CIUDAD DEL VATICANO, 9 DIC 2003 (VIS).-Al recibir hoy las cartas credenciales del nuevo embajador de la República del Paraguay, Marcos Martínez Mendieta, Juan Pablo II reafirmó "las buenas relaciones entre el Paraguay y la Santa Sede, fundamentadas también en las profundas raíces cristianas del pueblo paraguayo".
El Papa puso de relieve que Paraguay "está llamado a tomar parte cada vez más activa en el concierto de las naciones, y para ello ha de fomentar de modo permanente una mayor y más adecuada capacitación de sus ciudadanos". En este sentido, expresó el deseo de que la mejora de la educación posibilite que "la formación integral de la persona esté al alcance de todos, preparando a las nuevas generaciones a asumir plenamente sus responsabilidades como ciudadanos capaces de ser actores de la marcha de la Nación, procurando activamente el bien común".
Tras hacer hincapié en "la educación en los verdaderos valores morales y del espíritu, promoviendo una auténtica política cultural que los consolide y difunda", el Santo Padre se refirió a la necesidad de volver a proponer "dichos valores fundamentales, como son la honestidad, la austeridad, la responsabilidad por el bien común, la solidaridad, el espíritu de sacrificio y la cultura del trabajo, la capacidad de diálogo y la participación a todos los niveles, que pueden asegurar un mejor desarrollo para todos los miembros de la comunidad nacional".
Juan Pablo II subrayó que "son muchos los retos que deben afrontarse para afirmar y consolidar un clima de pacífica y armónica convivencia entre todos, en el que reine la confianza de los ciudadanos en las diversas instituciones e instancias públicas. Éstas han de considerar y favorecer en todo momento el bien común (…) porque la acción gubernamental tiene que estar por encima de todo interés particular y partidario".
El Santo Padre afirmó que para "promover el conveniente desarrollo en todos los campos" son necesarias "iniciativas que incrementen realmente la calidad de vida de los ciudadanos, cuidando especialmente el campo de la salud, la vivienda, las condiciones laborales" y que se inspiren "siempre en los principios éticos que tengan en cuenta la equidad y la necesaria aportación de esfuerzos y sacrificios por parte de todos. El objetivo es servir al hombre paraguayo en sus apremiantes necesidades concretas de hoy y prevenir las del mañana; luchar con tesón contra la pobreza; transformar los recursos potenciales de la naturaleza con laboriosidad y responsabilidad; distribuir más justamente las riquezas, reduciendo las desigualdades que generan marginación y ofenden a la condición de hermanos, hijos de un mismo Padre y copartícipes de los dones que el Creador puso en manos de todos los hombres".
CD/CREDENCIALES/PARAGUAY:MARTINEZ VIS 20031209 (430)
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