CIUDAD DEL VATICANO, 24 MAR 2007 (VIS).-El Papa recibió este mediodía en la Plaza de San Pedro a 80.000 personas de más de 50 países, participantes en la peregrinación promovida por la Fraternidad de Comunión y Liberación con motivo del XXV aniversario del reconocimiento pontificio de esta institución.
El Santo Padre comenzó su discurso recordando que hace dos años presidió, en nombre de Juan Pablo II, el funeral por monseñor Luigi Giussani, fundador de CL, en la catedral de Milán. "El Espíritu Santo -dijo- ha suscitado en la Iglesia, a través de él, un Movimiento que testimoniase la belleza de ser cristianos en una época en que se estaba difundiendo la opinión de que el cristianismo fuese algo costoso y difícil de vivir". Don Giussani repetía que "sólo Cristo es el camino hacia la realización de los deseos del corazón del ser humano".
Benedicto XVI afirmó que en uno de los encuentros que mantuvo con los miembros de CL, su predecesor puso de relieve que "la original intuición pedagógica de este Movimiento se halla en volver a proponer de modo fascinante y en sintonía con la cultura contemporánea, el acontecimiento cristiano, percibido como fuente de nuevos valores y capaz de orientar toda la existencia".
"Comunión y Liberación -continuó- es una experiencia comunitaria de la fe, nacida en la Iglesia no por una voluntad organizativa de la jerarquía, sino originada por un encuentro renovado con Cristo, y así, podemos decir, por un impulso que deriva últimamente del Espíritu Santo. Hoy todavía sigue siendo una posibilidad para vivir en modo profundo y actualizado la fe cristiana, por una parte con una fidelidad total y comunión con el Sucesor de Pedro y con los pastores que aseguran el gobierno de la Iglesia; por otra, con una espontaneidad y una libertad que permiten nuevas y proféticas realizaciones apostólicas y misioneras".
Tras hacer hincapié en que la realidad de los Movimientos eclesiales es "un signo de la fecundidad del Espíritu del Señor", el Papa recordó lo que dijo recientemente durante un encuentro con los párrocos de Roma, refiriéndose a la invitación de san Pablo a "no apagar los carismas": "Si el Señor nos da nuevos dones debemos serle gratos, aunque a veces resulten incómodos".
El Santo Padre también recordó la consigna que les confió Juan Pablo II en otra ocasión: "Id por todo el mundo a llevar la verdad, la belleza y la paz, que se encuentran en Cristo Redentor". Don Giussani hizo de aquellas palabras el programa de todo el Movimiento y para Comunión y Liberación fue el inicio de una estación misionera que os ha llevado a 80 países. Hoy -terminó- yo os invito a seguir por este camino, con una fe profunda, personalizada y sólidamente enraizada en el Cuerpo de Cristo vivo, la Iglesia, que garantiza la contemporaneidad de Jesús con nosotros".
AC/.../COMUNION Y LIBERACION VIS 20070326 (490)
El Santo Padre comenzó su discurso recordando que hace dos años presidió, en nombre de Juan Pablo II, el funeral por monseñor Luigi Giussani, fundador de CL, en la catedral de Milán. "El Espíritu Santo -dijo- ha suscitado en la Iglesia, a través de él, un Movimiento que testimoniase la belleza de ser cristianos en una época en que se estaba difundiendo la opinión de que el cristianismo fuese algo costoso y difícil de vivir". Don Giussani repetía que "sólo Cristo es el camino hacia la realización de los deseos del corazón del ser humano".
Benedicto XVI afirmó que en uno de los encuentros que mantuvo con los miembros de CL, su predecesor puso de relieve que "la original intuición pedagógica de este Movimiento se halla en volver a proponer de modo fascinante y en sintonía con la cultura contemporánea, el acontecimiento cristiano, percibido como fuente de nuevos valores y capaz de orientar toda la existencia".
"Comunión y Liberación -continuó- es una experiencia comunitaria de la fe, nacida en la Iglesia no por una voluntad organizativa de la jerarquía, sino originada por un encuentro renovado con Cristo, y así, podemos decir, por un impulso que deriva últimamente del Espíritu Santo. Hoy todavía sigue siendo una posibilidad para vivir en modo profundo y actualizado la fe cristiana, por una parte con una fidelidad total y comunión con el Sucesor de Pedro y con los pastores que aseguran el gobierno de la Iglesia; por otra, con una espontaneidad y una libertad que permiten nuevas y proféticas realizaciones apostólicas y misioneras".
Tras hacer hincapié en que la realidad de los Movimientos eclesiales es "un signo de la fecundidad del Espíritu del Señor", el Papa recordó lo que dijo recientemente durante un encuentro con los párrocos de Roma, refiriéndose a la invitación de san Pablo a "no apagar los carismas": "Si el Señor nos da nuevos dones debemos serle gratos, aunque a veces resulten incómodos".
El Santo Padre también recordó la consigna que les confió Juan Pablo II en otra ocasión: "Id por todo el mundo a llevar la verdad, la belleza y la paz, que se encuentran en Cristo Redentor". Don Giussani hizo de aquellas palabras el programa de todo el Movimiento y para Comunión y Liberación fue el inicio de una estación misionera que os ha llevado a 80 países. Hoy -terminó- yo os invito a seguir por este camino, con una fe profunda, personalizada y sólidamente enraizada en el Cuerpo de Cristo vivo, la Iglesia, que garantiza la contemporaneidad de Jesús con nosotros".
AC/.../COMUNION Y LIBERACION VIS 20070326 (490)
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