CIUDAD DEL VATICANO, 8 DIC 2006 (VIS).-Hoy, solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, Benedicto XVI se asomó a mediodía a la ventana de su estudio para rezar el Angelus con los peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro.
La Inmaculada Concepción, dijo el Papa, es "una de las fiestas de la bienaventurada Virgen más bellas y populares", y recordó que "María no sólo no cometió ningún pecado, sino que fue preservada incluso de esa herencia común del género humano que es la culpa original, debido a la misión a la que Dios la había destinado desde siempre: ser la Madre del Redentor.".
Benedicto XVI explicó que el fundamento bíblico del dogma de la Inmaculada Concepción se encuentra en las palabras que el Ángel dirigió a la muchacha de Nazaret: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo". "Llena de gracia" (...) es el más hermoso nombre de María, un nombre que Dios mismo le dio para indicar que es desde siempre y para siempre la amada, la elegida, la destinada a acoger el don más precioso, Jesús, "el amor encarnado de Dios".
La "humildad" de María es, según evidencia el Evangelio, un motivo de esta elección, afirmó el Papa: "Dios se sintió atraído por la humildad de María" y la Virgen "se convirtió así en la Madre de Dios, imagen y modelo de la Iglesia, elegida entre los pueblos para recibir la bendición del Señor y difundirla a toda la familia humana"
"Esa "bendición" es Jesucristo, (...) la fuente de "gracia" que colmó a María desde el primer instante de su existencia". María, concluyó el Santo Padre, "acogió con fe a Jesús y con amor lo entregó al mundo. Esta es también nuestra vocación y nuestra misión, la vocación y la misión de la Iglesia: acoger a Cristo en nuestra vida y entregarlo al mundo "para que el mundo se salve por él".
ANG/INMACULADA CONCEPCION/... VIS 20061211 (330)
La Inmaculada Concepción, dijo el Papa, es "una de las fiestas de la bienaventurada Virgen más bellas y populares", y recordó que "María no sólo no cometió ningún pecado, sino que fue preservada incluso de esa herencia común del género humano que es la culpa original, debido a la misión a la que Dios la había destinado desde siempre: ser la Madre del Redentor.".
Benedicto XVI explicó que el fundamento bíblico del dogma de la Inmaculada Concepción se encuentra en las palabras que el Ángel dirigió a la muchacha de Nazaret: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo". "Llena de gracia" (...) es el más hermoso nombre de María, un nombre que Dios mismo le dio para indicar que es desde siempre y para siempre la amada, la elegida, la destinada a acoger el don más precioso, Jesús, "el amor encarnado de Dios".
La "humildad" de María es, según evidencia el Evangelio, un motivo de esta elección, afirmó el Papa: "Dios se sintió atraído por la humildad de María" y la Virgen "se convirtió así en la Madre de Dios, imagen y modelo de la Iglesia, elegida entre los pueblos para recibir la bendición del Señor y difundirla a toda la familia humana"
"Esa "bendición" es Jesucristo, (...) la fuente de "gracia" que colmó a María desde el primer instante de su existencia". María, concluyó el Santo Padre, "acogió con fe a Jesús y con amor lo entregó al mundo. Esta es también nuestra vocación y nuestra misión, la vocación y la misión de la Iglesia: acoger a Cristo en nuestra vida y entregarlo al mundo "para que el mundo se salve por él".
ANG/INMACULADA CONCEPCION/... VIS 20061211 (330)
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