Ciudad
del Vaticano, 1 de diciembre 2012 (VIS).-A las 17.30 en la basílica
vaticana, Benedicto XVI ha presidido las primeras vísperas de
Adviento con los universitarios de los ateneos romanos y de las
academias pontificias en Roma en ocasión del inicio del Año
académico.
En
la homilía pronunciada el Santo Padre señaló que “el entero
camino del año de la Iglesia está orientado a descubrir y a vivir
la fidelidad del Dios de Jesucristo que en la gruta de Belén se
presentará ante nosotros, una vez más, con el rostro de un niño.
Toda la historia de la salvación es un recorrido de amor, de
misericordia y de benevolencia: de la creación a la liberación del
pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto, de la entrega de la Ley
en el Sinaí, al regreso a la patria de la esclavitud de Babilonia
(...)Dios no se ha cerrado en su Cielo, sino que se ha inclinado
sobre las vicisitudes del hombre: un misterio tan grande que supera
cualquier expectativa (...) Y todo gracias a su amor fiel por la
humanidad (...) "Dios es amor" (...) Este Dios en Jesús de
Nazaret asume en Sí a toda la humanidad y a su historia y le da un
curso nuevo y decisivo, hacia un nuevo ser persona humana,
caracterizado por el ser engendrado por Dios y por tender hacia Él”.
“El
año litúrgico que iniciamos con estas Vísperas- ha dicho
dirigiéndose a los estudiantes- será también para vosotros el
camino en que una vez más, reviviréis el misterio de esta
fidelidad de Dios, sobre la que estáis llamados a construir como
sobre una roca segura, vuestras vida. Celebrando y viviendo con toda
la Iglesia este itinerario de fe, sabréis que Jesucristo es el único
Señor del cosmos y de la historia, sin el cual cualquier
construcción humana podría desvanecerse en la nada. La liturgia,
vivida en su verdadero espíritu, es siempre la escuela fundamental
para vivir la fe cristiana, una fe "teologal", que atañe a
todo vuestro ser - espíritu, alma y cuerpo - para convertiros en
piedras vivas en la construcción de la Iglesia y en colaboradores de
la nueva evangelización”.
“Vivimos
en un contexto - ha continuado- en el que a menudo nos encontramos
con la indiferencia hacia Dios. Pero pienso que en lo más profundo
de cuántos (...) viven la lejanía de Dios, haya una nostalgia
interior de infinito, de transcendencia. Vuestra es la tarea de
testimoniar en las aulas universitarias al Dios cercano, que se
manifiesta también en la búsqueda de la verdad, alma de todo empeño
intelectual (...)La fe es la puerta que Dios abre en nuestra vida
para llevarnos al encuentro con Cristo, en el que el hoy del hombre
se encuentra con el hoy de Dios. La fe cristiana no es adhesión a un
dios genérico o indefinido, sino al Dios vivo que en Jesucristo,
Verbo hecho carne, ha entrado en nuestra historia y se ha revelado
como el Redentor del hombre. Creer significa confiar la propia vida a
Aquel que sólo puede darle plenitud en el tiempo y abrirla a una
esperanza más allá del tiempo”.
“Invito
a toda la comunidad académica de Roma a reflexionar sobre la fe, en
este año de la fe -ha dicho el Papa-. El diálogo constante entre
las Universidades estatales o privadas y las pontificias deja esperar
en una presencia cada vez más significativa de la Iglesia en el
ámbito de la cultura, no solo romana, sino también italiana e
internacional”.
El
pontífice ha concluido recordando a los universitarios que también
la próxima Jornada Mundial de la Juventud en Rio de Janeiro será
para ellos “una gran ocasión para manifestar la fecundidad
histórica de la fidelidad a Dios, ofreciendo vuestro testimonio y
vuestro compromiso para la renovación moral y social del mundo”.
Al
final de la ceremonia la delegación de la Universidad de Roma 3 ha
entregado el icono de María Sedes Sapientiae a la delegación
universitaria de Brasil, el país que acogerá la próxima JMJ.
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