CIUDAD DEL VATICANO, 2 DIC 2006 (VIS).-La Oficina de Prensa de la Santa Sede hizo público hoy el siguiente comunicado:
"La Santa Sede siente el deber de dar a conocer su postura con respecto a la ordenación episcopal del sacerdote John Wang Renlei, que tuvo lugar el jueves, 30 de noviembre en Xuzhou, provincia de Jiangsu (China continental).
1) El Santo Padre ha recibido la noticia con profundo dolor porque esa ordenación episcopal se ha conferido sin el mandato pontificio, es decir, sin respetar la disciplina de la Iglesia Católica sobre la ordenación de los obispos (cfr. canon 377, párrafo 1 del C.I.C).
2) La de Xuzhou es la última -en orden cronológico- de las ordenaciones episcopales ilegítimas, que atribulan a la Iglesia católica en China desde hace algunas décadas, creando divisiones en las comunidades diocesanas y atormentando la conciencia de muchos eclesiásticos y fieles. Esta serie de actos extremadamente graves, que ofenden los sentimientos religiosos de todos y cada uno de los católicos en China y en el resto del mundo, es fruto y consecuencia de una visión de la Iglesia que no corresponde a la doctrina católica y subvierte principios fundamentales de su estructura jerárquica. De hecho, como precisa el Concilio Vaticano II, "uno es constituido miembro del cuerpo episcopal en virtud de la consagración sacramental y por la comunión jerárquica con la Cabeza y miembros del Colegio" (Lumen gentium, n. 22, primer párrafo).
3) La Santa Sede, que se ha enterado en el último momento de la ordenación episcopal programada en la diócesis de Xuzhou, no ha dejado de dar los pasos posibles en el breve tiempo disponible para que no se llegase a un acto que habría producido un nuevo desgarro en la comunión eclesial. Efectivamente, una ordenación episcopal ilegítima es un acto objetivamente tan grave que el derecho canónico establece severas sanciones para aquellos que la confieren y la reciben, siempre que el acto se cumpla en condiciones de verdadera libertad (canon 1382 del C.I.C).
4) Consuela constatar que, a pesar de las dificultades pasadas y presentes, casi todos los obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos en China, conscientes de ser miembros vivos de la Iglesia universal, han mantenido una comunión profunda de fe y de vida con el sucesor de Pedro y con todas las comunidades católicas esparcidas por el mundo entero.
5) La Santa Sede conoce el drama espiritual y el sufrimiento de aquellos eclesiásticos -obispos consagrantes y ordenandos-, obligados a tomar parte activa en ordenaciones episcopales ilegítimas, contraviniendo así a la tradición católica que en su interior desearían seguir fielmente. Participa, además, en la inquietud interior de aquellos católicos -sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos-, que se ven obligados a acoger a un pastor, que saben que no está en plena comunión jerárquica ni con la Cabeza del Colegio episcopal ni con los demás obispos esparcidos por todo el mundo.
6) Por cuanto respecta a las ordenaciones episcopales, la Santa Sede no puede aceptar encontrarse ante hechos ya consumados. Por lo tanto, deplora la forma de proceder en la ordenación del sacerdote Wang Renlei, que ha tenido lugar en Xuzhou, y espera que en el futuro no se repitan incidentes de ese género".
OP/ORDENACION EPISCOPAL ILEGITIMA/CHINA VIS 20061204 (530)
"La Santa Sede siente el deber de dar a conocer su postura con respecto a la ordenación episcopal del sacerdote John Wang Renlei, que tuvo lugar el jueves, 30 de noviembre en Xuzhou, provincia de Jiangsu (China continental).
1) El Santo Padre ha recibido la noticia con profundo dolor porque esa ordenación episcopal se ha conferido sin el mandato pontificio, es decir, sin respetar la disciplina de la Iglesia Católica sobre la ordenación de los obispos (cfr. canon 377, párrafo 1 del C.I.C).
2) La de Xuzhou es la última -en orden cronológico- de las ordenaciones episcopales ilegítimas, que atribulan a la Iglesia católica en China desde hace algunas décadas, creando divisiones en las comunidades diocesanas y atormentando la conciencia de muchos eclesiásticos y fieles. Esta serie de actos extremadamente graves, que ofenden los sentimientos religiosos de todos y cada uno de los católicos en China y en el resto del mundo, es fruto y consecuencia de una visión de la Iglesia que no corresponde a la doctrina católica y subvierte principios fundamentales de su estructura jerárquica. De hecho, como precisa el Concilio Vaticano II, "uno es constituido miembro del cuerpo episcopal en virtud de la consagración sacramental y por la comunión jerárquica con la Cabeza y miembros del Colegio" (Lumen gentium, n. 22, primer párrafo).
3) La Santa Sede, que se ha enterado en el último momento de la ordenación episcopal programada en la diócesis de Xuzhou, no ha dejado de dar los pasos posibles en el breve tiempo disponible para que no se llegase a un acto que habría producido un nuevo desgarro en la comunión eclesial. Efectivamente, una ordenación episcopal ilegítima es un acto objetivamente tan grave que el derecho canónico establece severas sanciones para aquellos que la confieren y la reciben, siempre que el acto se cumpla en condiciones de verdadera libertad (canon 1382 del C.I.C).
4) Consuela constatar que, a pesar de las dificultades pasadas y presentes, casi todos los obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos en China, conscientes de ser miembros vivos de la Iglesia universal, han mantenido una comunión profunda de fe y de vida con el sucesor de Pedro y con todas las comunidades católicas esparcidas por el mundo entero.
5) La Santa Sede conoce el drama espiritual y el sufrimiento de aquellos eclesiásticos -obispos consagrantes y ordenandos-, obligados a tomar parte activa en ordenaciones episcopales ilegítimas, contraviniendo así a la tradición católica que en su interior desearían seguir fielmente. Participa, además, en la inquietud interior de aquellos católicos -sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos-, que se ven obligados a acoger a un pastor, que saben que no está en plena comunión jerárquica ni con la Cabeza del Colegio episcopal ni con los demás obispos esparcidos por todo el mundo.
6) Por cuanto respecta a las ordenaciones episcopales, la Santa Sede no puede aceptar encontrarse ante hechos ya consumados. Por lo tanto, deplora la forma de proceder en la ordenación del sacerdote Wang Renlei, que ha tenido lugar en Xuzhou, y espera que en el futuro no se repitan incidentes de ese género".
OP/ORDENACION EPISCOPAL ILEGITIMA/CHINA VIS 20061204 (530)
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