Ciudad
del Vaticano, 2 junio 2014
(VIS).- ''La Iglesia en vuestro país se ha mantenido firmemente
unida a su gente , tanto antes como después de la independencia y
ahora también en estos años de sufrimiento abrumador en que
millones de personas han abandonado el país en la frustración y la
desesperación, en que muchas vidas se han perdido y tantas lágrimas
se han derramado'', escribe el Papa Francisco en el discurso que ha
entregado esta mañana a los obispos de la Conferencia Episcopal de
Zimbabwe, al final de su quinquenal visita ad Limina.
El
Santo Padre, reflexiona sobre el crecimiento de la Iglesia en ese
país, parecido al de un árbol joven y fuerte, lleno de vida que ha
dado fruto y no deja de mencionar que muchas generaciones, entre
ellas miembros de la clase política, se han educado en las escuelas
católicas. Después elogia a los prelados porque, en el ejercicio
de su ministerio profético, han dado voz a todas las personas que
sufren en Zimbabwe , en especial a los oprimidos y los refugiados
como dejaron patente en la Carta Pastoral de 2007 titulada ''Dios
escucha el grito del oprimido'', en que afirmaban que los orígenes
de la crisis que sacudía a la nación era a la vez espiritual y
moral ''partiendo desde la época colonial hasta el momento presente
y cómo las " estructuras de pecado " incrustadas en el
orden social estuvieran en última instancia enraizadas en el pecado
personal , lo que requiere de todos una profunda conversión
personal''.
''Hay
cristianos -prosigue- en todas las partes del conflicto en
Zimbabwe, y por eso os insto a guiar a todos con gran ternura hacia
la unidad y la sanación: es un pueblo sea blanco que negro, donde
algunos son más ricos, pero la mayoría es extremadamente pobre,
proceden de de numerosas tribus; los seguidores de Cristo pertenecen
a todos los partidos políticos , algunos en posiciones de autoridad
, muchos no . Pero en conjunto como el único Pueblo de Dios
peregrino, necesitan conversión y sanación, con el fin de llegar a
ser cada vez más plenamente " un solo cuerpo , un solo espíritu
en Cristo" . Ojalá vuestras Iglesias locales a través de la
predicación y las obras de apostolado, demuestren que " la
reconciliación no es un acto aislado, sino un largo proceso por el
cual todas las partes son restablecidas en el amor - un amor que sana
a través del la obra de la palabra de Dios''.
''Si
bien la fidelidad de los zimbabuenses es ya un bálsamo para algunas
estas heridas nacionales , sé que muchas personas han llegado a su
límite humano , y no saben a quién recurrir. En medio de todo esto,
os pido que animéis a los fieles a no olvidar nunca que Dios
escucha sus súplicas y responde a sus oraciones porque, como habéis
escrito no puede dejar de escuchar el clamor de los pobres . En este
tiempo de Pascua, en que la Iglesia en todo el mundo celebra la
victoria de Cristo sobre el poder del pecado y de la muerte , el
Evangelio de la resurrección, que estáis encargados de proclamar
debe ser claramente predicado y vivido en Zimbabwe. No olvidemos
nunca la lección de la resurrección : ''En un campo arrasado vuelve
a aparecer la vida, tozuda e invencible. Habrá muchas cosas negras,
pero el bien siempre tiende a volver a brotar y a difundirse. Cada
día en el mundo renace la belleza, que resucita transformada a
través de las tormentas de la historia'', concluye Francisco citando
su exhortación apostólica Evangelii Gaudium.
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