CIUDAD DEL VATICANO, 11 ABR 2007 (VIS).-Más de 50.000 personas asistieron hoy en la Plaza de San Pedro a la audiencia general de los miércoles. El Papa, que llegó a la Plaza en helicóptero desde la residencia de Castel Gandolfo, dedicó la catequesis al tiempo pascual.
Tras renovar a los fieles sus mejores deseos de Pascua, Benedicto XVI habló de las diversas apariciones de Jesús después de la resurrección que constituyen "también para nosotros una invitación a profundizar el mensaje pascual (...) y a recorrer el itinerario espiritual de cuantos encontraron a Cristo y lo reconocieron en aquellos primeros días".
El Papa recordó la carrera entre San Juan y San Pedro para llegar al sepulcro, después de que María Magdalena les diese la noticia de la resurrección y explicó que los Padres de la Iglesia consideraban "esa rápida carrera hacia la tumba vacía una exhortación a la única competición legítima entre los creyentes: la de la búsqueda de Cristo". Refiriéndose a la Magdalena, el Santo Padre subrayó que reconoció a Jesús "cuando El la llama por su nombre".
"También nosotros, si buscamos al Señor con ánimo sencillo y sincero lo encontraremos. Más aún, será El mismo a salir a nuestro encuentro (...) nos llamará por nombre (...) nos hará entrar en la intimidad de su amor". Y, al igual que los apóstoles "estamos llamados a ser testigos de la muerte y la resurrección de Cristo. No podemos guardarnos la gran noticia, tenemos que difundirla al mundo entero".
"Si los apóstoles tenían a Jesús en su mesa", dijo el pontífice recordando la cena en Emáus, "nosotros lo tenemos en nuestra alma". Ahora bien, aclaró Benedicto XVI, "cuando el autor sacro nos dice que Jesús se mostró vivo, esto no significa que volvió a la vida anterior, como en el caso de Lázaro: la Pascua es pasaje, no regreso. Jesús no regresó a su condición precedente, atravesó una frontera hacia una condición gloriosa nueva y definitiva".
Cuando Jesús dice a María Magdalena "no me detengas, todavía no he subido al Padre", esas palabras, observó el Papa, parecen estar en contraste con la invitación a Tomás de mete el dedo en su costado para constatar que estaba vivo, pero "no es así. María Magdalena quisiera tener a su Maestro como antes, pensando que la cruz es un dramático recuerdo que hay que olvidar. Pero ya no hay lugar para una relación meramente humana con el Resucitado. Para encontrarlo no hay que retroceder, sino relacionarse con El de forma nueva. Hay que mirar adelante" .Cristo muestra a Tomás sus heridas "no para olvidar la Cruz sino para hacerla inolvidable (...) La misión del apóstol es ser testigo de la muerte de Jesús y de su paso a una vida nueva".
AG/RESURRECCION/... VIS 20070411 (470)
Tras renovar a los fieles sus mejores deseos de Pascua, Benedicto XVI habló de las diversas apariciones de Jesús después de la resurrección que constituyen "también para nosotros una invitación a profundizar el mensaje pascual (...) y a recorrer el itinerario espiritual de cuantos encontraron a Cristo y lo reconocieron en aquellos primeros días".
El Papa recordó la carrera entre San Juan y San Pedro para llegar al sepulcro, después de que María Magdalena les diese la noticia de la resurrección y explicó que los Padres de la Iglesia consideraban "esa rápida carrera hacia la tumba vacía una exhortación a la única competición legítima entre los creyentes: la de la búsqueda de Cristo". Refiriéndose a la Magdalena, el Santo Padre subrayó que reconoció a Jesús "cuando El la llama por su nombre".
"También nosotros, si buscamos al Señor con ánimo sencillo y sincero lo encontraremos. Más aún, será El mismo a salir a nuestro encuentro (...) nos llamará por nombre (...) nos hará entrar en la intimidad de su amor". Y, al igual que los apóstoles "estamos llamados a ser testigos de la muerte y la resurrección de Cristo. No podemos guardarnos la gran noticia, tenemos que difundirla al mundo entero".
"Si los apóstoles tenían a Jesús en su mesa", dijo el pontífice recordando la cena en Emáus, "nosotros lo tenemos en nuestra alma". Ahora bien, aclaró Benedicto XVI, "cuando el autor sacro nos dice que Jesús se mostró vivo, esto no significa que volvió a la vida anterior, como en el caso de Lázaro: la Pascua es pasaje, no regreso. Jesús no regresó a su condición precedente, atravesó una frontera hacia una condición gloriosa nueva y definitiva".
Cuando Jesús dice a María Magdalena "no me detengas, todavía no he subido al Padre", esas palabras, observó el Papa, parecen estar en contraste con la invitación a Tomás de mete el dedo en su costado para constatar que estaba vivo, pero "no es así. María Magdalena quisiera tener a su Maestro como antes, pensando que la cruz es un dramático recuerdo que hay que olvidar. Pero ya no hay lugar para una relación meramente humana con el Resucitado. Para encontrarlo no hay que retroceder, sino relacionarse con El de forma nueva. Hay que mirar adelante" .Cristo muestra a Tomás sus heridas "no para olvidar la Cruz sino para hacerla inolvidable (...) La misión del apóstol es ser testigo de la muerte de Jesús y de su paso a una vida nueva".
AG/RESURRECCION/... VIS 20070411 (470)
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