CIUDAD DEL VATICANO, 10 DIC 2006 (VIS).-A las doce del mediodía el Santo Padre se asomó a la ventana de su estudio que da a la Plaza de San Pedro para rezar el Angelus con los peregrinos allí reunidos.
El Papa recordó que pocas horas antes había inaugurado en Roma la nueva iglesia parroquial "María, estrella de la evangelización". "Es un evento -dijo- que (...) adquiere un significado simbólico dentro del tiempo litúrgico de Adviento. (...) En estos días la liturgia nos recuerda constantemente que "Dios viene" a visitar a su pueblo".
"La iglesia-edificio es un signo concreto de la Iglesia-comunidad, formada por las "piedras vivas" que son los creyentes" -explicó el Santo Padre- y mencionó que "San Pedro y San Pablo resaltan que "la piedra angular" de este templo espiritual es Cristo y que, unidos con El (...) también nosotros estamos llamados a participar en la edificación de este templo vivo. Si bien Dios tome la iniciativa de venir a habitar en medio de los seres humanos y es siempre el artífice principal de este proyecto, también es verdad que no quiere realizarlo sin nuestra colaboración activa. Por lo tanto, prepararse a la Navidad significa comprometerse en la construcción de "la morada de Dios con los seres humanos". (...) Al final de los tiempos será completada y será la "Jerusalén celeste".
"El Adviento nos invita a dirigir la mirada hacia la "Jerusalén celeste", que es la meta de nuestra peregrinación terrenal. Al mismo tiempo, nos exhorta a comprometernos a través de la oración, la conversión y las buenas obras a acoger a Jesús en nuestras vidas para construir con El ese edificio espiritual del que cada uno de nosotros -nuestras familias y nuestras comunidades- somos piedras preciosas".
Una vez rezado el Angelus, el Santo Padre manifestó su preocupación por la situación en Oriente Medio, donde "se alternan posibilidades de solución de las crisis que atormentan a esa región, con tensiones y dificultades que hacen temer nuevas violencias".
"Mención especial merece el Líbano, en cuyo suelo, hoy como ayer, "están llamados a vivir juntos hombres y mujeres diferentes en el ámbito cultural y religioso, para edificar una nación de diálogo y convivencia y para contribuir al bien común", dijo citando la Exhortación Apostólica post-sinodal "Una nueva esperanza para Líbano", de Juan Pablo II. "De ahí que frente a los recientes acontecimientos, comparto la fuerte aprensión manifestada por el patriarca, Su Beatitud el cardenal Nasrallah Pier Sfeir y por los obispos maronitas en un comunicado publicado el pasado miércoles".
"Con ellos, pido a los libaneses y a sus responsables políticos que piensen en primer lugar exclusivamente en el bien del país y en la armonía entre sus comunidades, para alcanzar esa unidad que es responsabilidad de todos y cada uno y que requiere esfuerzos pacientes y perseverantes, además de un diálogo confiado y permanente".
"Auspicio que la comunidad internacional -concluyó el Papa-, ayude a encontrar las urgentes soluciones pacíficas y equitativas necesarias para Líbano y Oriente Medio, mientras invito a todos a la oración en este momento tan grave".
ANG/ADVIENTO:LIBANO/... VIS 20061211 (490)
El Papa recordó que pocas horas antes había inaugurado en Roma la nueva iglesia parroquial "María, estrella de la evangelización". "Es un evento -dijo- que (...) adquiere un significado simbólico dentro del tiempo litúrgico de Adviento. (...) En estos días la liturgia nos recuerda constantemente que "Dios viene" a visitar a su pueblo".
"La iglesia-edificio es un signo concreto de la Iglesia-comunidad, formada por las "piedras vivas" que son los creyentes" -explicó el Santo Padre- y mencionó que "San Pedro y San Pablo resaltan que "la piedra angular" de este templo espiritual es Cristo y que, unidos con El (...) también nosotros estamos llamados a participar en la edificación de este templo vivo. Si bien Dios tome la iniciativa de venir a habitar en medio de los seres humanos y es siempre el artífice principal de este proyecto, también es verdad que no quiere realizarlo sin nuestra colaboración activa. Por lo tanto, prepararse a la Navidad significa comprometerse en la construcción de "la morada de Dios con los seres humanos". (...) Al final de los tiempos será completada y será la "Jerusalén celeste".
"El Adviento nos invita a dirigir la mirada hacia la "Jerusalén celeste", que es la meta de nuestra peregrinación terrenal. Al mismo tiempo, nos exhorta a comprometernos a través de la oración, la conversión y las buenas obras a acoger a Jesús en nuestras vidas para construir con El ese edificio espiritual del que cada uno de nosotros -nuestras familias y nuestras comunidades- somos piedras preciosas".
Una vez rezado el Angelus, el Santo Padre manifestó su preocupación por la situación en Oriente Medio, donde "se alternan posibilidades de solución de las crisis que atormentan a esa región, con tensiones y dificultades que hacen temer nuevas violencias".
"Mención especial merece el Líbano, en cuyo suelo, hoy como ayer, "están llamados a vivir juntos hombres y mujeres diferentes en el ámbito cultural y religioso, para edificar una nación de diálogo y convivencia y para contribuir al bien común", dijo citando la Exhortación Apostólica post-sinodal "Una nueva esperanza para Líbano", de Juan Pablo II. "De ahí que frente a los recientes acontecimientos, comparto la fuerte aprensión manifestada por el patriarca, Su Beatitud el cardenal Nasrallah Pier Sfeir y por los obispos maronitas en un comunicado publicado el pasado miércoles".
"Con ellos, pido a los libaneses y a sus responsables políticos que piensen en primer lugar exclusivamente en el bien del país y en la armonía entre sus comunidades, para alcanzar esa unidad que es responsabilidad de todos y cada uno y que requiere esfuerzos pacientes y perseverantes, además de un diálogo confiado y permanente".
"Auspicio que la comunidad internacional -concluyó el Papa-, ayude a encontrar las urgentes soluciones pacíficas y equitativas necesarias para Líbano y Oriente Medio, mientras invito a todos a la oración en este momento tan grave".
ANG/ADVIENTO:LIBANO/... VIS 20061211 (490)
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