CIUDAD DEL VATICANO, 14 DIC 2007 (VIS).-Ayer por la tarde, tras la celebración eucarística en la basílica vaticana presidida por el cardenal Camillo Ruini, vicario general para la diócesis de Roma, para los estudiantes universitarios de los ateneos romanos en preparación para la Navidad, el Santo Padre tuvo un encuentro con ellos.
En su discurso, el Papa ofreció dos reflexiones: una sobre el camino de la formación espiritual de los jóvenes y otra sobre su reciente encíclica "Spe salvi".
El Santo Padre observó que 150 universitarios de la diócesis de Roma habían decidido recibir el Sacramento de la Confirmación en la próxima vigilia de Pentecostés. Dirigiéndose a ellos y a todos los demás jóvenes presentes, el Papa les invitó a "fijar la mirada en la Virgen María y a aprender de su "sí" -dijo- a pronunciar también vuestro "sí" a la llamada divina. El Espíritu Santo entra en nuestra vida en la medida en que le abrimos el corazón de nuestro "sí": cuanto más pleno es el "sí", más pleno es el don de su presencia".
Refiriéndose a su encíclica sobre la esperanza cristiana, Benedicto XVI invitó a los universitarios a reflexionar y a afrontar, también en grupo, la parte dedicada a la esperanza en la época moderna.
El Papa subrayó que "en el siglo XVII, Europa experimentó un auténtico cambio histórico importante y desde entonces se ha ido consolidado cada vez más una mentalidad según la cual el progreso humano es obra de la ciencia y de la técnica, mientras que la fe serviría solo a la salvación del alma".
"Las dos grandes ideas-fuerza de la modernidad, la razón y la libertad se han "desenganchado" de Dios para convertirse en autónomas y cooperar a la construcción del "reino del hombre", prácticamente contrapuesto al Reino de Dios. De esta manera se ha difundido una mentalidad materialista, alimentada por la esperanza de que, cambiando las estructuras económicas y políticas, puede nacer finalmente una sociedad justa, donde reine la paz, la libertad y la igualdad".
Benedicto XVI señaló que "este proceso, que no carece de valores y razones históricas, contiene sin embargo un error de fondo: el ser humano, no es únicamente el producto de determinadas condiciones económicas o sociales; y el progreso técnico no coincide con el crecimiento moral de las personas; es más, sin los principios éticos, la ciencia, la técnica y la política pueden ser usadas -como ha sucedido y como, por desgracia todavía sucede- no para crear el bien, sino para causar el mal de las personas y de la humanidad".
AC/.../UNIVERSITARIOS ROMA VIS 20071214 (430)
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