roma, Riccardo Di Segni, no
estuvo presente en el encuentro
En
el discurso que dirigió a la delegación, el Papa subrayó que el
diálogo entre la Iglesia católica y las Comunidades Judías
continua su curso desde hace medio siglo y que el 28 de octubre se
celebrará el quincuagésimo aniversario de la Declaración Conciliar
''Nostra Aetate'' que sigue siendo el punto de referencia de todo
esfuerzo en esa dirección. ''Con gratitud al Señor -dijo- pensamos
en estos años alegrándonos por los progresos conseguidos y por la
amistad que, mientras tanto, ha ido creciendo entre nosotros''.
''Hoy,
en Europa -prosiguió- es cada vez más importante resaltar la
dimensión espiritual y religiosa de la vida humana. En una sociedad
cada vez más marcada por el secularismo y amenazada por el ateísmo,
se corre el riesgo de vivir como si Dios no existiera. El hombre
siente a menudo la tentación de tomar el lugar de Dios, de
considerarse el criterio de todo, de pensar que puede controlar
todo, de sentirse autorizado a usar todo lo que le rodea según su
arbitrio. En cambio, es muy importante recordar que nuestra vida es
un don de Dios, y que a el debemos confíarnos y dirigirnos siempre.
Judios y cristianos tienen el don y la responsabilidad de contribuir
a mantener vivo el sentido religioso de la humanidad de hoy y de
nuestra sociedad, dando testimonio de la santidad de Dios y de la
vida humana: Dios es santo y sagrada e inviolable es la vida que nos
ha dado''.
Francisco
manifestó su preocupación por las tendencias antisemitas y algunos
actos de odio y violencia en la Europa actual y afirmó que ''todo
cristiano debe deplorar firmamente cualquier forma de antisemitismo,
expresando su solidaridad con el pueblo judío''. También recordó
que hace poco se conmemoró el 70 aniversario de la liberación del
campo de concentración de Auschwitz, ''donde se consumó la gran
tragedia de la Shoah. La memoria de lo sucedido, en el corazón de
Europa -afirmó- debe ser una advertencia a las generaciones
presentes y futuras. Igualmente hay que condenar, en cualquier otro
lugar, las manifestaciones de odio y de violencia contra los
cristianos y contra los fieles de otras religiones''.
''Queridos
amigos -concluyó- Os doy las gracias de todo corazón por esta
visita, muy significativa. Os deseo lo mejor para vuestras
comunidades, asegurando mi cercanía y mi oración. Y, por favor, no
os olvidéis de rezar por mí.¡Shalom Alechem!''.
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